Maximiliano Salgado es capitán del equipo campeón de la provincia, a nivel Sub 14, y también festejó el máximo título en el amateur, defendiendo a Unión Angamos. Sin duda, un chico de gran proyección, admirador de Vidal y Van Dijk, que se muere por salir otra vez a la calle y clavarla a un rincón.
En el colegio es el que corta el juego rival desde atrás y empieza las jugadas de ataque. En el barrio, hace algo parecido, pero desde la zona media. En ambos frentes, Maximiliano Salgado gritó campeón el 2019. Un chico de familia futbolera, pero también alumno de promedio 6,3 y muy destacado por sus profesores. El crack del colegio Concepción Chiguayante recién cursa Octavo Básico, pero en la cancha es un muchacho que muestra oficio y muchas ganas.
“De chico, me gustaba tenis y fútbol, pero era mejor para el fútbol. El deporte colectivo tiene sus pro y sus contra, pero a mí me gusta el compañerismo que se genera. Todos dependemos de todos y tiene que existir un compromiso con el grupo. En el colegio tenemos un gran grupo de amigos y creo que por eso nos ha ido bien, aparte de lo que podamos aportar de talento”, comenta el hijo de Andrés y Claudia Espinoza.
Y vaya que les fue bien el 2019. El primer semestre se titularon campeones del Adicpa zonal, llevándose una emotiva final sobre Colegio Francés, en Arena Fútbol. Fue 5-4 en la final, con doblete de “Maxi”, quien narró que “fue un bonito partido y nos dio el pase para jugar una final provincial, que también ganamos. De ahí nos tocó ir por el Regional, en Los Ángeles, y fuimos segundos, pero fue un año súper bueno, de aprender harto también”.
¿Y cómo juega ese equipo Sub 14 que capitanea? Salgado explicó que “somos de harto toque y, más que fútbol, se juega futbolito, así que todos tenemos que movernos mucho, jugar de todo un poco. También, a veces, aprovechamos que tenemos un par de jugadores más altos y los buscamos. Tenemos grandes, chicos, rápidos… Hay hartas variantes, eso ayuda mucho”.
Se confiesa hincha de Universidad Católica y tiene unos cuantos jugadores que admira, observa y trata de sacar cositas. “Defensivamente, me gusta Van Dijk, que creo que es el más completo de todos, porque marca, juega, va bien por arriba. En el medio, que es donde juego en el amateur, me gustan esos volantes mixtos, tipo Arturo Vidal. También lo que hace De Bruyne, del Manchester City”.
Y en el barrio se ha pulido, ha adquirido roce. Todavía no lo sabe, pero en el fútbol no hay mejor escuela que la tierra, la lluvia y hasta el miedo que generan ciertos rivales o canchas. “Juego por Unión Angamos y es rico, porque juego en mi serie y me quedo después a ver a mi hermano, Vicente, que tiene 17. Mi papá también va a los partidos, somos todos peloteros. Cuando juego por el colegio también van a verme y siempre he sentido que me apoyan y les gusta lo que hago”, expresó orgulloso.
Pero no sólo va a divertirse, también, es un competitivo de raza y cuenta que “con Angamos salimos campeones también, fue un año redondo, hasta que paró todo”. Claro, porque el segundo semestre la competencia Adicpa se detuvo y este año le tocó el encierro, como a todos, por el coronavirus.
“Es complicado estar encerrado para uno que le gusta tanto el fútbol, igual que a mis compañeros. Peloteo un poco en el patio, juego con la pared. Tenemos clases online y es mucho menos tiempo que antes, así que te deja espacio para hacer otras cosas, pero uno quisiera compartir con los amigos, en la cancha. No se puede no más y esperemos que este año pueda retomarse el fútbol, con los tiempos que van quedando”, advirtió.
Con unas cuantas vueltas olímpicas en el cuerpo y el reconocimiento de sus pares, cuesta entender por qué aún no prueba suerte en el Fútbol Joven de algún club profesional. “Maxi” sostiene que “de repente me pica el bichito, lo hablo con algunos amigos y no sé… Algo me pasa que no me lleva a hacerlo. No sabría decir qué, pero no me he visto así como profesional en el fútbol. Es difícil de explicar”.
Su técnico en el colegio es Jans Jarpa. Se nota el cariño al hablar de su pupilo y lo define así: “es una excelente persona, preocupado de todos y de responder siempre, muy amigo de sus compañeros, muy querido. Era relativamente nuevo y confiamos tanto en él, que rápidamente lo elegimos capitán. Para mí, es el capitán ideal, porque realmente puedo delegar en Maxi, muchas de las cosas que quiero en la cancha. Ahí adentro, es un guerrero, pelea cada pelota y sabe cuándo hay que salir jugando”. Palabras del DT.