El vallista del Colegio Concepción Pedro de Valdivia no para de crecer y tras monopolizar el circuito escolar, está listo para cosas mayores. Tras una seria lesión volvió con todo y es carta de Bío Bío en la final de los JDE de esta semana.
Como tantos chicos de su edad, en la básica Martín Binimelis (16) partió en fútbol, aunque duró un suspiro porque con la pelota en los pies era regular, y su aporte siempre pasaba por correr más que todos. Con ese antecedente, no extrañó que desembocara en el atletismo. “Me aburrió el fútbol y como me gustaba moverme, empecé a entrenar con el profesor Manuel Otárola, en Penco, aprovechando que vivía allá”, cuenta. Cursaba sexto básico y tras jornadas corriendo en la playa, terminaba tan cansado que llegaba solo a dormir.
¿Por qué un niño a esa edad querría seguir en algo tan sacrificado? Simple, le fue bien desde un inicio y esa fue la motivación para no detenerse. “Ganaba casi siempre en los 80 metros y eso fue un aliciente”, asegura el alumno de Tercero Medio del Colegio Concepción Pedro de Valdivia.
Esos triunfos, que eran a nivel local, aumentaron su calibre cuando el entrenador Jorge Grosser lo instó a cambiarse de prueba y dedicarse a las vallas. “Él descubrió que tenía talento para pasar vallas. Estaba en primero medio, entré al Club Nahuén y un día en que entrenábamos, me puso una valla y me dijo que la pasara; yo no sabía cómo hacerlo, la salté y me dijo que tenía una técnica bastante desarrollada para no haberlo hecho nunca. En principio yo no quería porque me daba miedo caer, fui tomando confianza con los entrenamientos”, sostiene.
Así empezaron sus triunfos en torneos provinciales, regionales y nacionales. “Mis primeros resultados fueron buenísimos gracias a que crecí muy rápido y mi técnica mejoraba. Llevaba entrenando un semestre y fui a un Nacional de los JDE donde gané y clasifiqué al Sudamericano de Cochabamba 2017; ahí quedé tercero. Me sorprendió mucho, reafirmé que esto era para mí”, rememora.
Tras años consecutivos de podios, el 2018 prometía ser brillante en su primera temporada en la serie Intermedia, sin embargo, el deporte tiene su lado agraz, lo que Martín supo de forma dolorosa tras fracturarse la clavícula izquierda en plena carrera en Valdivia; meses de recuperación y un año perdido. “Fue muy difícil, incluso pensé dejar el deporte, pero la llegada del profesor Gonzalo Valdebenito me hizo seguir”, dice.
Hoy, pese a llevar apenas cinco meses entrenando, los resultados le volvieron a sonreír. “En agosto partí el semestre batiendo el récord del Nacional Soprole en Chillán, estaba nervioso porque venía recién volviendo y estaba temeroso después de mi lesión, pero cronometré 14.89 rompiendo el récord de 15.60 que estaba desde 1998. Y volví a hacerlo hace una semana en Temuco, donde bajé a 14.71”, destaca.
Este martes disputará la final nacional de los JDE en Santiago, donde aspira a cosas grandes. “Estoy entrenando fuerte, sé que estará difícil, pero quiero llegar y hacer lo mío, lo que yo sé; mi objetivo es ganar”, dice convencido. Esa seguridad es su marca registrada en la pista. “Me caracterizo por ser ‘cabrón’ en el buen sentido, me siento poderoso cuando voy a competir, confiado en que ganaré porque para eso entreno de lunes a sábado; me impongo por presencia y eso me llena de confianza pensando en que algún día quiero ser seleccionado chileno”, enfatiza.
Desde octavo básico que Martín Binimelis representa a su colegio en Adicpa desde octavo básico, y jamás se bajó del podio.
“Me gusta el ambiente que se vive en el torneo, es positivo que exista una liga así porque motiva a que los niños hagan un deporte, es fome que Chile sea uno de los países con más obesidad de Sudamérica. Hay que atreverse, puede que un chico no sea el mejor, pero si tiene motivación y mentalidad, llegará lejos”, cierra.