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¿Qué tan reales y concretos son los proyectos en el fútbol?

El proyecto, una palabra que asoma casi como la favorita en el último tiempo para entrenadores, directivos y gente ligada al fútbol. ¿Los hay concretamente o sólo se “vende humo”? Por lo menos en Chile el año pasado, sólo 11 de 42 técnicos pudieron partir y terminar el año dirigiendo al mismo equipo.

Por: Carlos Campos 25 de Febrero 2019
Fotografía: Diseño | Diario Concepción

Es un concepto que cada vez más usan los entrenadores, directivos y el mundo del fútbol: el proyecto.

Pero, ¿de qué hablan cuando se refieren a un proyecto? ¿Es real o sólo palabrería para explicar algo que ni ellos mismos entienden bien? Uno supone por proyecto una idea que en base a convicción se busca consolidar y prolongar, pero es cosa de mirar sólo un poco la realidad del fútbol actual para darse cuenta que proyectos hay muy pocos. Y si es que los hay realmente.

El mejor ejemplo actual es U. de Chile. El futuro de Frank Kudelka en la banca es una incógnita, pese a que llegaron diez refuerzos a los azules y, supuestamente, con un plantel que él armó, se “proyectó” toda la temporada. Los resultados al final mandan en todos los clubes, pero el famoso proyecto la mayoría de las veces se desmorona antes de tiempo.

¿Hay un proyecto tangible que cada entrenador tenga o son sólo palabras adornadas en un discurso? “Cuando uno presenta un proyecto, este tiene que ver con la forma de trabajar, las características de cada jugador que uno pretende tener, el estilo de juego, comportamiento que uno tendría con el plantel y los directivos”, dijo Felipe Cornejo, ex DT de Naval, Fernández Vial e I. de Cauquenes.

Felipe Cornejo

Llegó hace más de dos años al Campanil y, cuando se decidieron por él, la dirigencia aseguró que les sedujo su proyecto y la impecable presentación que tuvo. Francisco Bozán comentó que “uno expone su proyecto a los directivos. Se vende una forma sustentada con información, conocimiento de la actualidad del club, competencia, el proceso que uno busca llevar y el modelo de juego. El proyecto tiene un inicio y fin, va teniendo objetivos a corto plazo que son los que van determinando si llegarás al final del proceso”.

En Talcahuano y tras un irregular 2018, Nicolás Larcamón lidera un proyecto que tiene bases claras. El éxito deportivo de Huachipato no es lo principal y la gran prioridad es la venta de jugadores. “Cuando asumí sabía, indudablemente, que este club se caracteriza por ser más vendedor que comprador. En Chile veo proyectos que se continúan, pero estos no responden a un nombre propio y ahí radica el error. Yo acá estoy identificado con el proyecto, pero estoy claro de que mi tiempo quizás no coincide con el proyecto de muchos años donde se busca proyectar futbolistas. Uno siempre aspira a progresar. Debieran existir los proyectos. Hay clubes que los tienen con mayores urgencias y otros que quizás responden más a una línea de modelo deportivo que puede tener un poquito más de paciencia. En instituciones gigantes las urgencias son más importantes”, aseguró el DT de Huachipato.

Nicolás Larcamón

Más tajante fue el entrenador que dirigió a Iberia el último año y que, de confirmarse la participación de Naval en Segunda, se haría cargo del “Ancla”. Patricio Almendra afirmó que “siento que los proyectos en el fútbol prácticamente no existen. Si bien uno lo tiene integrado a su vocabulario, ningún proyecto dura un año. Los proyectos deportivos tienen durabilidad para mínimo dos o tres años. En Chile es complejo y no tengo memoria de algún técnico que haya estado durante dos o tres años en un club. Quizás Marcoleta en Curicó, aunque iba y volvía. La U. de Conce le ha dado importancia al proyecto que Francisco (Bozán) presentó, porque llegó a salvarlos del descenso, los clasificó a una copa internacional y el año pasado hizo un campañón. Pero es raro ver que un técnico tenga el respaldo de un club”.

Patricio Almendra

Siempre mandan

No todos los proyectos tienen la misma meta, pero todos tienen como objetivo en común la buena cosecha de resultados. Si estos no acompañan, lo más probable es que el proyecto no prospere. A nadie le gusta que le vaya mal. El tiempo en los equipos grandes no es el mismo que en los de menor convocatoria y aquello se refleja, por ejemplo, en el caso de Nicolás Larcamón el año pasado. En cualquier otro club, lo más probable, es que el entrenador hubiese sido despedido, ya que por once largas fechas el equipo sólo supo empatar y perder. Pese a ello, Huachipato creyó en el proyecto y respaldó a un DT que sigue a cargo del equipo para este año.

Hay muchos ejemplos. Everton estuvo cerca de ver partir a Javier Torrente como DT cuando iban sólo tres fechas. El equipo peleaba por no descender. El Campanil pudo ver partir a Bozán a inicio de 2018 tras un pésimo arranque, pero al final todo terminó con el club sublíder y clasificando a Copa Libertadores.

