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Alza de violencia intrafamiliar en confinamiento lleva a organizaciones civiles a montar viviendas de acogida informales

Las restricciones, que se debieron tomar debido al coronavirus, terminaron confinando a agresores y víctimas en el mismo espacio. Aunque se trató de una situación previsible, dicen agrupaciones, no se tomaron medidas suficientes y se debió reaccionar en forma autónoma. El caso más extremo de esto, es la disposición de las propias casas de las integrantes, para recibir a las víctimas.

Por: Diario Concepción 24 de Enero 2021
Fotografía: Cedida

Sebastián Henríquez

Esta es la historia de Antonia, a quien llamaremos así para no contar su verdadero nombre, según nos las contó Noelia Fierro, miembro del colectivo Concepción 8M.

Antonia, una joven de 23 años, se contactó con la agrupación buscando la salida, a una relación de maltrato psicológico y físico.

Domiciliada en el Gran Concepción, según Noeila Fierro, Antonia estaba en una situación límite.

“Nos llegó una alerta, urgente, de una compañera cuya vida estaba en riesgo. Ella pensaba quitarse la vida, o se la iba a quitar su pareja”, refiere Noelia.

La alerta movilizó rápidamente a la agrupación, que consiguió una vivienda temporal a Antonia.

“Vino entonces la parte donde la ayudamos a escapar. Hablé con ella por teléfono, pero después de un momento empezó a sonar rara su voz, respondía con evasivas o cambiaba de tema. Ahí detectamos que estaba con el agresor en la casa”, dice Noelia.

La situación obligó a cambiar de estrategia. “Cuando un agresor toma consciencia de un intento de fuga, se agrava el maltrato, viene una especie de castigo, con que busca recuperar el control de su víctima”, relata Nolia.

El colectivo comenzó a comunicarse por Whatsapp con la víctima, indicándole que no levantara sospechas, que no hiciera ni siquiera un bolso antes de salir de casa. “Nosotras nos preocupamos de eso, de la ropa, de la casa, todo, lo importante es que la compañera saliera de ahí”, asegura Noelia.

Cuando Antonia salió de casa, debía tomar una micro a una vivienda informal de acogida, dispuesta por el Colectivo Concepción 8M.

Pero su comuna estaba en cuarentena.

Y no pasaban buses, ni colectivos. Ni automóviles. Nada.

“Se empezó a desesperar. Nos decía que estaba en el paradero de enfrente de su casa, que ya iba a llegar su pareja. Estaba muy asustada”, recuerda Noelia.

Cuando Antonia le envió un mensaje que decía: “Me va a pillar. Va a venir”, Noelia decidió tomar un taxi y trasladar a la víctima a la vivienda informal de acogida.

“Se quedó con nosotras hasta que logró ponerse en contacto con un pariente, donde reside ahora en forma estable”, cuenta.

Antonia ya interpuso una denuncia, según Concepción 8M, un proceso que está aún en curso.

Salvar a Antonia

La historia de Antonia ocurrió en Septiembre, cuando buena parte del Gran Concepción estaba en cuarentena, y según organizaciones feministas y especialistas, ilustra cómo el confinamiento afectó los derechos de las mujeres durante la pandemia.

Se trata de un fenómeno global.

Según la Organización de Naciones Unidas, “los teléfonos de asistencia en Singapur y Chipre han registrado un incremento de más del 30% en las llamadas. En Nueva Gales del Sur (Australia), los trabajadores de primera línea comunicaron un 40% más de solicitudes de casos de violencia. En Francia, los casos de maltrato aumentaron un 30% desde el inicio del confinamiento el 17 de marzo. En Argentina, las llamadas de auxilio por violencia doméstica han aumentado un 35% desde el 20 de marzo cuando se inició la cuarentena”.

En Chile ocurrió lo mismo.

El teléfono 1455 -que dispuso el Ministerio de la Mujer para dar orientación en casos de maltrato o de abuso- pasó de recibir 50.800 llamados en 2019, a 126.000 en 2020.

“Es un aumento notable, sobre todo si consideramos que además habilitamos un canal a través de Whastapp, +569 9700 7000, en 2020 que done tuvimos 22 mil conversaciones”, dice Lissette Wackerling, directora del SernamEG en Biobío.

¿Por qué la subida?

Según Paulina Rincón González, profesora asociada en el departamento de Psicología de la Universidad de Concepción, y especialista en las secuelas que deja el maltrato, “era previsible”.

