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"Jesús es el único técnico que nunca falla un cambio"

John Munizaga fue parte de ese camarín navalino que subió a Primera B el 2008, orando antes de los partidos finales. La religión llegó para quedarse en su vida y quiso transmitir sus vivencias. Muchos futbolistas locales han seguido sus pasos.

Por: Diario Concepción 25 de Octubre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1863.jpg

John Munizaga fue parte de ese camarín navalino que subió a Primera B el 2008, orando antes de los partidos finales. La religión llegó para quedarse en su vida y quiso transmitir sus vivencias. Muchos futbolistas locales han seguido sus pasos. 

 

Paulo Inostroza
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl

El 2008, Naval subió a Primera B. A tres fechas del final debía darse una combinación de partidos casi imposible y todos se dieron. Siempre orando en el camarín. "Pichunga" Herrera marcó un 2-1 a Iberia milagroso, ayudado por la línea de cal. Marcoleta fue al camarín antes del partido final con Magallanes y les dijo "nunca se rindan, hasta último minuto puede cambiar la historia". Y así fue, con un penal ejecutado por John Munizaga que los llevó a la gloria.

Han pasado 8 años y el "Muni" no se olvida. También recuerda una antigua lesión que lo tuvo 4 meses sin fútbol. Esa vez, al fin le hizo caso al ex defensor Edzon Riquelme, quien siempre lo instó a acercarse a la iglesia. "Invirtió harto café y conversaciones en mí", repasa. Nada volvió a ser igual. "Yo no pescaba y Dios era algo como lejano, pero el primer mensaje del pastor cambió inmediatamente mi vida".

John es un tipo sencillo. "El fútbol es bonito y en la cancha soy el primero en correr, pero no es lo más importante en mi vida". Y pone ejemplos prácticos. "El futbolista vive mucho la frustración. Yo llegaba a mi casa después de una expulsión o una derrota y todo se me iba abajo. Tenía planes con mi señora y lo arruinaba todo. Desde que me di cuenta que mi felicidad está en otras cosas, mi vida y familia están mucho mejor. Jesús restauró mi familia y hoy somos felices con mis dos niños pequeños". 

Juntando fuerzas

Y de pronto tomó las banderas. "Algunos se burlaban o me molestaban. Me decían ‘y qué, si yo te he visto curao’ o ‘tú erai mala leche jugando’. Yo siempre les respondo que sí y que, incluso, era peor. Hasta con mi pareja era penca. Por eso los invito a cambiar y mi señora también les habla. Contamos nuestras experiencias. Ninguno de nosotros es teólogo, para eso están los días de culto. Nosotros juntamos deportistas porque tenemos vidas parecidas y problemas similares".

Su iglesia se llama "Con Cristo vuelvo a nacer" y el nombre no podía ser más apropiado. Esta iglesia evangélica lleva más de 15 años y sus cultos son los miércoles y sábados. El grupo de futbolistas suma 5 reuniones juntos, martes por medio. Munizaga habla de esto como su verdadera vocación y en calle Salas recibe feliz a sus compañeros. Toma la Biblia, levanta la vista y siempre pilla un compañero esperando un pase. Uno de gol.

Presente, Señor

De a poco, se han ido sumando jugadores como Ronald de la Fuente, el ex futbolista Sergio Rebolledo, muchos chicos de Fernández Vial (invitados por Felipe Barrientos) y Lota y otros que han comprometido su asistencia, como Gamadiel García o Luis Marcoleta.

Rebolledo cuenta que "todos tenemos conflictos personales y es verdad eso de que uno se acuerda más de Dios cuando está mal. Edzon Riquelme me invitó varias veces y me decidí. A John no lo conocía. Me sumé en la tercera reunión y han llegado vialinos como Altamirano o Fernández y siempre les digo que el deportista necesita estar bien en tres aspectos para rendir bien: físico, sicológico y espiritual. Son jóvenes y necesitan esta tranquilidad para decidir bien".

El ex defensor se retiró a los 32 años, lesionado de una rodilla. Asegura que "no fue drama, pero el futbolista en general no está preparado para el retiro y debe saber que el fútbol un día se acaba y son otras las cosas que quedan. Lo espiritual es lo que te acompaña siempre". El grupo está trabajando con niños, en poblaciones. Munizaga advierte que "esto no es solo hablar, hay que entrar a la cancha. Transmitir el mensaje. Me gustaría armar un gran plantel y que Jesús sea el técnico. Él es el único que nunca falla un cambio".

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