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Cumplió la tradición: Brasil ganó la Copa América

Entretenida final en Río de Janeiro. Sin deslumbrar, el local se quedó con un merecido título y cumplió la tradición cuando ha organizado el torneo: siempre ha terminado celebrando. Ayer, sumó su quinta Copa como anfitrión.

Por: Carlos Campos 08 de Julio 2019
Fotografía: Agencia UNO

Carnaval y fiesta total en la tierra de la samba. Brasil no quiso sorpresas en casa y se transformó en el nuevo monarca del continente tras superar por 3-1 al sorprendente Perú. Y con participación chilena: Matías Fernández entregó la copa del bicampeón y Roberto Tobar tuvo un buen arbitraje.

A ningún brasileño se le pasaba por la mente un nuevo “Maracanazo”. En la previa, había total confianza del local en volver a quedarse, tras 12 años, con la Copa América. Nadie se preocupaba mucho por Perú y todos los cánticos eran dedicados a Argentina. “Messi chao, Messi chao” era el favorito de los torcedores brasileños, quienes parafraseaban “Bella ciao”, tema principal de una conocida serie.

Así, el Maracaná y sus alrededores se tiñeron de amarillo ayer desde temprano. De los 69.986 espectadores controlados que llegaron al estadio, eso sí, unos 6 mil eran peruanos. Brasil no quería sorpresas y Gabriel Jesús se lució para romper una defensa visitante que llevaba más de dos partidos sin que le convirtieran. Impecable maniobra desde la derecha y su centro fue empalmado de lleno por Everton. Se desató la fiesta.

Algunos creían que se podía repetir el 5-0 de la fase de grupos, pero nada de eso. Perú había tenido la pelota antes del primer gol brasileño e insinuaba tímidamente con posibles llegadas. Así, tras un ineficaz dominio local que no se tradujo en el aumento del marcador, los peruanos se ilusionaron con dar el gran golpe. Clara mano de Thiago Silva en el área que al 44’ Paolo Guerrero transformó en gol. Y fue con suspenso ya que, el chileno Roberto Tobar, de correcto arbitraje, fue al VAR para asegurarse del cobro.

Hubo silencio y temor en el Maracaná, pero aquello no alcanzó a durar más de dos minutos. Así, como la mitad del gol de Everton fue de Gabriel Jesús, el 2-1 de Brasil se originó gracias a una notable recuperación de Firmino en plena salida peruana. La visita quedó totalmente descolocada y sobre todo su defensa, que sólo miró como el delantero del Manchester City volvió a poner en ventaja al futuro campeón. Gol psicológico y desolación peruana antes del descanso.

Sufrió

Perú buscó llegar al empate sin desesperarse. Carrillo y Cueva intentaron abastecer a Guerrero por ambas orillas, pero la defensa brasileña respondió bien. Los locales habían recibido hace minutos su primer –y único- gol de todo el campeonato y mantuvieron su solidez en la zaga pese al empuje del equipo de Gareca. Coutinho tuvo varias opciones para marcar un 3-1 que hubiese sellado la final, pero fue demasiado egoísta y buscó su gol cuando tuvo compañeros mejor perfilados para definir.

Los minutos avanzaban, pero la victoria no era segura, sobre todo cuando Gabriel Jesús recibió la segunda tarjeta amarilla y dejó a Brasil con diez jugadores. Volvió el temor a la cancha y los hinchas ya no cantaban. Perú se adueñó de la pelota, Gallese miró el partido desde la mitad de cancha y hubo motivos de sobra para que soñaran con el 2- 2, pero una torpeza de la defensa arruinó el plan y echó por tierra la ilusión bicolor. Tobar cobró penal, aunque otra vez se aseguró yendo al VAR, y Richarlison no falló. Locura total en un estadio repleto. El nerviosismo se transformó en euforia y Brasil festejó un merecido título. Digno rival Perú, equipo por el que nadie apostaba nada cuando empezó el campeonato.

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