“Cuando miras las cifras de denuncia, sin pandemia, son más frecuentes los fines de semana o de lunes a viernes después de las seis de la tarde, y eso tiene que ver con que el agresor está en la casa. Ahora, si se decreta confinamiento, las mujeres están todo el día con el agresor, y es más fácil que se den episodios violentos”, asegura Rincón.

Acá, dice la especialista, el confinamiento se ha convertido en un factor de riesgo.
Encima, asegura, es un factor de riesgo que no se ha abordado con la seriedad que amerita.

“En general, a las policías y carabineros les ha faltado entender lo que pasa con las mujeres, ha habido ignorancia también, pues hay mujeres que piensan que aun en una situación de maltrato no pueden salir de la casa, e incluso otras que se han encontrado con autoridades que les dicen que se devuelvan a su domicilio”, sostiene Rincón González.

Tampoco parece ser un asunto que quiera abordarse. Consultadas por este medio, oportunamente, ni la Fiscalía ni la PDI entregaron información sobre el tema.

Reacción autónoma

El caso de Antonia refleja además otro fenómeno, y es la respuesta que debieron dar organizaciones civiles a los casos de maltrato.
“Nos llegó información, casos, en forma diaria. Simplemente, tuvimos que activar lazos por todos lados”, cuenta Francisca Rubio, miembro del Colectivo 8M Concepción.

“Tenemos gente que ofrece su casa. Era algo que teníamos desde antes de la pandemia, pero que se volvió necesario”, añade.

¿Cómo funciona?

Sencillo. Las mismas integrantes ponen a disposición piezas, casas interiores y otros espacios, para dar acogida, hasta por 15 días, a víctimas de maltrato.

“Nosotras, y otras organizaciones, nos preocupamos de la comida, del espacio, de reunir dinero en caso necesario, de conseguir trabajo, hasta que la compañera puede rearticular sus propias redes y llegar a algo más estable”, cuenta Rubio.

La coordinación llegó a niveles impensados. Hay casos en que se logró reubicar a mujeres en otras comunas, incluso, en una ocasión, se pudo trasladar a una mujer y su hijo a una región del norte del país, lo más lejos posible del maltratador.

“Todo esto implica un riesgo. Tanto desde el punto de vista de la seguridad, como por los desafíos que plantea la Covid-19”, sostiene.

La Covid-19 es un factor, así que las organizaciones coordinan test PCR para las víctimas y sus anfitrionas. Las medidas sanitarias que se tomen en cada casa, además, deben respetarse.
“Es un tema adicional, pero tiene que hacerse”, relata Rubio.

Respuesta estatal

La pandemia ha puesto presión en la reacción del Estado en diferentes áreas: seguridad sanitaria, economía, trabajo y hasta transporte. El Ministerio de la Mujer, ente relacionado con situaciones de maltrato por definición, también.

Según cuenta Lissette Wackerling, “desde el ministerio se habilitaron algunos canales extra, además del 1455, que es atendido por profesionales, que tuvo un aumento en llamados, fuera de eso habilitamos canales silenciosos, que son el chat web, Whatsapp y la mascarilla 19, que fue una alianza con farmacias para pedir socorro estando con el agresor”.

Eso último, es una fórmula para que las mujeres que acuden a una farmacia en compañía de su agresor, puedan pedir ayuda en forma discreta. Al pedir una “mascarilla 19”, en un cualquier local de este tipo, la persona es atendida por este tema por un especialista.
“Lamentablemente se nos produjo esto, producto del confinamiento, a una mujer en casa con niños, le cuesta llamar y decir a viva voz que estaba sufriendo violencia. Por otro lado, le cuesta más salir de la casa, con cuarentena”, añade.

La autoridad hizo un llamado a realizar las denuncias, a usar los canales de atención y a “no tenerle miedo a estas cifras, nos llaman a actuar”.
En el recuadro están indicados los canales de atención.

SI ERES VÍCTIMA DE ABUSO, O CONOCES A ALGUIEN, LEE LO SIGUIENTE

Si eres víctima de abuso o maltrato, o si conoces un caso, puedes buscar orientación en el número del Ministerio de la Mujer, 1455, en el en Fono Familia, de Carabineros, 149.
Si no puedes hablar, pero necesitas comunicarte, hazlo al Whastapp del Ministerio de la Mujer, en el +569 9700 7000.

En redes sociales, Colectivo 8M Concepción está disponible para apoyarte.

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