El permiso abre paso a proyectos de recuperación patrimonial y a la integración de la histórica estructura en circuitos turísticos y educativos.
El Ministerio de Bienes Nacionales entregó un permiso de ocupación por 1.526,33 m² al municipio de Tucapel, correspondiente al acceso fiscal al histórico Fuerte San Diego de Tucapel. Ese terreno permitirá iniciar proyectos de recuperación patrimonial, como remodelación de áreas verdes, instalación de luminarias y señalética conmemorativa.
El hito resuelve una brecha histórica: en 2020 el municipio había recuperado la concesión del inmueble, pero aún carecía de acceso legal, lo que trababa cualquier plan de restauración. Tras la presentación de planos y escrituras junto al Comité de Apoyo al Fuerte, se obtuvo en diciembre de 2024 una resolución que acreditó el terreno como fiscal.
Ahora, dicha tramitación culminó en una ceremonia realizada en el Teatro Álex Lermanda, con participación de autoridades locales, autoridades de Gobierno y vecinos de la zona.
El subsecretario de Bienes Nacionales, Sebastián Vergara, recordó que el proceso fue complejo debido a la falta de inscripción de terrenos en la zona. “En diciembre pasado yo estuve en la comuna y el alcalde me pidió encarecidamente buscar una solución para que el terreno tuviera un acceso público”, dijo.
De tal modo, planteó que con esta entrega el ministerio estaba cumpliendo un compromiso asumido. “Hoy entregamos ese permiso, que permitirá al municipio administrar y abrir el fuerte a la comunidad (…). “Le decimos al alcalde que estamos acá, haciendo entrega de algo que sabemos es una preocupación tanto suya como de toda la ciudadanía”.
Asimismo, la presidenta del Comité de Apoyo, Carmen Matamala, subrayó la carga simbólica del logro: “A veces pensamos que no lo lograríamos, pero hoy tenemos la certeza de que podremos reconstruir el fuerte y convertirlo en un lugar de encuentro, recreación y orgullo para todos”.
El Fuerte San Diego de Tucapel tiene un pasado estrechamente ligado a la historia militar y colonial del sur de Chile. Originalmente emplazado en la actual ciudad de Cañete bajo el nombre de Fuerte Tucapel, fue trasladado en 1724 a la zona precordillerana de la provincia de Biobío por decisión del gobernador Gabriel Cano de Aponte, en cumplimiento de los acuerdos del Parlamento General de ese año. La nueva ubicación, en la ribera del río Laja, permitió además fundar el pueblo de Tucapel en sus inmediaciones.
A lo largo del siglo XVIII, el fuerte fue un bastión estratégico: contaba con cuatro baluartes, foso y muros de cantería y barro. Poseía cuarteles, cocinas, una iglesia y residencias para oficiales, soldados y capellanes. En 1762 fue descrito como muy deteriorado, pero dos años después ya aparecía en planos como un recinto regular con 21 edificaciones interiores.
El sitio fue reparado en diversas ocasiones (1796, 1798 y 1800) y en el siglo XX pasó bajo la custodia de Carabineros de Chile en 1944. Fue declarado Monumento Histórico en 1972 (Decreto Ex. N.º 2017). Prospecciones arqueológicas de 1978 confirmaron que la fortificación original alcanzaba 173 metros por lado.
Hoy, el fuerte se ubica a 1 km al sureste de la plaza de Tucapel, accesible por la ruta N-59-Q a 48 km de Los Ángeles. La concesión de uso gratuito está en manos de la municipalidad, que considera este acceso como “la llave para que el fuerte deje de ser un lugar olvidado y se convierta en un espacio de identidad, educación y turismo”.
El alcalde (s) Francisco Dueñas explicó que desde ahora comenzará una segunda etapa enfocada en la reconstrucción y restauración, mediante proyectos que se presentarán a instituciones competentes. El objetivo es integrar el fuerte a circuitos turísticos y educativos, además de conmemorar su papel en la historia del conflicto mapuche-español y del poblamiento colonial del Biobío.