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Pandemia aceleró la llegada del comercio electrónico

Parece ciencia ficción, pero en el Biobío hay hoy servicios para despachar en menos de un día las compras que se hagan desde... Hualqui o Florida a través de internet. El coronavirus apuró el proceso de instalar este tipo de comercio.

Por: Sebastián Henríquez 19 de Diciembre 2021
Fotografía: Archivo

Hace dos años, en el mercado de Wuhan, China, un vendedor de carne se saltó un protocolo sanitario y como resultado hoy, en Concepción, Chile, hay bodegas de tres metros cuadrados.

Menos de la mitad de lo que mide un dormitorio pequeño. Es quizás el tamaño de un clóset.

Esto es, nada más lejos de lo que suele imaginarse como una bodega: un espacio amplio, de gran superficie y con altura suficiente para que opere maquinaria.

Pero, una grúa horquilla no cabe en un clóset.

Entonces, ¿Por qué hay hoy en Concepción bodegas de tres metros cuadrados?

El bodegaje es un negocio que, previo a la pandemia, se veía con un futuro promisorio.

Concepción tiene acceso a puertos y aeropuerto, y como nodo logístico, requiere de una buena oferta para almacenar los productos que vienen a la zona, o que salen de acá.

Es fácil de entender. Desde la zona se exporta, por ejemplo, el salmón que se produce en la Región de Los Lagos. Vía aérea, se envía a los mercados de Estados Unidos y Asia.

Así que hoy, en la ciudad, hay bodegas para guardar pescado fresco y también los contenedores especiales con que este producto se envía en avión.

El proceso funciona también hacia el otro lado.

Cuando una importadora trae productos desde Asia, necesita una bodega.

También las requieren distribuidoras, industrias, las constructoras, y un sinfín de empresas.

La pandemia arribó al país en medio de un alza en este rubro, el del bodegaje.

Y, aunque toda la economía sintió el golpe del coronavirus, de las restricciones sanitarias y del parón general de los primeros meses, el bodegaje fue de las primeras áreas que comenzó a recuperarse.

El culpable fue el Covid 19, que aceleró la instalación del comercio electrónico y, con ello, del reparto y del bodegaje.

Así las cosas, una conocida empresa de ventas por internet abrió hace una semana un centro logístico en San Pedro de la Paz. Según se explicó, la idea es responder al alza en las ventas en línea, y a clientes que exigen despachos en tiempos insólitos: menos de 48 horas para una entrega.

Según el Servicio Nacional del Consumidor, un 40% de los compradores se pasaron al comercio electrónico en pandemia, y les gustó. Menos de un 6% pretende volver a comprar en forma presencial después de que la crisis sanitaria ceda.

Tiendeo.cl, una de las plataformas que existen hoy en el país para este rubro, realizó un estudio que asegura que 8,2 millones de personas compraron al menos una vez online en 2020 en Chile.

A mediados de 2021, la cifra ya se había superado en un 50%.

Ahora, ¿Cómo explica esto una bodega de tres metros cuadrados en Concepción?

Reparto y ecommerce

La pandemia, que cambió el escenario en tantas cosas, no podía dejar indemne a la forma en que la sociedad compra y vende.

En Concepción, un ejemplo de esto es XS Minibodegas, una empresa familiar que hace poco más de una década se dedica al rubro.

Según Paulina Díaz, una de las dueñas, “cuando partió la pandemia nos vimos afectados, la página web no era tan buena y el flujo empezó a pasar por ahí”.

“Nuestra web era funcional, pero no la habíamos cambiado en varios años, fundamentalmente porque trabajábamos con el boca a boca, personas que llegan a ti por la confianza”, añade.

“Pero con la pandemia, tuvimos que activar la llegada digital a las personas, redes sociales, todo eso”, aclara.

La demanda por espacio para almacenar todo tipo de cosas subió.

Pero, en un modo diferente al que habían visto antes.

“El segmento del eccomerce llegó bien fuerte, y mucho emprendimiento, Pymes, gente que vende en línea y reparte”, señala.

Hoy, este grupo representa el 60% de su cartera de clientes, y debería seguir creciendo.

“Tenemos lista de espera. Hay de todo, desde personas que guardan su ropa de invierno en bodegas herméticas, a la Pyme que necesita un pequeño espacio para guardar un producto previo a la venta, distribuidores”, finaliza.

Sara Cepeda, presidenta de la Cámara de Comercio de Concepción, ha visto este y otros cambios a diario.

“Nosotros hemos tenido que cambiar muchas cosas desde el estallido social y la pandemia”, explica.

“Una de las maneras con que nos adaptamos, es con un sitio para compras online, que es del comercio, y varias tiendas ahora tienen reparto”, cuenta.

Para Cepeda, eso sí, aunque el comercio electrónico haya vivido un alza, las 48 galerías del centro siguen teniendo mucho que ofrecer.

“La gente sigue visitando el centro, a pesar de todo”, asevera.

Para el gerente general de CPC Biobío, Ronald Ruf, “la pandemia ha llevado al comercio mundial a dar un paso gigantesco en la forma de ofrecer sus productos y servicios. Y el comercio local no está ajeno a esta transformación. Es más, se trata de una oportunidad histórica para que los pequeños empresarios puedan hacer crecer su negocio”.

El representante del gremio que agrupa a las principales empresas de la región, señala que “desde el momento en que podemos llegar con nuestra oferta a los potenciales clientes a través de sus teléfonos o computadores, en cualquier rincón -y que las distancias geográficas pasaron a ser relativas- , dependen en gran parte de la logística (distribución); por lo tanto, podemos pensar en grande. Ya no hay fronteras, sólo oportunidades que están disponibles para quienes estén dispuestos a innovar y proyectarse en un mundo que ya cambió.

Carlos Smiit, economista de la U. del Desarrollo, aclara que detrás de esta tendencia hay un elemento de riesgo. “Buena parte de este crecimiento se financió con bonos y retiros desde la AFP, y el próximo año debiéramos ver una disminución de la actividad económica”.

De cualquier modo, el nuevo esquema no es provisorio. La pandemia -que está lejos de ceder- aceleró un proceso que, en 2019, los especialistas avizoraban para un horizonte de diez años.

Hoy, hay varias empresas de reparto, restaurantes que sólo ofrecen despacho y singularidades como empresas que pretenden tener delivery de ciertos productos en menos de 30 minutos.

“Es una locura”, dice Paulina Díaz.

“Pero hay que prepararse. En ese escenario, hay mucho que se puede hacer. Reconvertir sitios eriazos por ejemplo, o subarrendar espacios pequeños, como bodegas y departamentos que están cerca de los puntos de consumo”, relata.

La llegada acelerada de este nuevo tipo de actividad económica planteará dsafíos a la autoridad. Las cocndiciones laborales de los repartidores, o la normativa sanitaria para restaurantes que no atienden público presencial, son sólo algunos de los desafíos que vienen.

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