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Dan cuenta que base familiar evitaría que jóvenes caigan en drogas y alcohol

Fundación San Carlos de Maipo, con presencia en Concepción, llevó a cabo estudio muestral que evidenció que fortalecer el núcleo íntimo de estudiantes es relevante para evitar todo tipo de excesos.

Por: Mauro Álvarez 11 de Septiembre 2021
Fotografía: Contexto

El programa con foco preventivo “Familias Unidas”, creado por la Universidad de Miami e implementado en Chile por Fundación San Carlos de Maipo, quienes desde el 2019 vienen trabajando con la subsecretaría de Prevención del Delito a través del Sistema Lazos, entregó los resultados del estudio de consumo de alcohol y tabaco en adolescentes chilenos.

Estudio, que si bien se llevó a cabo en cuatro comunas de la RM (Puente Alto, La Pintana, Renca y Recoleta), entre el 2016 y 2019, y que abarcó un total de 240 familias, buscará ser implementado en Concepción, tras los excelentes resultados obtenidos en la muestra.

Lo anterior, considerando que San Carlos de Maipo trabaja desde 2019 con jóvenes vulnerables de dos establecimientos de la zona, los liceos Alerce y El Faro del sector Pedro del Río Zañartu.

Resultados

El diseño e implementación del estudio, que contó con la asesoría de la Universidad de Miami y cuyo análisis de datos fue realizado por académicos de la Universidad de Austin en Texas, dio cuenta de que con sólo 12 semanas de intervención (ocho sesiones en grupo y cuatro con las familias), hubo una baja significativa en el consumo de alcohol y tabaco en los adolescentes.

“Se habla de una disminución en seis veces el número de ocasiones en las cuales los jóvenes consumieron alcohol o fumaron tabaco, luego de 30 días de terminada la intervención, lo que se logró gracias a un entrenamiento de las habilidades parentales, en particular con un foco de comunicación entre los padres y los adolescentes, estableciéndose reglas y monitoreo de su comportamiento para fortalecer la relación entre ellos”, explicó el gerente de programas de Fundación San Carlos de Maipo, Raúl Perry.

Agregó que, si bien se aplicó en Santiago, “es igual al estudio de las vacunas, puesto que es el mismo principio. Se separó a las 240 familias en 120 asignadas aleatoriamente a la intervención de Familias Unidas y las otras como grupo de control, para así hacer una comparación. Asimismo, se observó una disminución de ocho veces la probabilidad de consumo regular de tabaco y cuatro veces el número de ocasiones de consumo de alcohol en los últimos 90 días, lo cual es muy relevante”.

La evidencia fue valorada por la subsecretaria de Prevención del Delito, María José Gómez. “En el caso de nuestros niños, niñas y adolescentes es fundamental identificar sus factores de riesgo con una detección temprana y abordar sus problemáticas de acuerdo a su grado de complejidad, para que seamos capaces de llegar antes del inicio de cualquier carrera delictual. Así les devolvemos la posibilidad de una vida con más oportunidades, dignidad y capacidad de desarrollar en plenitud sus proyectos de vida junto a sus familias”, enfatizó.

Para Fresia Norin, quien junto a sus hijos son parte del programa Familias Unidas en Biobío, “las dinámicas de apoyo han sido importantes para lograr una mejor comunicación con mis cuatro hijos y evitar que caigan en flagelo del alcohol o las mismas drogas”.

 

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