Sea en fútbol o vóleibol, la estudiante del colegio Almondale Lomas muestra gran talento y fue figura en las competencias de la organización. Apasionada y entusiasta, con 14 años cursa Primero Medio, se luce en el arco y apuesta por seguir creciendo.
Leticia Bello es distinta al resto, gana terreno y marca diferencias. Si bien cada día son cientos las chicas que se atreven a mostrar su talento en el fútbol femenino, no son muchas quienes se arriesgan a ubicarse entre los tres palos. Pero la estudiante de 14 años del Colegio Almondale San Pedro es valiente, no le teme a nada y con entusiasmo se ha ganado un importante lugar en la competencia de Adicpa.
Hoy cursa Primero Medio, aunque su vida deportiva arrancó en Quinto Básico en el Instituto Humanidades, y no precisamente en el arco. “Hasta Sexto jugué ahí, pero como era más grande que las demás, me ponían de defensa o más adelante para sacar provecho. Me habría encantado ser arquera, pero no podía”, recuerda Leticia Bello, agregando sobre su comienzo en el fútbol escolar que “en Séptimo me cambié al Almondale y mi compañera Catalina Zapata me preguntó si jugaba a la pelota. Le dije que sí, aunque un poco no más, pero igual me llevó a hablar con el profe. No fue el mejor año, porque había pocas niñas. La mayoría iba en Cuarto Medio y estaban yendo al preuniversitario. Igual jugamos hartos partidos”.
Pero, ¿qué la llevó a querer atajar? Prácticamente de casualidad, Leticia tomó los guantes y se ubicó en el arco. “Tengo un tío que juega en un club en Talcahuano. Tienen una sede y todo, donde también hay cupo para los niños. Justo una vez faltó el arquero y me hicieron entrar en ese puesto. Nunca en mi vida había atajado, pero me gustó. No tengo problemas con tirarme al piso, porque desde chica he sido bien inquieta, moviéndome de un lado a otro. Aparte empecé a usar rodilleras y así duele menos. Ya estoy acostumbrada a la posición”, confesó Leticia.
El talento de Leticia va más allá del fútbol, pues no es el único deporte al que le dedica su tiempo actualmente. “Desde Quinto Básico que juego vóleibol igual. Me llamaba la atención esta disciplina porque mi mamá igual jugó. Empecé en el colegio y me encantó, luego entré al equipo de la UdeC, aunque ahora estoy en el Club Volley Bío Bío. Sería difícil inclinarme por un sólo deporte, entre fútbol y vóleibol, porque me encantan ambos por igual”, comentó Leticia, quien derrocha entusiasmo en cada una de sus palabras.
El deporte le da vida, por lo que el actual momento que vive Chile y el mundo la tiene inquieta, aunque igualmente tiene claro que es lo que corresponde hacer. “No me gusta mucho estar en la casa, sería feliz estando siempre dentro de una cancha jugando. Soy de siempre moverme, así que ahora igual hago ejercicios que me mandan del colegio y hago rutinas que me envían desde mi club de voley”.
Y como el fútbol femenino cada vez gana más espacio, Leticia agradece y valora cada paso que da en el deporte. “Me gusta lo que se está dando últimamente. Antes casi nadie tomaba en cuenta a las mujeres, pero ahora se ha ido valorando todo el esfuerzo de las chicas. Siempre debió ser así. En un deporte que siempre fue catalogado sólo para los hombres, las mujeres están resaltando mucho ahora y lo encuentro genial. Antes, sólo había críticas y todos las miraban como si no supieran lo que hacían”, afirmó la estudiante del Almondale San Pedro.
Y pensando que con sólo 14 años le resta un largo camino por recorrer en cuanto al deporte y el ámbito estudiantil, Leticia es ambiciosa y agradecida.
“El año pasado nuestro profe de fútbol nos dijo con la Cata que debíamos empezar a llamar a niñas más chicas para que jugaran, por lo que de a poco se sumaron muchas más con gran motivación. Eso me animó a seguir jugando. Sé que jugar de arquera es un puesto que no les gusta mucho a todos, ya que reciben poco reconocimiento, pero a mí me encanta. Valoro mucho a mi profe ‘Juampa’ Riquelme y la miss Sandra Leonelli, que siempre apoya resolviendo todo”, aseguró ella, sentenciando que “incluso afuera del colegio participé en la Copa Enel igual. Los profes me dijeron que faltaba una arquera, así que otra vez me tocó cubrir ese puesto. Fue diferente, porque era futbolito, la cancha más chica y las reglas distintas. Representé al Colegio España y llegamos a semifinales. Me divierto jugando y cuando empiezo un partido, se me olvida todo. El apoyo de mi familia es a un 100%, siempre están ahí, con mi mamá Olga, mi papá Álex y hermana Sofía”.