Ingrid Flores, quien obtuvo esta distinción el año 2023, desplegó durante esta semana el workshop “El placer de estar en escena”, esto en el marco del programa para la profesionalización impulsado desde la Seremi de las Culturas del Biobío y la Mesa local organizada para esta iniciativa. Con miras a profesionalizar el área.
En el contexto del Programa de Creación y Formación Circense, impulsado por la Seremi de las Culturas del Biobío y la Mesa de Artes Circenses, y puntualmente, como parte del despliegue de su segunda etapa -la que contempla tutorías personalizadas- ha estado durante esta semana en Concepción, Ingrid Flores, Premio a las Artes Escénicas Nacionales Presidente de la República 2023.
La especialista en tela, trapecio, cuerda y aparatos no convencionales, con más de 25 años de experiencia dedicada a la creación y dirección de espectáculos circenses contemporáneos, vino a dictar el laboratorio de creación “El Placer de estar en escena”, el cual concluye este fin de semana.
“Comparto todas las experiencias que he tenido la oportunidad de vivir, las que han sido súper bonitas. Ya sea desde el teatro como de danza, de participar desde hace mucho tiempo con el arte, y que me vincula al mismo tiempo con esta área de las artes circenses. Me gusta compartir y entregar todas las herramientas que he ido adquiriendo, y que es lo que más me motiva en este momento”, afirmó la también actriz y docente.
Una preparación intensa que resultó bastante fluida y muy enriquecedora, esto gracias a que las y los intérpretes seleccionados para este segmento del programa (Karlimonada, Pedro Sánchez, Valeska Pereira, Pirofusión y Colectiva Reconectar) ya tienen cierta experiencia y recorrido base en esta disciplina. “La experiencia ha sido súper bonita, porque hay gente que ya tiene una idea, que tiene un trabajo realizado y está capacitada. Ahora el desafío es cómo seguir despegando sus ideas con las herramientas que puedo entregar desde mi método. Y desde ahí, desde el relajo y el vacío, poder volver a reencontrarse, quitar un poco la cabeza y abrirse al cuerpo, al movimiento, a la disciplina que cada uno trae”, expresó.
Palabras a las que añadió que “no me hice expectativas en relación a lo que venía, pero sí la idea era poder entrar en confianza con mi ojo exterior, porque a veces los y las artistas somos como “Ay que no nos toquen nuestras ideas ni trabajo”. Es un tema de confianza, de abrir esa puerta creativa donde tú puedas opinar del trabajo del otro sin molestar, desde una crítica constructiva y un aporte a lo que tú estás mirando”.
Contrario a lo que se piensa, hace más de tres décadas que en nuestro país se desarrolla la práctica del “nuevo circo”, el cual se ha nutrido de las diferentes artes escénicas como la música, la danza y el teatro. “Quizás la gente asocia al circo como a otra cosa, y no mucho a un arte escénico que corresponde como tal. Ya desde el Ministerio de las Culturas relativamente desde hace poco -unos 10 años atrás- se desprendió como un área independiente, ya que antes era parte del arte escénico del teatro”, manifestó Flores.
Hacia el camino de seguir profesionalizando esta disciplina apunta la realización de este programa, el cual por este año -segundo dentro de su planificación- concluirá en septiembre con una muestra abierta a la comunidad y cápsulas audiovisuales para difusión nacional e internacional de quienes participan de esta etapa.
Destacar que para Flores, si bien desde hace varios años y gracias a su constante trabajo -dentro como fuera del país- goza de un cierto reconocimiento en el desarrollo de las artes escénicas, haber recibido el 2023 significó un punto de inflexión en su carrera, un espaldarazo importante para su figura como artista, apoyo que vino sobre todo de sus pares y colegas.
“Es una responsabilidad importante y que me llegó en un momento muy especial en que necesitaba volver a recapitularme como artista…O sea, muchas veces como artista te cuestionas lo que estás haciendo, que es súper difícil continuar, y cosas por el estilo, pero esto significó un muy buen empuje. Llevo más de tres décadas dedicando a esto y no me veo en la vida haciendo otra cosa, y siento que me lo merecía por todo el trabajo hecho”, confesó.
A lo que añadió que “había que pedir cartas para la postulación y recibí más de 40, y eso fue lo más emocionante, con testimonios y recomendaciones súper bonitas, como que te das cuenta de la huella que dejas en ciertas personas y en los lugares por donde pasas, como que hay un cariño grande de las personas hacia mí. Y sí me ha cambiado bastante la vida después del premio”.