Si bien se tenía la ilusión de una final de Copa Libertadores con público en las tribunas, Conmebol confirmó que la actual edición del certamen se definirá el 30 de enero en el estadio Maracaná y sin la presencia de espectadores.
“La actual situación de la pandemia del Covid-19, todavía en expansión en Sudamérica, no permite la realización de un evento de esta magnitud e importancia con la presencia de público, aún con un aforo reducido”, publicó el ente regulador del fútbol en Sudamérica en un comunicado oficial. Y agregó: “La resolución es coherente con la posición declarada por la Conmebol desde el inicio de la pandemia en el sentido de trabajar por el retorno de las competiciones en el continente, pero con los máximos cuidados para preservar la salud de todos los miembros de la familia del fútbol sudamericano”.
La medida fue adoptada en conjunto entre Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, y Rogério Caboclo, mandamás de la Confederación Brasileña de Fútbol. Más allá de que una final entre equipos brasileños es posible (Santos y Palmeiras), ninguno de los dos conjuntos pertenece a Río de Janeiro y los números de casos detectados en el país vecino crecen día a día por lo que la situación epidemiológica no es la ideal. Ni hablar si uno de los dos clubes argentinos o ambos (Boca y River) acceden a la instancia decisiva, hecho que implicaría una movilización aún mayor.
En la víspera la Conmebol anunció también que la final de la Copa Sudamericana, prevista para el sábado 23 de enero, se celebrará sin hinchas festejando y cantando en la tribuna. Esta vez, no habrá otra que mirarla el espectáculo definitorio desde el sillón de la casa y a través del televisor.