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Jóvenes al poder: los dueños de la pizarra

Por: Paulo Inostroza 29 de Enero 2018
Fotografía: Diario Concepción

Felipe tenía 25 años, se había titulado de periodista y mal no le iba. Trabajó en medios escritos, era bien considerado en su pega y su carrera parecía ir hacia arriba. De pronto, tomó una decisión importante, un quiebre en su vida. “Mamá, quiero ser técnico de fútbol”. Es hermano de Fernando Lazcano, veloz puntero izquierdo o lateral del fútbol chileno. También hijo de Felipe, ex dirigente de Naval. Familia pelotera, sin duda, que lo apoyó, pese a que la noticia venía con un anexo no menor: “me voy a estudiar a Uruguay. Nos vemos en tres años”.

Su historia se repite cada vez más. Jóvenes que ven en esta profesión una puerta abierta y dirigentes que hoy se atreven sin miedo al carnet de identidad. Las cifras son indesmentibles: los técnicos de la liga chilena, en conjunto, tienen el promedio de edad más bajo de Sudamérica, con 44,4 años, lo mismo que Paraguay. Ecuador, Colombia, Brasil y Bolivia superan los 50 años. Y los más jóvenes de Chile, curiosamente, están en nuestra zona. Nicolás Larcamón, de Huachipato, tiene 33. Francisco Bozán, de la UdeC, es el más joven del continente, con 31.

¿Es una tendencia local o mundial? ¿Qué diferencia hay entre los técnicos recién salidos y los antiguos? ¿Se acabó el miedo a la “poca experiencia” o aún existe? Esta es la opinión de los protagonistas. Hablaron Larcamón, Bozán y Felipe Cornejo, ex Fernández Vial. Tres exitosos, categoría Sub 33.

Abriendo las aguas

Bozán, en algún momento, fue un “bicho raro”. El mateo del Inaf, un tipo que jugó apenas un par de años. Con 25 años, ya estaba a cargo de Santa Cruz, en Tercera. Hoy, se encuentra a dos días de dirigir en Copa Libertadores.

“Es una tendencia nacional esto de dar oportunidad a gente joven, pero eso no debe significar invalidar a los técnicos de experiencia, de los cuales tenemos que aprender mucho. Desde Hernán Godoy, que el año pasado hizo una muy buena campaña con Santiago Morning. Hay mucho que aprender de los más antiguos y nosotros debemos ganarnos un espacio y respeto en base al trabajo, la seriedad y la planificación”, comentó tras una práctica en Bellavista.

El citado “Clavito” tiene 76 años. Otra de las viejas glorias de nuestro fútbol, José Sulantay, dirigió a Cobreloa el 2017, con 77 años. En cualquier caso, ambos están sin club, aunque Godoy siempre se mantiene activo. El “Negro”, en tanto, volvía del retiro, pues también tiene un cargo político como consejero regional.

¿Y por qué los dirigentes apuestan por los más noveles? Bozán expresó que “hay una cualidad muy propia de la juventud, que es querer comerse el mundo y eso resulta atractivo, pero también se necesita el equilibrio que los más grandes adquieren con cada vivencia. Siento que la gente que sale hoy del Inaf son técnicos muy bien preparados. Yo estudié e hice clases ahí y puedo asegurar que se trabaja con ellos de gran manera y salen muy aptos para la alta competencia. Si se da la oportunidad al técnico chileno, se van a encontrar con profesionales muy preparados”.

Recuerda sus primeros años con una sonrisa, algo de nostalgia y orgullo. Porque sabe que el camino era doblemente difícil. “La rareza de mi edad siempre fue un tema más del periodismo que otra cosa. Cuando asumí en Barnechea, con 27 años, fue una noticia de toda la semana en todos los medios. Se cuestionaba que era muy joven, si era capaz de manejar el grupo. Y ese año hicimos una muy buena campaña. Con esta Universidad de Concepción partí con 29 años, cumplí 30 acá y también hicimos un gran campeonato. Aquí nadie te elige por ser joven. Te eligen por tu forma de trabajo”, aseveró.

No le gusta tirarse flores. Para nada. Pero con el tiempo se ha dado cuenta que sus resultados, los de Héctor Tapia (campeón con Colo Colo a los 37) y otros jóvenes fueron importantes. “Los primeros jóvenes que comenzamos a dirigir teníamos una responsabilidad grande. Debíamos demostrar que la edad no era tema, que sí podíamos manejar grupos y que estábamos preparados para controlar el impacto mediático que tenías encima. Presentarte al mundo con veintitantos y que nadie te conozca, en una carrera que siempre fue de gente experimentada, no es fácil. Tuvimos esa responsabilidad y demostramos que no es necesario estar retirado del fútbol y tener 45 años para poder dirigir”, manifestó.

