La sequía que afecta a gran parte del país está causando estragos en el tranque La Luz de Curauma, lugar donde opera la selección chilena de la especialidad y que está previsto albergue el evento continental ¿Oportunidad?
“Salvemos el Tranque” es la campaña que pusieron en marcha los seleccionados chilenos de remo, a propósito de la dramática baja en el cauce del tranque La Luz de Curauma, centro de operaciones del combinado criollo de la disciplina.
Propiciado por el déficit hídrico que afecta a la zona, desde febrero que la empresa sanitaria Esval utiliza el embalse ubicado en la Región de Valparaíso para surtir de agua potable a las localidades de Placilla y Curauma. Acción lícita tras hacerse con los derechos en 2016, pero que tiene un límite diario que, según los deportistas, no se estaría cumpliendo, dando como resultado una dramática baja en el nivel del agua. A tal punto que, de agudizarse, calculan que en tres meses el estanque quedaría seco, obligando a cerrar el exitoso centro de entrenamiento olímpico que ahí funciona y a cambiar de locación las pruebas náuticas en los Panamericanos Santiago 2023.
El head coach nacional de remo, Bienvenido Front, es enfático sobre el tema. “Entendemos que hay una sequía tremenda y que se debía echar mano al tranque, pero vemos que se pasa por mucho de los 60 centímetros comprometidos. Está muy mal, de las seis calles que había para remar, ahora hay cuatro y media, no podemos acercarnos a las orillas, tuvimos que agrandar el embarcadero y en lancha hay remar 100 metros para encender el motor; sin ser especialista, en 15 días veo un cambio sobrecogedor”, asegura.
Y añade: “tememos que de no hacer algo, seguirá los pasos de Aculeo, secándose. Y no perderemos solo una laguna, sino que la mejor pista de remo de Latinoamérica, créame que no hay lugar igual. Además, se acabaría con el esfuerzo de los deportistas que apostaron por venirse compaginando estudios y deporte, con un compromiso único de universidades como la Unab, USM y UST. Aquí entrenamos 10 meses al año y preparamos grandes eventos como los Juegos Suramericanos de Cochabamba 2018 o los Panamericanos de Lima 2019, donde fuimos los mejores de Chile. Lo tenemos todo y podemos perderlo”.
Preocupación compartida por sus pupilos, como el caso de la campeona mundial Antonia Abraham. “La situación es más seria de lo que se ve, Esval saca agua sin límites, nadie fiscaliza por el tema del Covid19 y se aprovechan, van más de 2 metros y en un par de meses no sé si podamos remar. Da pena ver peces y coipos muertos”, acusa.
Su compañera, Joselyn Cárcamo, agrega que “están apareciendo algas, antes de venirnos a cuarentena chocábamos con peces muertos, preocupa lo rápido que ha bajado el nivel de la laguna y que siga a un punto en que sea irreversible. En el peor de los casos, tendremos que buscar otra alternativa ya que nuestro deporte depende del agua”.
Bienvenido Front confía en hallar un remedio al problema. “Me resisto, concientizando a la población sobre el buen uso del agua podemos parar esto”, plantea. Sin embargo, el entrenador sabe que de seguir, habrá que buscar alternativas no solo para practicar, sino que también para Santiago 2023.
“En Valdivia podemos entrenar pero, por su corriente, el río Calle Calle no sería autorizado para los Panamericanos. Está la Laguna Chica de San Pedro de la Paz que es muy buena, pero le faltan 250 metros, se tendría que competir sobre 1.700 metros para que la aceptasen. Pero ojo, que para los Olímpicos de Los Ángeles 2028 harán una pista de 1.500 metros, así es que si al final se hacen en San Pedro con 1.500, bueno se harán entonces”, sentencia.