El profesor de atletismo Jorge Grosser, el doctor Juan Zuchel y el ex futbolista José Neira cuentan su nueva vida desde que llegó la pandemia, extrañando las pistas y la cancha de fútbol.
“Tengo harta pega con los chiquillos, pero extraño la pista. Vivo solo, aunque tengo buenos vecinos, mis hijos me hacen videollamadas. Al mall no iría ni loco. Sé que soy de la población de riesgo”, cuenta Jorge Grosser, ex atleta y destacado formador de deportistas. Su caso representa a muchos adultos mayores que viven la pandemia de otra forma. Ellos saben que esta enfermedad no es un juego.
Grosser, de 75 años, detalla que “trabajo con muchos estudiantes y no puedes exponerlos, ni siquiera a correr solos. Sus papás también los protegen, como tienen que ser. Hasta el transporte es peligroso. Les envío pautas, hablo con ellos tres veces a la semana. Recurro al WhatsApp, la videollamada, no tengo problemas con eso. Soy de ir registrando todo, así que ahí tengo harto trabajo planificando”.
Y como ex atleta, también tenía su momento deportivo propio. “Siempre he sido de caminar y salía una vez a la semana, ayuda mucho. Echo de menos el sol y los chicos extrañan la competencia, pero no creo que retrocedan físicamente si planificas bien. Son jóvenes. Imagínate cuando tienen lesiones y vuelven después de muchos meses. En 8 semanas tienen que volver a su ciento por ciento”.
José Neira jugó en Naval, en 1969, y relata que “jugábamos todas las semanas, con Nelson Figueroa, ‘Coke’ Rodríguez y otros compañeros. Se echa de menos porque a esta edad es la mejor instancia para estar con los amigos y hacer deporte ayuda mucho. Me estoy moviendo en la casa, pero no es lo mismo hacer gimnasia o usar una trotadora que jugar fútbol, competir un poco, divertirse en grupo”.
Curiosamente, le ha tocado salir más de lo que sería recomendable. “Yo tengo 69 años, pero voy tres veces a la semana a ver a mi madre, que tiene 97 (Josefina Ortega). Somos 7 hermanos, pero en realidad hay 3 que estamos siempre, es nuestro deber como hijos. Le pagamos una niña que la cuida constantemente y nosotros también estamos ahí, con todos los cuidados que amerita, porque si ella se contagia no aguantaría. Mi viejita, la Pepa, es conocida en el mercado. Ella trabajó desde niña para educarnos y hay que responderle ahora”.
El doctor Juan Zuchel es otro conocido atleta y precisa que “siempre salía a correr una o dos veces por semana, a la cascada, al Mirador Alemán. Se extraña mucho eso. Hay gente que sale a trotar en la Costanera o en otros lugares donde no pasa mucha gente, pero esa cosa linda de correr con más personas al lado se echa mucho de menos, por más que tenga mi bicicleta estática. También me veo y sé que estoy haciendo guatita (sonríe). Psicológicamente el deporte también ayuda mucho y sólo en un tiempo más veremos realmente cuánto ha afectado a la gente este encierro”.
Pero Zuchel sigue trabajando. “Estoy en el Servicio Médico Legal, trabajando, pese a que me correspondía cuarentena obligatoria por mi edad. Pedí hacerlo porque sé que me encuentro bien físicamente y como ejemplo saqué el del intendente de Los Lagos que trabaja con 77 años. Tuve que pelearla. Igual hago unas cosas ahí y todo lo demás desde la casa”, señaló.