Con su segundo álbum, “Arresto Discotecario”, la banda de Valparaíso Alicia y Las Hormigas lleva la fiesta a otro nivel, fusionando funk, pop y música electrónica para crear una pista de baile infinita, crítica y llena de energía, donde cada canción invita a observar las aristas de lo cotidiano, mientras se celebra la vida sin restricciones.

Es dentro de este contexto de promoción de dicho álbum, es que el grupo visitará Concepción este próximo 24 de mayo (ver lugar en las redes sociales de la banda) y otras ciudades del país como Santiago, Viña del Mar y Pichilemu.

Producido por Ricardo Luna Galli (Tunacola) junto a Vicente Bronstein, el sucesor de “CLAN!” (2023) irrumpe en la escena alternativa con un sonido renovado, pero manteniendo la esencia que caracteriza a la banda: una mezcla irresistible de ritmos y letras que invitan tanto al disfrute como a la reflexión, rasgos distintivos que han quedado en evidencia en los adelantos “A 1000 x hora”, “Víbora”, y “Baile del Olvido”, este último estrenado junto a un videoclip realizado por M42 Films.

“A este nuevo álbum y su sonido lo definiríamos como funk envuelto en caramelo sabor pop. Nunca dejamos la esencia que nos llevó a crear el proyecto, marcado por influencias de artistas como Jamiroquai, Los Tetas o James Brown, pero sí queríamos darle un giro más fresco, moderno, digital, y así poder expresar lo que queríamos con un relato más aterrizado en estos nuevos tiempos tan rápidos e intensos. El esqueleto y el corazón del proyecto se mantienen intactos, solo que están envuelto en un traje de seda con un poco de glitter y muchos colores”, detalla Vicente Bronstein, líder del proyecto formado en 2020.

Con influencias locales como Alex Anwandter y Javiera Mena, además de referentes sonoros globales como el Ítalo Disco y el uso de samples desde 31 Minutos a Britney Spears, Alicia y Las Hormigas comparte en clave de baile las críticas hacia nuestra sociedad actual. “El juego de palabras en el título del disco hace alusión a que estas canciones te “obligan” a bailar, algo así como estar preso en la discoteca al ritmo de nuestras canciones. Por otro lado, es una sátira de los arrestos domiciliarios en nuestro país, que en muchos casos terminan siendo una fiesta; una burla a la realidad de las personas comunes como nosotros. Lo que nos gustaría provocar en la gente con este trabajo es que sientan que la vida, con lo bueno y lo malo que se presenta, sabe mejor bailando y disfrutando. Todo esto sin dejar de lado el compartir un mensaje sobre lo que observamos y sentimos cotidianamente”, concluyen.