Dirigentes recabaron mil documentos y devolvieron el club a una hinchada que, de muchas formas, demostró al país que son distintos y que nada puede matarlos.
Fueron castigados y de inmediato sus hinchas se miraron a la cara y decidieron hacer algo. Patalear ya no servía, la rabia ya estaba botada a mares. Había que organizarse y tomar un club que partiría desde el amateur, con un desorden administrativo que ni se imaginaban. Ni siquiera estaba claro quién era el dueño y por eso los responsables se arrancaron tan fácil.
El actual presidente del club, Víctor Tornería, recuerda que “Roberto Coloma, el abogado, fue uno de los que tomó el liderazgo. Ganamos las elecciones, como corresponde, y pudimos hacer a un lado a mucha gente que no tenía que estar. Otros nunca más aparecieron. Yo no era muy de sacar la voz, ni del discurso del ‘vamos, compañeros’. No tenía eso. En la última marcha recién hablé, hubo hasta megáfono. Nos dijimos: ‘cabros, cagamos. Ahora qué hacemos’. Ya notábamos hartos líderes que serían importantes y muchos lo siguen siendo hoy”.
Ángelo Giolito ya era un arquero de gran proyección en ese plantel de D. Concepción y cuenta que “fue terrible. Yo supe del castigo una tarde que iba camino a la universidad y tuve que partir a Nonguén. De mi generación, varios quedaron en el aire, niños que venían más abajo. Sentíamos que nos echaban nuestros sueños a tierra. Cuando me dijeron que empezaríamos de cero, me sumé sin pensarlo. Soy nacido en el club, soy del Conce. Recuerdo algunos de los primeros entrenamientos, éramos solo cuatro”.
En los primeros partidos amistosos jugaba hasta el “Chino” González, que después sería el técnico de los dos ascensos. El 23 de abril de 2017 fue la vuelta a Collao, con más de 12 mil personas y un 2-0 a Osorno con doblete de Gazale. “Desde ahí en adelante se generó una comunión linda con el hincha. Nos unimos más después de tocar fondo y todos entendimos que el club era de la gente, había que cuidarlo y quererlo”, apuntó Giolito.
Bueno, en octubre de 2016 ya habían convocado 8 mil personas en el Ester Roa, sin partido de fútbol de por medio. Lo que bautizaron como el “Día del Hincha”. Y así se lograron varios hitos, como la proyección de un documental lila en el Mallplaza Trébol y los beneficios para ciclistas, adultos mayores, recolección de juguetes para niños, bandas en vivo, adopción de mascotas. El “León” se transformaba en un verdadero club social.
Y ese nuevo fútbol que demostraron posible había que coronarlo con éxitos en cancha, aunque curiosamente ya no era lo más importante. Y el 2018 se logró la primera gesta en Tercera B, eliminando a Rodelindo Román y abrazándose en un emotivo 3-1 sobre Ferroviarios, ante más de 15 mil personas. Al año siguiente, se consiguió el retorno al profesionalismo , otra vez sufriendo, remontando dos veces para un 3-2 a Limache con gol de “Nacho” Sepúlveda. No podía ser de otra forma.
“Quisieron mostrar todo lo malo de nosotros al castigarnos y nosotros les mostramos lo bueno: nuestra gente, nuestra lucha. Eso es el club y volvimos por el camino correcto”, señaló Tornería. De película. Matar al “Conce”, ni soñarlo.