En el mes de julio les contamos sobre el lanzamiento de la cuarta generación de la Santa Fe de Hyundai, el SUV más exitoso de la marca coreana a nivel mundial, y que en esta oportunidad llega con muchas renovaciones en términos de tecnología y equipamiento, además de los cambios estéticos evidentes.
En el marco del evento realizado en San Pedro de Atacama tuvimos la oportunidad de probar la versión 2.2 turboldiésel, y ahora, pusimos a prueba la tope línea Limited con motor 2.4 bencinero de 4 cilindros, con 172 HP y que eroga 225 Nm, y cuyo precio de lista para el mercado nacional es de $26.290.000.
La primera impresión es de una gran robustez y seguridad. La Santa Fe pesa aproximadamente 2 mil kilos y su unidad de potencia los mueve sin contratiempos. Algo que según los entendidos, ya había conseguido en las pruebas realizadas a más de 2.500 metros de altura en la Región de Antofagasta, por lo que a nivel del mar sin ese hándicap, se mueve con mucha más holgura de la que uno podría esperar de un vehículo de esa envergadura.
Asociado a una caja automática de seis velocidades, muestra una gran potencia con el simple contacto del pedal del acelerador, teniendo su mejor rendimiento sobre las 3000 rpm. En ese sentido, tiene una gran respuesta a cualquier requerimiento conductivo.
En un vehículo de esta gama no se puede esperar otra cosa de su performance en lo que respecta su suspensión que entrega estabilidad a toda prueba y también copia de gran manera las imperfecciones de las calles a nivel urbano.
El habitáculo es de gran nivel. Hyundai sacó lo mejor de su performance para hacer un producto con excelentes materiales y grandes acabados. Además, el techo panorámico entrega una gran iluminación extra, a lo que se suman apuntes importantes como climatizador bizona y asientos de cuero ajustables, que además tienen memorias de ubicación eléctrica programables, volante ajustable en profundidad y altura, entre otros detalles importantes.
Otra de sus grandes virtudes viene en términos de seguridad, con novedades importantes para el uso familiar con niños, como es el asistente de seguro en salida, que detecta si viene un auto en la misma dirección en que nos detuvimos, y en caso de ser así, bloquea la apertura de las puertas hasta que este ha pasado.
Además, incorpora un sensor de plazas traseras, que indica al conductor la presencia de personas en los asientos posteriores, y que evita olvidos que en Chile han costado vidas de niños. A lo anterior suma apertura eléctrica del portalón con manos libre -se activa pasando el pie debajo del parachoques-, seis airbags, cámara de retroceso en 360º, sensores de proximidad delanteros y traseros, alerta de vehículo en el punto ciego y también alerta de tráfico cruzado, entre otros.
Por otra parte, en términos de equipamiento, esta versión incorpora control de tracción avanzado, llantas aro 19, luces delanteras LED, tablero digital de 7” compatible con Apple Car Play o Android Auto, Head-up display, cargador de teléfonos inalámbrico y freno de mano eléctrico, entre otros.
En resumen, un producto de gran categoría, como acostumbra Hyundai con la Santa Fe, para seguir marcando presencia en el segmento de los SUV, uno de los más requeridos hoy en Chile.