Tras el hallazgo de restos arqueológicos de la extinta Fábrica de la Compañía Carbonífera de Lota, se incluirá un circuito museográfico para fomentar el turismo en la zona. Actualmente se construyen 30 edificios en el lugar.
En el lugar donde operó la Fábrica de Ladrillos, Cerámica y Vidrios, desde 1854 hasta 1997, de propiedad de la Compañía Carbonífera de Lota, se dio a conocer a inicios de este año el descubrimiento de restos arqueológicos (hornos y parte de la torre del reloj en la ex empresa), lo que llevó a retrasar la construcción del complejo habitacional que se desarrolla actualmente frente a las costas de la comuna.
Lo anterior, pues el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) debió analizar los antecedentes técnicos presentados en el “Informe Ejecutivo de las Excavaciones”, declarándose conforme con las actividades realizadas, ya que las obras que se estaban desarrollando en el lugar contarían con un alto estándar.
Cabe recordar que se trata de la construcción de 600 departamentos, agrupados en 30 edificios de cinco pisos, para familias de Lota que esperaban una solución habitacional desde el terremoto del 27/F. Inversión cercana a los $28.000 millones, de los cuales $600 millones son para conservación patrimonial.
Es así como las piezas patrimoniales encontradas en los sectores de Hornos de Secado 1 y 2, Chimenea 1 y Túnel 1, en su mayoría del siglo XIX, serán incorporados en una “Ruta Arqueológica”, que le dará un nuevo aire al complejo de torres que presentan un 37% de avance. Se trata de uno de los proyectos más ambiciosos que lleva a cabo el Ministerio de Vivienda en el Biobío.
“Cuando detectamos los hallazgos, los tomamos como una gran oportunidad y considerando que Lota está postulando en la Unesco para transformarse en Patrimonio de la Humanidad, vamos a mejorar el espacio público, incorporando estos restos arqueológicos en un circuito museográfico, para la comuna”, comentó el director del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), Samuel Domínguez.
Para el arqueólogo José Blanco, los hornos encontrados y parte de la torre del reloj de Lota Green son muy importantes, principalmente por su carácter identitario, sobre todo, porque la comuna está muy ligada al carbón y la industria.
“Esto es relevante, porque hay lazos genealógicos aquí, no hay lotino que no haya conocido a alguien que trabajó en la fábrica, muchos de ellos tienen bajilla que se producía acá. El rescatar parte del complejo favorecerá al turismo, sumando un nuevo espacio a los que ya hay, ya que con estos hornos de fabricación de ladrillos, se crea una dinámica y cariño en los lotinos, por el valor único que tienen”, sostuvo el arqueólogo.
En cuanto a la torre del reloj, que es parte del Centenario de Lota, “este fue construido en 1884-1885, para instalar un nuevo sistema de fundición de cobre, recordemos que antes de esa fecha (1852-1884), la industria en la zona fue acumulando carboncillo sobrante de la extracción en las minas, entonces al exportar desde Lota el material a las salitreras del norte del país, Matías Cousiño decidió traer cobre para fundirlo en Lota y como el proceso era contaminante, se construyeron las torres como chimeneas, de las cuales sólo queda la encontrada este año y que funcionó hasta 1910”, explicó Blanco.