Habló del VAR, de las puertas que ha abierto el arbitraje femenino, de cómo hizo carrera desde 2009 y el orgullo de ser “la única árbitro mamá”.
Se hace un tiempo mientras sigue un curso de VAR dictado por Conmebol. “Hay que actualizarse siempre, por nuevas normas y los nuevos sistemas”. Marcia Castillo tiene 34 años, es profesora de Educación Física y el 2009 la invitaron a un curso de arbitraje en Concepción. El 2013 ya era jueza Fifa y se trasladó de Villa CAP a Santiago. “Han sido hartos años y sacrificios para llegar acá, pero lo que me apasiona es el desafío. Demostrar lo que una puede hacer en un campo poco habitual para las mujeres”.
Y lo ha hecho tan bien, que fue elegida para dirigir su cuarta Copa Libertadores, junto a dos colegas chilenas (Cindy Nahuelcoy y Belén Carvajal) . De las primeras recuerda que “tuve que destetar a mi hija de 8 meses porque tenía que estar casi un mes en Colombia. No es fácil, siempre he sido la única árbitro mamá, mi otro hijo tiene 17”. Otra jueza Fifa de la zona es Loreto Toloza, que también se instaló hace años en la capital. Y sus nombres son cada vez más conocidos para quienes siguen el fútbol.
Marcia expresó que “Belén fue la primera en dirigir un partido de varones en Primera B, yo fui la primera asistente en un partido masculino de Copa Chile. Son cosas que hace unos años eran impensadas. Siento que se están abriendo las puertas, ha sido un proceso. Yo me lesioné y no pude subir a Primera B (está en Segunda del masculino), pero quiero llegar ahí y luego a Primera. Quemar etapas, es mi sueño”.
También opinó sobre el VAR y declaró que “era necesario. El fútbol lo pedía y ahora que lo tenemos, a algunos no les gusta tanto. Sí, hay cosas que perfeccionar y entender que siempre detrás hay personas, pero somos pioneros. Hay países que aún no lo tienen y nosotros iremos avanzando. El hincha nunca estará de acuerdo cuando te cobran en contra, si es a favor seguramente aplaudirán lo que se decide”.
Y debe mantenerse físicamente, entrenar fuerte. “Con o sin pandemia, siempre tienes que estar preparada. Eso me gusta. Esta carrera es hasta los 45 años, igual que los hombres, pero hay que responder. Hay que tener disciplina, paciencia y lo mejor es que hemos demostrado que lo hacemos bien. No es un tema de género. A veces el machismo es más de las mujeres que de los hombres. Desde que partí, he recibido escupos en la espalda, monedas… Me he hecho fuerte y de verdad disfruto lo que hago”, afirmó.