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Graciela y Francisca Delgado: Unidas por un balón y el buen hábito de ganar

Por: Samuel Esparza 29 de Mayo 2017
Fotografía: Isidoro Valenzuela

Graciela y Francisca Delgado son piezas claves en el sexteto de la Ucsc, uno de los grandes animadores del torneo de vóleibol Adesup.

Se puede decir que prácticamente lo único que separa a las hermanas Graciela (26) y Francisca Delgado (23), es la edad; y por cierto la personalidad, donde “Fran” resalta por una risa que contagia. Casi todo lo demás lo comparten: desde la carrera de Educación Física en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, hasta su gusto por el deporte, específicamente vóleibol, donde hoy sobresalen tanto en la Región como en el país.

Una historia que partió en el Colegio Chileno Árabe, lugar donde tras pasar por básquetbol, hándbol y hasta tenis, se enamoraron de los remaches sobre la red. “Empezamos a jugar vóleibol a instancias de la profesora Érika Valenzuela. Ella nos enseñó, vio que nos gustaba, que teníamos condiciones y que queríamos seguir aprendiendo. Así es que después de un tiempo, nos invitó a participar en el Club UdeC, en 2003”, cuenta Graciela.

Allí estuvieron bajo la mano del reconocido entrenador Eduardo Ruiz, quien sentó sus bases técnicas y tendría un rol fundamental en los futuros logros de ambas. En 2007, pasaron al Club Alemán y ahí terminaron por convencerse que el vóleibol era definitivamente lo suyo.

“Primero me gustó porque es un deporte de equipo y sin roces, lo encontré femenino desde su vestimenta hacia arriba”, reconoce Graciela. Para Francisca, en tanto, tuvo más que ver con seguir a su hermana mayor. “Mi mamá siempre me llevaba a verla jugar y yo notaba que se entretenía harto. Así que un día dije que quería intentarlo y me gustó”, dice.

Despegando

Lo mejor es que tenían condiciones y no tardaron en sobresalir. Primero Graciela, quien en 2005 fue llamada por primera vez a la selección regional. “Ya había jugado algunos nacionales juveniles donde me fue bien. Tenía habilidad para el juego, lo que complementé con mucho entrenamiento; me esforzaba harto, no faltaba jamás, fui constante incluso los fines de semana cuando jugábamos y eso provocó que me desarrollara más en el deporte. Mi premio fue ser nominada para los Juegos de la Araucanía con apenas 15 años, después de lo cual me dediqué de lleno a jugar”, recuerda.

A la hora de hablar de sus virtudes, Graciela hace una comparación no menor. “Creo que soy como Rocky, si caigo me levanto siempre una vez más. Como jugadora soy pareja, pero me destaca que siempre sigo pese al error que pueda cometer; si me equivocó no caigo en un hoyo. Y eso es primordial, porque el vóleibol es de mucho error. De alguna manera me acostumbré a contagiar eso y convertirme en líder”, asegura.

A Francisca se le hizo todavía menos difícil, al punto que llegó al equipo regional con 14 años. “Siempre tuve hartas condiciones, era súper hábil y cada vez que mi hermana iba a entrenar, yo la acompañaba, así es que eso me ayudó. Disputé mis primeros Juegos de La Araucanía en 2007 y era tan chica, que me quedaba con la entrenadora Carola Méndez en la misma pieza”, comenta.

Sobre sus cualidades en la cancha, dice que la calma en los momentos difíciles es su mayor virtud. “Empecé de líbero y ahora soy armadora. Son posiciones de gran relevancia porque de ahí parte un buen ataque, pero pese a la responsabilidad, tengo la capacidad de no perder la calma. Si lo hiciera, estresaría a todo el equipo”, afirma.

Cartel de figuras

Con el tiempo llegaron los títulos y ahí ya no había dudas de que la Región tenía en estas jugadoras de Chiguayante: un par de diamantes. Graciela, por ejemplo, integró la selección chilena que se tituló campeona en el Internacional de Iquique 2008 (derrotando 3-1 a Argentina en la final). Ese mismo año, fue al Sudamericano Juvenil de Perú, tras lo cual vivió una de sus máximas experiencias con la selección universitaria en Corea del Sur. Francisca tampoco se quedó atrás y luego de participar en un proceso de preselección en Estados Unidos, estuvo en el Sudamericano de Menores en 2008. Aunque lo mejor llegó en 2011, cuando integró el combinado de Bío Bío que hizo historia al ser campeón de los Juegos de la Araucanía en Ushuaia, y de la mano de Eduardo Ruiz.

Sin proponérselo, 2010 sería un año que marcaría sus carreras, pues ese año ganaron su primer torneo de vóleibol playa. Ambas se entendían a la perfección y se hizo una sana costumbre levantar trofeos en balnearios de todo Chile.
Hasta que, en octubre de 2016, tocaron el cielo con el título del Campeonato de la Federación Nacional Universitaria de Deportes (Fenaude) defendiendo los colores de la Ucsc. Eso les permitió representar a Chile en los International University Beach Games de Brasil, en marzo, donde llegaron a cuartos de final.

“Fue una vivencia que superó toda expectativa, tanto en juego porque fuimos líderes de nuestro grupo, como en el ambiente, la organización, todo”, rememora Francisca. Para Graciela, todo el proceso fue un sueño. “Ya ser campeonas chilenas significó un mérito tremendo y después andar bien en Brasil, mejor aún”, sentencia.

De ahí que uno de los grandes objetivos para esta temporada, sea ratificar la corona nacional y poder viajar otra vez a Brasil. “Será difícil, pero es una experiencia que queremos repetir. Así que la misión es que nadie nos quite el título”, cierra Graciela.

Los ojos en Adesup

Pero no todo se reduce a la arena y la otra gran meta en este 2017, es contribuir para ganar el campeonato Adesup. “Hasta el instante hemos ganado todos los partidos. Además, partimos un nuevo proceso con el ‘profe’ Julio Orellana, que está imprimiendo mucho carácter y garra al equipo. Creo que vamos por buen camino, aquí hay que luchar para ganarse el puesto y eso la traduciremos a la cancha”, anticipan.

Y es que ambas siguen con hambre de triunfos. “Estar en este nivel ha significado un esfuerzo de nosotras, de nuestros padres que han sido fundamentales, y todos los técnicos que hemos tenido. Eso hay que retribuirlo, ambas somos sacrificadas y nada se nos ha regalado. Podemos más, y si una empresa por ahí quiere jugársela por nosotras, seguro respondemos. Brasil y el título de Adesup nos esperan”, finalizan.

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