La “Marea Roja” se repartió por tres en Brasil ayer. Salvador de Bahía es el nuevo destino de Chile, con tropicales playas que adornan una tradicional, antigua e histórica ciudad llena de cultura y colores. Pero muchos se quedaron en Sao Paulo.
La distancia es grande entre ambas ciudades, por lo que quienes se mueven por tierra y no avión, disfrutarán unos días más antes de viajar a Río de Janeiro para el partido ante Uruguay. Los restantes y enormes dos grupos de hinchas nacionales, tras festejar hasta altas horas de la madrugada en Villa Magdalena, se dividieron en los dos aeropuertos: Guarulhos y Congonhas. Probablemente el Arena Fonte Nova tampoco esté lleno el viernes, pero Chile otra vez será local en Brasil.
Los hinchas y, seguramente plantel y cuerpo técnico, ya sacan cuentas y proyectan no sólo el duelo ante Ecuador, sino que se planifican para cuartos de final. Solo con la goleada del lunes, no alcanzar a ser uno de los dos mejores terceros sería raro, pero para despejar cualquier duda futbolística, hay que ganar el viernes.
Y ahí Chile podría volver a Sao Paulo, aunque al Arena Corinthians, siempre y cuando la “Roja” termine segunda del grupo. ¿El rival? El segundo del Grupo B, que perfectamente podría ser Argentina.
Chile viajó la tarde de ayer a Salvador, en un recorrido que dura casi 2 horas y media. Y atrás quedó el agradable clima de Sao Paulo. En Salvador llueve, aunque con 27 grados. Y acá se anuncia que seguirá cayendo agua y no saldrá el sol hasta el próximo martes 25.
Ya no hay tanta modernidad, tremendas carreteras, pasos bajo nivel ni enormes torres como en Sao Paulo. Salvador de Bahía se asemeja a Valparaíso, con pintorescos pasajes, cerros y un turístico faro desde el cual se observa la belleza del muelle.
Aquí jugará Chile el viernes, en un lugar con una alta e incómoda, pero tradicional humedad brasileña. El Arena Fonte Nova ya animó el triunfazo de Colombia sobre Argentina y el 5-1 histórico de Holanda a España en el Mundial hace cinco años, entre otros duelos. La “Roja” buscará ratificar que, por más holgado que haya sido el 4-0 sobre Japón, todo es diferente cuando juegan por los puntos.