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Dina Barría, destacada Adesup en Futsal: La trotamundos del fútbol que hace magia en la sala

Estrella de la Universidad Santo Tomás se alzó como la mejor de su disciplina a nivel regional. A sus 23 años, salió de Punta Arenas, estuvo en el Colo Colo de José Letelier en Santiago y fue campeona mundial de fútbol calle. Hoy, su sueño es vivir del balompié.

Por: Paulo Inostroza 07 de Enero 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

Dina deja la pelota muerta en la planta de su pie y levanta la cabeza. Piensa muchas cosas. Mira hacia adelante y no ve el camino que quisiera ver, todo lleno de obstáculos, la cancha dispareja. Pero la hace rodar y se olvida de todo. Avanza. Dina Barría tiene 23 años y puede contar muchas historias y logros gracias al fútbol, pero su sueño es vivir del deporte que ama. Sueño que comparten muchas. La alumna de Pedagogía en Educación Física de la Universidad Santo Tomás fue elegida como la mejor del futsal del Adesup Bío Bío y va por más. A estas alturas, sabe que detenerse y lamentarse no sirve de nada.

“Desde muy niña que me gustó el fútbol. Veía a mis vecinos jugar a la pelota y yo también quería hacerlo. Me fueron incluyendo de a poco y me di cuenta que era lo mío. También intenté con el básquetbol, pero rápidamente una nota que es mejor con los pies que con las manos. Más coordinada”, recuerda de sus inicios. De su acercamiento a este deporte.

Y de a poco empezó a crecer. Dina repasa que “yo soy de Punta Arenas y de pronto pasé a Santiago, donde jugué en la Sub 17 de Colo Colo (dirigida por José Letelier). Estuve ahí sólo un semestre, pero me di cuenta que allá es otra cosa. Allá es en serio, te piden disciplina. Ya no era un ‘ya, juguemos a la pelota y vamos a divertirnos un rato’. Se trata como un deporte y no un pasatiempo. Después me dediqué un poco al fútbol calle ( fue campeona mundial el 2014) y llegando a Concepción integré el equipo de Fernández Vial. Ahora volveré a Santiago y no sé cuál será mi rumbo”.

¿Es mucha la diferencia con Santiago? “He vivido cambios súper fuertes. En Punta Arenas, por un tema del clima, prácticamente se juega sólo futsal, que es justo en la categoría donde salimos campeonas con Santo Tomás. Ahí todo era mucho más amateur y en Colo Colo es otra cosa: tienes que entrenar de lunes a viernes, te asignan una dieta y necesitas mucha constancia para estar a ese nivel. Después, además, tienes que ganarte el puesto. Si me quedaba en Punta Arenas, yo sabía que sería una jugadora muy destacada, pero en Santiago cambia todo y cuando llegas eres una jugadora regular. El resto es trabajo y trabajo para ir mejorando. Siempre estoy en una batalla por ir mejorando”, advierte.

Elías y las trabas Vestida de aurinegra, también fue una de las figuras destacadas de 2018 y señaló que “en Vial, más que logros de títulos, siento que gané una familia. Es un grupo muy acogedor y eso ha sido la clave para que este año hubiésemos terminado segundas de la zona, peleando playoffs con los equipos más fuertes del país y dejando al club en Primera. De ahí me llevo los mejores recuerdos”.

Sobre sus características en la cancha e ídolos, confesó que “en fútbol juego de contención, soy una volante que quita y pone harta pierna fuerte. Me gano muchas tarjetas amarillas, pero es lo que a veces tengo que hacer. Igual me puedo soltar un poco y me gusta crear. Siempre me gustó Elías Figueroa, su forma de pararse en la cancha, es el gran referente. No es mi puesto, pero es un ídolo”.

Clases, pruebas, partidos por Vial, jugar por la universidad. ¿Y cómo lleva eso? Dina expresó que “los estudios y el deporte no son algo fácil de llevar. Muchas veces tenemos que viajar y no son viajes de dos horas, a veces son seis o doce. Me toca viajar un viernes, jugar un domingo y no descansas mucho de la semana de estudio. De repente nos toca almorzar en el bus y llegar a las ocho de la mañana a clases. Es un sacrificio grande, pero he visto gente que hace cosas mucho más esforzadas que uno para estudiar. No me puedo quejar tampoco. Hago lo que más me gusta”.

Ha estado en varias partes, conoce el fútbol femenino a distintos niveles y analiza que “nos falta mucho por crecer como ciudad. A Concepción y la Zona Sur en general le falta mucho. Yo vi cómo era Colo Colo, pero creo que acá no se sale mucho a ver otras realidades y tal vez no se dan cuenta de hasta dónde se puede llegar, qué nos falta o qué deberíamos hacer. Iquique y La Serena están sobre nosotros, pero siento que de a poco esto va surgiendo con la primera piedra que pusimos con Vial, la UdeC, lo que pueda hacer Deportes Concepción o Huachipato el 2019. Falta demasiado, pero vamos por buen camino y hay que seguir creyendo en esto”.

Vuelve a parar la pelota, mira otra vez al mismo punto y apunta que “mi sueño es que el fútbol femenino sea verdaderamente profesional. Que no sólo se ocupe el nombre de profesional, pero en realidad es otra cosa y no recibimos ningún peso. Creo que la universidad hace su aporte pagándome parte de la carrera con la beca, pero en el fútbol profesional estamos al debe. Yo tengo que trabajar los fines de semana para dedicarme al fútbol. ¡Por qué! Si yo tengo las habilidades, por qué no puedo hacer sólo eso en lo que soy buena. Si fuera todo más fácil, incluso por el sueldo mínimo, yo me dedicaría al fútbol y haría de esto mi vida, pero no se puede”. Y avanza de nuevo. Sin mirar hacia atrás.

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