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Riesgos de bebidas energéticas e isotónicas

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2017
Fotografía: bebidas energéticas

Josefa Rivera Stuardo
Académica de Nutrición y Dietética
Universidad San Sebastián

Hoy las personas tienen un estilo de vida acelerado, pasan gran parte del tiempo en su trabajo, ha aumentado la competitividad laboral y el estrés se ha posicionado como una enfermedad del siglo XXI. Considerando este contexto, en el 2001 llegaron a Chile las llamadas bebidas energéticas. Descritas por el marketing como aptas para aumentar la resistencia física, brindar mayor velocidad de reacción y concentración e incrementar el estado de alerta mental, crean un estado de euforia lo cual permite mantenerse hiperactivo por varias horas.

Su consumo está orientado a un público de entre 18 y 40 años, pueden acceder a ellas desde estudiantes estresados en periodos de exámenes, personas que trabajan muchas horas, hasta quienes desean estar activos y despiertos durante una salida nocturna.

A pesar de que existen países europeos que han restringido su venta, en Chile se pueden comercializar sin limitación, así cada día aumentan los consumidores, sin embargo, muy pocos saben realmente lo que están bebiendo.

Su uso en Chile está normado por el Código Sanitario que las denomina como “alimentos para deportistas” y “bebidas energéticas”. Esta amplia denominación genera confusiones, ya que en la publicidad pretenden ser útiles en una variedad de situaciones, incluso en aquellas en que pueden generar efectos adversos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) las define como “bebidas no alcohólicas que contienen cafeína, vitaminas y otros ingredientes, como taurina, ginseng, guaraná. Por lo general se comercializan con el fin de aumentar la energía e incrementar el rendimiento físico y mental”.

Ahora, debemos diferenciar las bebidas energéticas o hipertónicas de las rehidratantes o isotónicas que son de uso deportivo.

Las energéticas o hipertónicas en su composición no contienen alcohol, sin embargo, poseen sustancias que estimulan el sistema nervioso central, como cafeína, guaraná y/o taurina. Sustancias estimulantes que buscan generar efectos energéticos, regeneradores de la fatiga y del cansancio.

En cambio, las isotónicas, también conocidas como rehidratantes o deportivas, poseen en su composición sales minerales y glucosa que favorecen la rehidratación. Por lo tanto, deben ser utilizadas por deportistas de alto rendimiento o personas que suelen realizar una actividad física intensa mayor a una hora.

Generalmente, los deportistas están expuestos a distintos factores ambientales como calor, humedad, que favorecen la pérdida de agua y electrolitos plasmáticos. Para ellos, las bebidas isotónicas podrían tener un efecto positivo, ya que favorecerían la rehidratación y mejorarían el rendimiento físico y resistencia. Confundirlas es un riesgo para la salud, ya que la cafeína presente tiene un efecto diurético, que contribuye a la deshidratación, consecuencia indeseada para un deportista o para una persona que estuvo expuesta a una actividad física extenuante.

La recomendación para una persona sedentaria, que no realiza deporte es hidratarse con agua, lo mismo se aconseja a la población infantil. Si notamos que no tenemos la suficiente energía para cumplir con nuestras actividades diarias, no olvidar que podemos obtenerla mediante una alimentación balanceada, sin saltarse comidas e incorporando colaciones saludables.

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