Deportes

Maite Jara, remachando desde lo alto para un día vestirse de amarillo y cielo

Por: Paulo Inostroza 21 de Mayo 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

Quizás no se ve tan alta para el mundo del vóleibol, pero conoce perfectamente sus cualidades. En su colegio, el Instituto Humanidades, la señalan como una de las destacadas del equipo y su familia lleva este deporte en la sangre. Maite Jara, de 16 años, brilla a nivel Adicpa y ya proyecta lo que pasará cuando tenga que entrar a la universidad, porque ni en sueños piensa dejar los remaches de lado.

“Creo que estoy desde siempre en el vóleibol, porque mi papá también juega y es como de familia. Te diría que quizás a los 7 empecé a jugar, pero a los 4 ya había una pelota cerca mío, siempre. Me gusta este deporte porque te enseña mucho a jugar en equipo, porque aquí todas tenemos que ayudar a la del lado. También me llama la atención jugar en el aire, saltar, el trabajo de todas lleva a que una sola salte. Es bien colectivo”, expresó.

La alumna de tercero medio se refirió a su actual equipo en el colegio y analizó que “teníamos un grupo donde veníamos jugando harto tiempo juntas, pero la mayoría ha ido saliendo del colegio porque siempre jugué con las más grandes. Este es un grupo más nuevo, donde van entrando otras niñas y es bonito ir conociendo gente”.

Habló de sus características y también de su entrenador, alguien que la conoce perfectamente. “No soy tan alta y creo que quizás no le pego tan fuerte, pero sí soy ágil y me muevo harto para recibir. Mi ‘profe’ es mi papá, Edgardo Jara, y siempre ha sido mi entrenador. Que sea tu papá significa que a veces te rete más porque siempre está preocupado por ti y sabe mucho de este deporte. Cuando ando floja, me lo hace ver más rápido, me enseña a ser responsable. Cuando termina el partido, lo comentamos con el equipo, pero en la casa los dos seguimos hablando de qué pasó. Para bien y para mal. Mi hermana estudió acá y también jugaba conmigo. Mi mamá igual va a verme jugar. Todos están bien metidos”, apuntó.

Suelten la tablet

De este inicio de temporada, puntualizó que “en Adicpa, este año llevamos un partido jugado y otro perdido. Partimos recién y nos estamos rearmando, pero tenemos un muy buen equipo”.

¿Y qué tan importante es el vóleibol en la vida de Maite? La oriunda de Chiguayante indicó que “el deporte ayuda en muchísimas cosas. Yo, por ejemplo, soy súper desconcentrada y el deporte me ha ayudado a mejorar eso. Necesitas organizar tus tiempos. Además, necesitas darte un espacio para hacer algo que te deje feliz, que te tenga motivada porque así el estudio y todas las cosas funcionan mejor”.

Pero es la época del celular y la tablet. De mover apenas los dedos. “Cuesta entusiasmar a los compañeros con el deporte, ahora que todo es de tanta tecnología. Hay jóvenes que no les llama la atención ningún deporte, habiendo tantas alternativas. Tú les dices ‘vamos a correr’ y no son muchos los que te siguen”, aseguró.

Entrenan martes y jueves en el gimnasio del colegio, donde también hacen de local, aunque a veces se van al colegio francés.

Proyectándose en el deporte y los estudios, comentó que “también juego por el club de la UdeC y mi sueño es seguir mis estudios ahí y defender a la universidad. Es una potencia a nivel Adesup y ya conozco a algunas jugadoras, que son todas muy simpáticas”.

Y si algo queda del deporte, cuando ya pasen los años y uno eche la memoria atrás, son los amigos. Maite cuenta que “por el colegio viajamos hace unos años a Chillán, por la Confraternidad, que era un torneo de colegios donde alcancé a ir una vez. He hecho muy buenos lazos gracias al deporte, fui a Temuco. Es otra de las cosas positivas que te deja el deporte. Me gusta conocer gente”.

Etiquetas