En exclusiva para Diario Concepción, Crispian Mills (vocalista y guitarrista) y Alonza Bevan (bajista) se refirieron a su participación como cabeza de cartel de la séptima versión del festival REC, lo que traen en este debut por Sudamérica, último álbum, proyecciones y más.
Si bien de Inglaterra a Concepción hay miles de kilómetros de distancia, la conversación vía Zoom con Crispian Mills y Alonza Bevan, vocalista y bajista, respectivamente, de la banda Kula Shaker, se torna cercana y grata de cara a lo que será su debut en nuestro país y como cabeza de cartel de la séptima versión del festival REC, pactada para el próximo 5 y 6 de noviembre en el Parque Bicentenario.
Con algo de humor y tras un breve saludo en español, los ingleses cuyo origen se remonta hacia fines de los años ochenta y posterior boom a mediados de los ‘90 en la llamada época dorada del britpop, se sienten algo intrigados y expectantes ante la llamada “cuna del rock”. “Wow estamos asombrados de ello, no lo sabíamos, por lo mismo nos aseguraremos de tocar de forma heavy. Es una nueva e interesante aventura el realizar estos conciertos, nos habían invitado a Chile tiempo atrás, los fans nos ofrecieron quedarnos allá y siempre estuvimos buscando la forma de llegar a Sudamérica y finalmente se pudo coordinar todo. Creo que uno no termina de conocer a un país hasta que conoces a su gente, así que hasta ahora todo está en teoría hasta cuando lleguemos ahí y podamos ver con nuestros propios ojos al público, esa es la parte más excitante de este viaje. La mejor forma de conectar con las personas es hacer un show en vivo”, dijo Mills quien también está a cargo de la guitarra principal del cuarteto.
La banda que se hizo popular por temas como “Govinda” y “Hush” traen en esta esperada visita un compilado de lo mejor de su discografía, la cual abarca un total de seis álbumes. “Hemos estado tocando un mix de nuestros discos, es más hace unos meses sacamos un nuevo álbum, del cual también incluimos un par de canciones. Es una mezcla del material antiguo con lo nuevo, además de temas para el ‘adulto joven’. Nunca hemos tenido problema de tocar música más antigua o de cuando éramos más jóvenes, porque esa música aún se siente fresca para nosotros, nuestras canciones nuevas con las antiguas se conectan muy bien”, dijo el cantante.
Precisamente, dentro de ese trabajo más reciente que habla el músico, se ubica “1st Congregational Church of Eternal Love (and Free Hugs)”, larga duración compuesto por 20 temas liberado a principios de junio pasado en las plataformas digitales de música, el cual fue ideado antes que partiera la pandemia. “El nombre es largo porque nuestro primer LP tenía tan sólo una letra -K- y ahora pensamos en un montón de conceptos que podíamos utilizar. Un disco que empezamos a gestar antes de que se desatara la pandemia en Europa, estábamos ya trabando en ello. Tuvimos suerte que el estudio donde lo hacíamos estaba cerca de donde nos estábamos quedando. Pretendimos ser durante la pandemia como los millonarios, en que las reglas para ellos no aplican (risas)”, señalaron ambos músicos.
Desde que irrumpieron en el circuito musical internacional, Kula Shaker se les etiquetó bajo el género de rock psicodélico, lo cual para ellos en la actualidad es algo que ciertamente ya no es tan rígido, es decir, va mucho más allá de ello y que queda de manifiesto sobre todo en sus presentaciones en vivo.
“La diferencia es que ahora es una música más liviana, y el rock psicodélico puede significar muchas cosas. Ciertamente, a nosotros nos gusta el rock y la psicodelia, pero la onda que se dé en el momento del show en vivo es impredecible, por lo que como banda no tenemos miedo de tomar riesgos y llegar a otras sonoridades que no son las habituales en nosotros. Estamos abiertos a las sensaciones que nos puedan evocar y producir los conciertos”, enfatizó Mills.
Sobre el cómo se maneja hoy en día la industria musical, con todas las plataformas digitales existentes, en comparación a cuando ellos partieron, los integrantes de Kula Shaker expresaron que “YouTube, Spotify y las otras plataformas de música instantánea han ‘derretido’ la distancia entre décadas de música, ya no hay música actual o vieja, es sólo música. Por otra parte, hay mucho dinero en la industria musical, pero no mucho de ello va al artista. Las bandas y los artistas deben hacer dinero haciendo shows en vivo, que fue como lo que pasó en los años sesenta, pero viajar ahora se ha tornado un poco complicado y costoso. Es un tiempo complicado y difícil no sólo para los músicos sino para toda la gente en diferentes formas”.