Una de las entidades más perjudicadas en Francia por el coronavirus es la Ligue 1, que pidió auxilio al Gobierno galo para afrontar las gigantescas deudas que, de no ser saldadas, llevarían a varios de sus clubes a la quiebra.
La federación local solicitó una reunión de carácter urgente con los ministerios de Economía y de Educación y Deportes, buscando idear un plan de apoyo que revierta un panorama realmente complicado.
Un comunicado aseguró que las pérdidas superan los 1000 millones de euros en lo que va de la temporada y se deben, en su gran mayoría, a la ruptura del contrato de derechos televisivos con Mediapro y la firma de uno nuevo con Canal+, con ingresos muy por debajo del recientemente finalizado (unos 548 millones de euros menos). Sumado a esto, un mercado de pases austero, la disminución de inversiones por parte de los sponsors y la ausencia del público en los estadios son otros de los factores que agudizan la crisis.
Cabe destacar que el gobierno galo ya había destinado 100 millones de euros en el mes de noviembre para que las instituciones tengan un respiro, pero todo pareciera indicar que no fueron suficientes.
Mientras los dirigentes de los equipos continúan reduciendo los salarios de sus futbolistas (tal como lo vienen realizando desde comienzos de la pandemia) y bajando el número de empleados.