Estudios estadísticos realizados por la Facultad de Ciencias Veterinarias UdeC en torno a la alimentación de animales indican que el 60% de perros y gatos que se atienden en sus clínicas presentan obesidad o sobrepeso.
Jeannette Valenzuela Mella
Al igual como ocurre con una parte de los humanos, algunos animales de compañía están expuestos a sufrir desórdenes alimentarios y de peso, con el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas; una tendencia que observan con atención desde la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC.
Hoy es frecuente ver a perros y gatos con sobrepeso u obesidad que, según el académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC, Sergio Cofré González, se deben a un exceso de cariño que se traduce en sobrealimentación.
“Es como lo que hacían las abuelitas, que nos llenaban con comida”, dice el Director del Hospital Clínico Veterinario del Campus Chillán y especialista en diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardíacas y pulmonares de animales menores.
Cofré junto al también académico de Ciencias Veterinarias, Rodrigo Allende Vargas, han llevado a cabo estudios estadísticos en torno a la alimentación de pacientes -perros y gatos- de las clínicas veterinarias de Chillán y Concepción, que dan cuenta de una alta prevalencia de desórdenes de peso.
“Desafortunadamente nuestros números indican que casi el 60% de la población que atendemos ingresa con sobrepeso, especialmente individuos adultos geriátricos; gatos de 6 a 8 años y perros entre 10 y 12 años”, cuenta.
El médico veterinario explica que, si bien durante el proceso de envejecimiento animal hay una mayor incidencia de patologías endocrinas que pueden tender a la obesidad, los estudios de la Facultad apuntan más bien a malos hábitos alimenticios y a una vida sedentaria de las mascotas, que es reflejo del estilo de vida de sus tutores.
“Las personas son sedentarias y tienden a descansar en su tiempo libre o el fin de semana, dejando de lado, por ejemplo, los paseos con las mascotas, que requieren actividad física. Entonces no hay ningún secreto: si comes mucho y no lo gastas, lo almacenas y engordas”, señala.
La solución es simple. Hay que ajustar las porciones de comida que damos a nuestros compañeros animales. La regla básica es seguir las tablas de dosificación del alimento recomendadas por el fabricante de acuerdo al peso y edad; y si lo que se le está dando supera lo indicado, reducirlo gradualmente.
“Se recomienda ir reduciendo el volumen de entre un 2 a un 5%. Si le estabas dando 100 grs. de alimento y en realidad tiene que comer 80 hay que graduar de a poco (hasta llegar a la cantidad recomendada)”, indica.
También es una buena estrategia dividir la ración en dos o tres porciones al día, y evitar concentrar toda la comida en sola dosis, porque la mascota pasará muchas horas de ayuno, lo que también puede producir problemas metabólicos.
De acuerdo al Dr. Cofré, los alimentos comerciales como croquetas (pellets) contienen todos los nutrientes que requieren perros y gatos para estar saludables. Por no es muy amigo de los suplementos o snacks que se usan como recompensas o premios, que solo se justifican en casos muy acotados, como en el manejo de individuos muy agresivos. “Son golosinas, es como un dulcecito, pero (si la mascota) tiene una dieta balanceada y come a sus horas, no necesita ningún tipo de aditivo”, comenta.
El Dr. Cofré advierte que el sobrepeso en mascotas puede conducir al desarrollo de síndrome metabólico, hepatopatías, dislipidemias (colesterol o triglicéridos elevados), enfermedades cardiovasculares y coronarias, diabetes, hipertensión arterial, problemas articulares, entre otros. “Lo que se ve en medicina humana es muy equiparable a lo que hay en medicina veterinaria”.
La alimentación cruda biológicamente apropiada, ACBA -más conocida como BARF-, es una dieta alternativa para perros que busca volver a las formas originales de nutrición y que ha tomado fuerza en el último tiempo, haciéndose extensiva a los gatos. Hoy es posible encontrarla en tiendas de forma de barras, en general congeladas.
Para el Dr. Cofré esta es una opción válida mientras exista asesoramiento de un veterinario especialista en nutrición y en tanto se tomen las medidas adecuadas para mantener el alimento en condiciones óptimas, ya que no se usan preservantes.
Por otro lado, de manera general no es aconsejable que las mascotas coman alimentos que consumen sus dueños, salvo casos puntuales, como dietas especiales indicadas por el médico.
Los perros, que son omnívoros pueden permitirse algunos «snacks saludables”, como trozos de fruta si la toleran bien. Los gatos, en tanto, pueden disfrutar algo de pescado o carne, cocidos, sin aliños ni sal.
Finalmente, el académico asegura que con sus pellets en las dosis indicadas, una adecuada hidratación y un premio de vez en cuando, nuestras mascotas estarán bien alimentadas y tendrán una muy buena calidad de vida.