¿Y pasa lo mismo, fuera del fútbol, en el país? ¿Hay más confianza en los jóvenes? Bozán analiza que “esto que pasa en el fútbol también se refleja en la sociedad y ocurre algo parecido, pero ojo que tampoco puede haber una sobrevaloración de los jóvenes, que tienen gran cantidad de estudios, magíster y posgrados, lo que está bien. Lo que no me parece es que exista una desvaloración de todo lo que te pueden aportar los mayores. Las edades deben convivir porque es de ellos de quienes podemos aprender todo. En el fútbol y cualquier trabajo no todo es la materia y el libro. Las vivencias y escuchar esas vivencias es lo que nos hace crecer. No puedes dejar pasar a alguien porque es viejo, eso le hace mal a la sociedad”.

Tuve que emigrar

Nicolás Larcamón llegó a Antofagasta con 32 años. En el medio, también se cuestionó un poco su edad, sobre todo, viniendo de otro país. A diferencia de Bozán, nunca intentó ser futbolista. Al menos, no en serio. Hoy dirige su segundo club en Chile y es uno de tres técnicos extranjeros Sub 40 en nuestra liga. Los otros son Gabriel Milito (37) y Beñat San José, español de 38 años.

El nacido en La Plata tuvo que seguir el camino largo y recuerda que “en un momento pasé de Los Andes a Nueva Chicago y fui asistente técnico. Ahí siempre me reconocieron como el futuro técnico del equipo. Me decían siempre ‘tú vas a ser un día el técnico de Chicago’, pero siempre era ‘tú vas a ser un día’ y el día no llegaba, hasta que me llamaron de Venezuela y fui el técnico que allá buscaban. Tenía 29 años y en Argentina quizás no tuvieron la decisión firme de darme una oportunidad, porque sentían que a cualquier mal paso les iba a caer toda la crítica encima sobre mi edad y mi poca trayectoria”.

Y de Venezuela, donde jugó Copa Sudamericana con el Anzoátegui, pasó a Chile y cuenta que “hoy el fútbol está estructurado en sociedades anónimas y los propietarios toman decisiones de acuerdo a sus intereses y los de su marca. La liga chilena está un paso adelante en cuanto a capacidad para tomar decisiones que no solo tengan que ver con técnicos que tengan trayectoria como futbolista. Incluso, hay técnicos que no tienen tanta experiencia en años, pero sí son capaces de presentar un proyecto y metodología seria de trabajo que les da un aval”.

Pero tampoco le gusta que le digan que no tiene vivencias. Porque Larcamón tampoco cayó de la rama de un árbol. “Lo que nadie me puede decir es que no he vivido cosas en el fútbol porque partí siendo ayudante de una escuelita del barrio, después me hice cargo de ese mismo equipo y así fui subiendo a infantil, juvenil y pasando todo el proceso desde el inicio hasta que tomé un primer equipo profesional fuera de mi país. Cuando era técnico de inferiores tenía apenas 22 años y hasta hice clases en la escuela de directores técnicos con 28. Siempre me acompañó ese mote de que era joven, pero nunca fue problema”, apuntó.

Independiente de que en el camarín haya gente que lo pasa en edad. “Me ha tocado dirigir siempre a jugadores mayores que yo. Incluso con 8 años más que yo en Venezuela o jugadores como Gonzalo Villagra o Hurtado en Antofagasta. De cualquier forma, siempre he sido más de elegir jugadores jóvenes, pero no tiene que ver con eso. No es un inconveniente”, advirtió.

Hay que actualizarse

Felipe Cornejo acaba de fichar por Independiente de Cauquenes. El año pasado devolvió a Fernández Vial al profesionalismo en una histórica campaña. Todo suena lindo, pero a sus 33 años también tiene historias tristes que contar. De esos tiempos en que le decían “Felipe, usted es muy joven para manejar un camarín”.

El DT cuenta que “el 2016 era uno de los candidatos para asumir en Vial, pero la edad me pasó la cuenta. Cuando salí de Naval también dieron ese motivo como un factor para que no siguiera y fue ingrato porque siento que estaba cumpliendo bien. Me molesta cuando se mide por la edad y no por la capacidad. Ahora, tampoco es que todos los técnicos jóvenes sean buenos ni se trata de cerrarle la puerta a los de más edad y trayectoria. Que cada club elija al que estima mejor según su punto de vista, pero que sea por capacidad”.

