Deportes

Las mil vueltas de Javiera Román: “El rally me devolvió la vida”

Remando más de alguna vez contra la corriente, hoy la copiloto navega con éxito por los caminos del automovilismo. Sufrió y le costó, pero tanta insistencia tuvo premio. Hoy brilla a nivel nacional.

Por: Carlos Campos 07 de Octubre 2019
Fotografía: Hyundai Chile

Es el mejor ejemplo de que “querer es poder”. Hoy Javiera Román se luce como una de las grandes caras visibles del automovilismo penquista, pero debió sortear un camino lleno de obstáculos para brillar.

¿Tantos? Ella misma explicó que “mis padres eran conservadores en una familia tradicional y de clase media, donde la expectativa es que siempre los hijos sean profesionales universitarios. El automovilismo estaba fuera de nuestros cánones de economía, pero me tiré el piquero y sacrifiqué hartas cosas para esto”.

Perseverante

A Javiera siempre le gustaron los deportes extremos y su padre tenía cierto fanatismo por los autos. Fue la combinación ideal para que ella se fuese motivando con ese mundo. Y el primero de tantos intentos por acercarse al automovilismo, tuvo un fuerte rechazo. “Le pedí a mi papá que me armara un fito, pero recibí un “no” rotundo. Y obvio, era mujer, no había plata y él no quería eso para mí”.

Igual Javiera Román no se echó a morir en su fanatismo. Parecía que cada respuesta negativa que oía, más la motivaba. “Recuerdo que había carreras en Cosmito y quería ir siempre. Y aunque mi familia no era partícipe de esas cosas, cada vez que había RallyMobil acá en Conce, me arrancaba para ir. Me volvía loca. Así, fui ofreciéndome para trabajar cerrando caminos e ir entrenando de a poco”. De tal forma y con tanta porfía, Javiera se fue acercando al mundo del rally, quizás sin pensar que un par de años más tarde estaría compitiendo en un Mundial.

Y tiene otro mérito. “Era alguien común y corriente que nunca tuvo vínculo con gente del rally. Eso me diferencia del resto. Fui armando mi propio camino, porque antes en Chile los copilotos eran hermanos, amigos o primos del piloto. Y yo partí sin plata ni apoyo”, reconoce.

Momento clave

Como en cualquier tradicional familia, Javiera Román entró a la universidad. ¿Su carrera? Ingeniería Civil, un área que no era para nada de su gusto. Y allí tomó la decisión, probablemente, más determinante de su vida. “Estando adentro me guíe por mí y dije ‘no seguiré aquí porque no me gusta. Siento que pierdo el tiempo y me frustro’. Fue difícil, porque supuestamente así le decía adiós al futuro exitoso, con una casa fantástica y a esas cosas a las que uno aspira. Pero seguí lo que amaba realmente”, asegura.

Javiera apostó por el rally y optó por estudiar mecánica automotriz. Una decisión que la tuvo remando contra la corriente, otra vez, pero ya estaba acostumbrada a dar la pelea. “Mi familia lo pasó mal. Empecé a dejar las cosas que me daban más seguridad y me arriesgué. Ellos me decían ‘¿de qué estás hablando?’ cuando me cambié de carrera. Otras personas me comentaban que no tenía bases, que debía buscar algo viable , ser inteligente y escoger un camino mejor”.

Un ejemplo

¿Cómo le fue en su decisión? El simple hecho de que haya sido la primera mujer en campeonar en el RallyMobil y que ya compitió en un WRC, hablan por sí solos. Ella toma su gran presente con humildad. “No fue fácil, pero tampoco ahora estoy en la gloria. Soy apasionada y eso me frustró en su momento, ya que era muy impulsiva. Pero la pasión me llevó a hacer bien las cosas. Si voy donde una persona común y corriente, seguramente me preguntará ‘¿qué has estudiado y cuántos títulos tienes? Claro, chuta, quizás sea una tonta para ellos, pero no sé si el resto es feliz con lo que hace. Yo sí lo soy, gano plata con lo que amo, disfruto la vida haciendo lo que me gusta y tengo a mis papás orgullosos. Con eso ya estoy satisfecha”.

O sea, además de salirse con la suya, ¿cambió el pensamiento de sus padres? “Hoy ambos están full convencidos de que lo mejor que me pudo haber pasado, fue cambiarme de carrera. Están orgullosos, son seguidores del rally y mientras más pueden ir a verme, mejor. Es lindo, porque para la fecha del WRC, vi a tías y primos con una bandera que tenía mi apellido y el de mi piloto. Fue emocionante ver que ellos eran partícipes de mi felicidad y que vean que soy feliz por seguir mi pasión y mis sueños”.

Largo camino

No por cumplir su sueño, Javiera se conformará. Por el contrario. Si le costó tanto llegar hasta acá, ya se plantea metas y objetivos a futuro. “Mi idea es impulsar que haya más mujeres en esto, especialmente en el automovilismo deportivo. Ojalá correr el otro Mundial y sumar más experiencia. Soy muy agradecida del automovilismo. Siento que el rally me devolvió la vida y estoy en deuda. Tengo que hacer algo por hacerlo crecer y que más gente viva mi experiencia logrando ser feliz con lo que les gusta. Mi objetivo es que más niños se unan y cumplan sus sueños, pese a que les digan que no hay ninguna posibilidad. No vivo el mundo perfecto. He luchado con enfermedades y mil problemas. Y, aun así, llegué a lo que me gustaba. Las recompensas han sido grandes y estoy disfrutando algo que valió la pena”.

Etiquetas