“Ese proyecto nuestro se pudo haber quebrado si se hubiese creído que por perder los primeros partidos no lograríamos el objetivo a largo plazo. Nos seguriza mucho la dirigencia, cómo ellos conciben el proyecto y creen en nosotros. Tienen mucha seriedad”, dijo Bozán.

Felipe Cornejo, actualmente sin club, afirmó que “si no hay buenos resultados inmediatos, el primero que sale es el técnico. Se habla de proyectos, pero para nadie es un misterio que todo está sujeto a los resultados. La palabra proyecto está manoseada, porque a la luz de los hechos no es tan así. Por ejemplo, el otro día sacaba la cuenta que en las distintas divisiones más del 50 o 60 por ciento de los clubes no terminan con los mismos entrenadores que empezaron el año. Es lo que nos toca y debemos asumir las cosas como son”.

Y los fríos números así lo reflejan. De los 16 entrenadores que el año pasado arrancaron la temporada, sólo cuatro terminaron en su cargo el campeonato: Beñat San José (UC), Gerardo Ameli (Antofagasta), Francisco Bozán (U. de Concepción) y Nicolás Larcamón (Huachipato).

En Primera B, de los 16 técnicos que partieron dirigiendo, sólo tres terminaron la temporada: Patricio Graff (Coquimbo), Gustavo Huerta (Cobresal) y Jorge Aravena (Dep. Valdivia).

En Segunda División, la cifra no aumenta. Sólo cuatro de 10 técnicos comenzaron y terminaron el año: Felipe Cornejo (Independiente de Cauquenes), Osvaldo Hurtado (D. Santa Cruz), Roberto Rojas (General Velásquez) y Fabián Marzuca (Recoleta).

En resumen, sólo 11 de 42 DT’s pudieron empezar y terminar el año en sus clubes. Cifras que hablan por sí solas…

Debe ser mutuo

Cuando los equipos buscan DT siempre hay una lista larga de varias opciones. Es lo normal. El problema es cuando entre esas alternativas hay un técnico ofensivo, otro que privilegia el aspecto defensivo, uno que tiene experiencia, otro que da sus primeros pasos y alguno más que no calza con ninguno de los perfiles nombrados. O sea, al final, una total incongruencia.

“No se respetan los proyectos, sólo se buscan resultados. Y a veces tampoco es malo, pero se debería decir que el club busca tales objetivos y que si se está yendo por otro camino, puede haber un cambio. El club también debe tener una idea de lo que quiere y así, ambos proyectos tienen que ir de la mano. A veces en un club hay reuniones con varios técnicos que trabajan totalmente distinto y ahí uno se pregunta, ¿cuál es la real idea del club? Porque si realmente tuviesen una idea de lo que quieren, se deberían enfocar sólo a técnicos que se acerquen a esa idea”, agregó Cornejo.

Al respecto, Francisco Bozán dijo que “lo más importante es estar convencidos y ser coherentes. En una decisión inicial y en que es una persona quien logrará ese proyecto. Cuando se pierde la convicción, se pierde el proceso y se rompió todo el proyecto. Y es parte del juego. No se puede decir si es justo o no. Para los entrenadores es muy complejo, porque uno no puede volver a dirigir ese mismo año en Primera y tiene que esperar. Los entrenadores estamos, normalmente, muy convencidos de que tenemos siempre la fórmula para ganar.

¿Y Almendra? El entrenador ex Iberia comentó que “en los clubes tienen que tener políticas deportivas y evaluar. Si el club decide que lo primordial es la proyección de jugadores jóvenes, darle tiraje a los de casa y hacer debutar a varios, hay que contratar técnicos valientes. Y quienes no tengan la intención de proyectar jugadores, deben contratar a entrenadores que busquen irse a la segura con gente de experiencia. Todo depende de lo que quieran los dirigentes”.

Los proyectos, en parte, son todos distintos, pero tienen matices que los asemejan. La mayoría de los clubes tienen ideas diferentes, al igual que los entrenadores, que al final los resultados terminan dándoles la forma y concreción definitiva. En sí, no hay un documento de muchas hojas que cada club tenga y donde diga “este es el proyecto”. La idea será siempre buscar sacar el mayor rendimiento posible a los equipos y en base a eso acercarse al objetivo que cada institución tenga.

Para los técnicos, lo mismo. Sus proyectos, tal como ellos indican, se basan en una presentación inicial donde buscan obtener un trabajo y darse a conocer. En la cabeza de cada uno de los entrenadores y dirigentes sí existe un proyecto, que siempre se rompe. Un técnico me dijo que si de algo debo estar seguro, era que en algún momento me echaban o no me iban a renovar el contrato. En cualquier momento se terminará esto y uno obvio trata de alargarlo lo mayor posible, porque ahora, por ejemplo, estamos en una institución muy cómoda donde nos han tratado muy bien. Tenemos claro que no somos entrenadores eternos y estamos de paso. El proyecto no está basado en el egoísmo y queremos dejar una huella acá”, cerró Bozán, DT del Campanil.

Francisco Bozán

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