En su caso, llegó como ayudante de Iván Endre a Naval. De pronto, sin siquiera pedirlo, le tocó asumir como titular. “Fue todo bien de golpe. Se supone que asumía interinamente y llegaría otro. Yo tenía 29 años. Debo reconocer que sí hubo nervios en los primeros partidos, pero no porque dudara de mí. Lo que pasa es que tenía muy claro que esos dos o tres partidos eran mi gran oportunidad. Tenía que demostrar y lograr resultados. Siento que la Tercera y Segunda División son una buena escuela. Ahí se ve para qué estás”, indicó.

Pero siente que ese temor hacia los jóvenes se ha ido disipando. Cornejo señaló que “el promedio de edad de los técnicos en Chile ha bajado mucho. Fue importante lo que hizo Fernando Vergara cuando partió siendo bien joven, lo de Bozán, lo de Córdova en Palestino y lo de Tapia en Colo Colo, cuando llegaban técnicos extranjeros, de gran currículum y no funcionaban. Él demostró que un entrenador joven se la podía. Así se empezaron a abrir las puertas”.

Y cree que los jóvenes tienen una gran virtud. “Siento que hay un manejo de la tecnología que te permite conocer otras realidades y actualizarte. Los jóvenes somos más abiertos a las nuevas ideas y metodologías. No te encasillas con algo porque entiendes que el fútbol actual no lo permite”, explicó.

No fui futbolista

Lazcano no se achica en Uruguay. El primer año obtuvo uno de los mejores promedios de notas de su curso. Y en el verano, trabaja en un hostal para pagar sus estudios. Lleva dos años allá y le falta uno para terminar la carrera.

“La gran diferencia que existe ahora con los técnicos de hace 20 años, es que hoy existe mucho más accesibilidad a materiales y, además, una constante actualización. En estos tiempos, si no te actualizas, cada vez tienes menos lugar dentro del fútbol. Ahora hay acceso a cosas que antes no había, como materiales de los mejores entrenadores del mundo, ya sea en libros o internet, videos que son de mucha ayuda. Y asimismo la gente que ahora te enseña, también está más preparada y actualizada”, comentó.

Felipe hizo inferiores, pero no se dedicó al fútbol como jugador. ¿Es una contra a la hora de encontrar club donde dirigir? Él piensa que “los técnicos jóvenes están siendo valorados y bien mirados en el último tiempo, porque con nuevos conceptos y un buen trabajo, están obteniendo resultados que es lo que finalmente manda a la hora de dirigir. Claros casos son los de Felipe Cornejo o Francisco Bozán. Ya no es necesario haber sido futbolista para ser entrenador, lo que antes era prácticamente un requisito. Entonces a los que nos gusta esto de dirigir, empezamos a estudiar jóvenes y la carrera como técnico comienza antes que, tal vez, un ex futbolista que espera a terminar su carrera y recién a los 35 o 40 años empieza a dirigir”.

Teniendo claro que el Inaf está titulando sus primeros técnicos en nuestra zona, sumados a la camada de Santiago que crece año a año, sabe que no será fácil hacer una diferencia. Sueña con perfeccionarse en Europa y tiene claro que deberá empezar con series menores o en un club de Tercera. No le incomoda. Al contrario, le apasiona dirigir desde abajo e ir subiendo.

¿Y los más viejos?

Víctor Merello es uno de los futbolistas más grandes que dio nuestra Región. Dirigió Cobreloa y varios equipos de nuestra zona. Su última experiencia profesional fue el 2013 con Deportes Concepción. Hoy tiene 65 años y también opina sobre este boom juvenil en las bancas.

“Para mí, la experiencia es fundamental en todo ámbito de la vida. No es lo único, pero sí es importantísimo. En un equipo a mí me gusta tener experimentados y jóvenes, que convivan en un plantel, pero distinto es cuando tienes que elegir una sola persona, como es el técnico, y tal vez jugártela por alguien inexperto. Hay muchachos que salen recién del Inaf y hoy parecen estar sobre otros más experimentados. Creo que se buscan mucho las caras nuevas que refresquen nuestro fútbol, por eso también llega tanto extranjero. Algunos desconocidos”, apuntó.

El “Chueco” agrega que “cada club busca un perfil y a veces se dejan llevar por técnicos que hablan bien o son muy educados, como si fuera más importante que lo vivido y la capacidad para manejar un camarín. Bueno, cada dirigente verá qué es lo mejor para su equipo y con qué puede contar económicamente. También hay decisiones que pasan por ahí”.

Hoy, el técnico más veterano de Primera División es Luis Marcoleta, con 58 años. Un sobreviviente. Un tipo con trayectoria y ascensos que también se ve obligado a actualizarse y aprender día a día. El fútbol avanza y hay que ir a su ritmo.

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