El Premio Presidente de la República a las Artes Escénicas 2024 lo cataloga como uno de los artistas más influyentes de la escena de títeres del país, y fue entregado por el Presidente Gabriel Boric y la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo.
Por Violeta Depaoli Aranguiz
En el Palacio de La Moneda se realizó la ceremonia de entrega de los premios Presidente de la República a la Música Nacional y a las Artes Escénicas 2024, que destaca la trayectoria y legado de artistas chilenos en distintas disciplinas ligadas a la cultura.
Uno de los galardonados en la categoría de las artes escénicas por su aporte al repertorio teatral del país fue Ernesto Ruminot, un titiritero oriundo de Concepción que ha dedicado más de 40 años de su vida al rubro. “Cuando me llamó la ministra Arredondo para avisarme que había ganado, me llevé una grata sorpresa. Esta gestión la hicieron mis pares. Ellos estuvieron meses pidiéndome juntar material sin mayores explicaciones, hasta que por fin me dijeron que era porque me habían postulado a este premio, ya que me lo merecía”.
Ruminot es también actor. Es más, fue en Concepción, mientras cursaba la carrera de teatro, donde tuvo sus primeros acercamientos al mundo de los títeres, aunque sin proyectarse mayormente en él. Sin embargo, a los 26 años, lo invitaron a participar en una obra de títeres que se presentaría en un festival argentino, y es ahí cuando se dio cuenta que se trataba de un campo artístico que podía desarrollarse de manera tan seria como el teatro tradicional. Desde ese entonces, el artista nunca abandonó la escena. “Ahora tengo 69 años y muchas ganas de seguir trabajando sin límites. Nunca pienso en mi edad cuando estoy creando”, añadió.
Tras ser preguntado por la significancia que este tipo de reconocimientos tienen dentro de su disciplina, expresó que, aparte de ser evidentemente un estímulo personal, también lo era para todo aquel que ejercía funciones en el llamado teatro de muñecos, pues era una demostración del aumento de visibilización que ha tenido la escena de títeres en Chile con el paso de los años: “El premio no es solo para mí, sino que para todo el arte de la representación de los títeres, que se ha vuelto muy importante como expresión artística en estos últimos 20 años. En el pasado, a los titiriteros no se les veía como ejercedores de un arte totalmente válido, sino que más bien como una extensión para los niños, algo pasajero y hecho de forma simple”.
En relación a lo anterior, el artista valoró profundamente el cambio de paradigma que ha tenido la sociedad respecto a la escena de títeres y fue enfático al declarar que, aunque las remuneraciones siguieran siendo un tanto bajas, en la actualidad era mucho más factible para los titiriteros desarrollar proyectos e ideas dirigidas a la comunidad e infancias en las mismas condiciones que artistas de otras áreas.
A su vez, Ruminot destacó el significativo aporte que los titiriteros han realizado a la educación de los niños. Lo anterior, debido a que, según él, es la expresión artística que históricamente se ha desarrollado de manera más cercana a quienes se encuentran en sus primeras etapas de vida. “Los titiriteros siempre hemos estado muy dispuestos a enseñar a los niños a través de nuestro arte. Nosotros realizamos alrededor de tres funciones al año en las escuelas porque los educadores saben que, a pesar de la tecnología actual, los niños se estimulan mucho con esto y pierden interés por los celulares cuando nos están viendo”, afirmó.
Respecto de los desafíos que presentes en esta disciplina, mencionó la falta de difusión que existe del títere para adultos, pues si bien es un arte que ha hecho mucho por el desarrollo de las infancias, estas últimas no son su único público objetivo. Por el contrario, se elaboran obras con gran trascendencia temática que suelen pasar desapercibidas tras los montajes con fines educacionales que se realizan principalmente. Además, el artista señaló las pocas alternativas de desarrollo que se ofrecen para los mismos titiriteros y cómo la existencia de estas es fundamental para formar profesionales completos en el área.
Por otra parte, Ruminot se mostró esperanzado respecto al futuro de este histórico rubro artístico, pues según su perspectiva, los titiriteros jóvenes están muy interesados en el conocimiento de los más experimentados de la escena. Asimismo, se refirió a que en los talleres que realizó en el último tiempo, la mayoría de los asistentes eran mujeres y jóvenes relacionados a la educación o provenientes de otras expresiones artísticas, lo cual era muy positivo.
En lo que respecta su futuro, el actor y director teatral tiene grandes proyectos que espera puedan ser concretados prontamente. Uno de ellos, es la creación de una corporación en Concepción dedicada a la difusión y desarrollo del arte de los títeres, lo cual lo tiene muy entusiasmado: “Esta idea nace desde el deseo de revitalizar el desarrollo de los intérpretes titiriteros. En Argentina se estudia el teatro de títeres como una pequeña carrera universitaria, mientras que aquí no tenemos nada parecido. Es necesario ordenar una serie de conceptos para hablar en un lenguaje común técnicamente hablando. También, es importante crear un espacio regional porque como todo en este país, este es un arte muy centralizado en Santiago, y en el Biobío pasan cosas, solo que están desperdigadas y hay que darles una dirección”.
El maestro titiritero espera que la corporación comience sus operaciones en 2026. “Se que este proyecto dará buenos resultados porque estoy asociado con personas muy justas para esta disciplina”, finalizó.