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Edadismo: la discriminación que enfrentan adultos mayores a consecuencia de la pandemia

Infantilización, pérdida de autonomía y limitación de comportamiento, son parte de los problemas que han enfrentado las personas sobre 60 años. Aseguran que realidad debe cambiar, porque desde su experiencia son un aporte a la sociedad.

Por: Mauro Álvarez 06 de Diciembre 2021
Fotografía: Raphael Sierra P.

Uno de los tantos efectos que ha dejado la pandemia de Covid-19, a casi dos años de su presencia en el mundo, es la discriminación por edad que sufren los adultos mayores, también conocida como “edadismo”.

Realidad que quedó en evidencia en un informe desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que midió su alcance y propuso soluciones para contrarrestar la problemática. Se determinó que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida.

La práctica es más común de lo que se cree, lleva a que las personas adultas sobre 60 años se vean a menudo vulnerables y desfavorecidas en sus lugares de trabajo, como también, en el acceso a la educación y la formación especializada, la que se reduce significativamente a mayor edad.

En esa línea, la nutricionista de la Ucsc y magister en Gerontología, Mari Alarcón, detalló que las personas jóvenes consideran que los cambios que traen aparejados la vejez son indeseables. Ideas que no surgen de manera natural, sino que producto del tipo de sociedad a la que pertenecen.

“Desde la década de los ‘60 que se habla de edadismo, pero hoy estamos mucho más sensibilizados con el tema porque tiene que ver con esa infantilización que se hace de las personas mayores. Por ejemplo, todos son ‘abuelitos’ y con ese término se le asigna un estereotipo. Cuando alguien pasa los sesenta años la familia tiende a creer que el poder de decisión, autonomía en ellos disminuye”, precisó.

Estereotipificación y discriminación que se adquiere desde la infancia y se va afianzando durante el resto de la vida, siendo luego difícil o imposible para las personas con prejuicios poder reconocer que sus conductas provienen de una interpretación equivocada de los hechos. “Desde chicos nos dicen mira la abuelita, dale el asiento al abuelito y eso debería ser por un tema de cultura por solidaridad y no sólo por su edad”, explicó la especialista Mari Alarcón.

Desafíos tras la pandemia

Considerando que tras el avance de la Covid-19 se optó por proteger a los adultos mayores, manteniéndolos en sus casas, la docente de la Facultad de Medicina de la Ucsc comentó que “excluirlos de actividades físicas y reuniones sociales, asumiendo que ellos no saben cuidarse, no fue lo correcto, ya que ellos tienen mayor consciencia”.

En esa línea, el kinesiólogo Jorge Arévalo, quien lleva años trabajando en la rehabilitación de personas de la tercera edad, sobre todo en condición de postrados, aseveró que el gobierno también tiene bastante responsabilidad en el edadismo negativo que sufren los adultos mayores.

“El encerrarlos, teniendo ellos sus facultades y autonomía para cuidarse de posibles contagios, hizo que muchos de ellos perdieran su capacidad de sociabilización, cayendo en depresiones severas, a raíz de la soledad que han enfrentado en el contexto de pandemia, afectando ademas su memoria”, aseguró.

En ese sentido, la profesional Mari Alarcón estimó que en Chile se debe mejorar en educación, generando cambios culturales en favor de los adultos mayores. “Debemos aprender a tratarlos y revisar cómo hemos aprendido sobre el respeto del otro. Se debe promover un edadismo positivo para acercar a los niños y adolescentes desde las experiencias de vidas de las personas mayores e identificar el aporte actual de estos integrantes de la sociedad”.

La presidenta de los Adultos Mayores de Concepción, Anita Hernández, complementó que es necesario que se les mire con otros ojos, ya que desde sus experiencias siguen y seguirán siendo un aporte a la sociedad.

“Hemos visualizado que hay una brecha muy grande entre los jóvenes y nosotros, lo que se acrecentó en estos años de pandemia. Estamos realizando muchas capacitaciones para revertir los retrocesos, sobre todo con la gente más joven, para que se den cuenta que ya no somos como los adultos mayores de antes. Hay muchos profesionales y otros que estamos a la vanguardia, por lo que, no es posible que al pasar a la tercera edad se nos quiten garantías, eso debe cambiar, porque somos sujetos con derechos y aptitudes para seguir aportando al desarrollo del país”, sentenció.

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