En la Región del Bío Bío son los mayores de 65 años y las personas solteras quienes presentan mayores índices de muertes, de igual forma, se debe poner atención a los jóvenes y quienes sufren violencia, explicaron desde la Seremi de Salud.
Hace 17 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS), decretó el 10 de septiembre como el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, para que de esta forma la población mundial tome consciencia de las implicancias de esta problemática. En Chile, según datos del Ministerio de Salud, treinta y seis mil personas al año intentan suicidarse, muriendo por esta causa 1.800. ¿El motivo? Dos de cada 10 personas sufren algún problema de salud mental.
Lo preocupante explicó la doctora Carolina Hausmann-Stabile, quien lleva más de 10 años investigando y aportando a la comprensión del suicidio, tanto en Estados Unidos como en América Latina, es que la situación en Chile es crítica desde el estallido social, lo que se acrecentó con la llegada de la pandemia y el aumento progresivo de contagios, donde el confinamiento y la incertidumbre de si habrá vacuna o no, y el miedo a contraer la enfermedad, podría incidir en un aumento de casos.
“Está comprobado que las crisis políticas y sanitarias resultan en un aumento en la tasa de suicidios, sobre todo, en poblaciones que se cree que no son vulnerables, como mujeres de mediana edad con hijos. En el caso de Chile, que pasó de una crisis social y política a una pandemia, podría aumentar los índices de muertes por desesperanza, al ir perdiendo a sus seres queridos a raíz del coronavirus y a la misma soledad que produce el estar en cuarentena, ya que conectarse a Zoom no basta, porque necesitamos interactuar, datos que podrían tenerse a partir del 2021”, aseguró la doctora Hausmann-Stabile.
Asimismo, desde la Seremi de Salud detallaron que, si bien las estrategias deben estar pensadas para la población general, existen ciertos grupos a los que se debe cuidar con mayor atención, entre ellos, los desempleados y personas con crisis económica; jóvenes y adolescentes; personas que sufren violencia; y personas con psicopatologías o intentos suicidios previos.
A raíz del contexto actual, hay que poner especial preocupación en aquellos con altos niveles de exposición a enfermedades causadas por Covid-19, como los trabajadores de atención de salud de primera línea y aquellos que desarrollan la enfermedad, dijeron.
Lo anterior, explicaron desde la Seremi de Salud, ya que los efectos de la pandemia en la salud mental de los chilenos pueden aumentar una conducta suicida, realidad que no se debe descuidar cuando se levanten las cuarentenas por ello, deben implementarse acciones de larga data y de manera urgente.
“En el quinquenio 2014-2018, la tasa bruta de mortalidad por lesiones autoinfligidas, en la Región, se han mantenido estables, variando un 10,1 el año 2014 y un 10,9 para el año 2018. En cuanto a los grupos más afectados, estos han sido los mayores de 65 años y más, como también las personas solteras, quienes presentan un mayor porcentaje de muerte por suicidio”, complementó la encargada de Salud Mental de la Seremi de Salud, Andrea Salgado.
Otro de los grupos que no se puede obviar, en el contexto del confinamiento son los adolescentes, argumentó la psicóloga Yanet Quezada. “Al estar en cuarentena, se les coarta su meta de desarrollo, que es diferenciarse de sus familias, creando su propia identidad, lo que se logra con la interacción social con sus pares, la que no se da en los espacios virtuales, porque en esos espacios sólo se dan a conocer los aspectos positivos, pero no los negativos los que se quedan en su soledad, lo cual es muy peligroso y puede desencadenar en un posible suicidio”, expresó la profesional.
“Desde las plataformas, en el caso de los estudiantes, que se ocupan para educar se podrían generar instancias de contención emocional que les permita reconocer los logros de los jóvenes, ya que este grupo se está viendo afectado al igual que los adultos por el contexto de confinamiento. La idea es que se puedan generar reflexiones con los pares”, comentó la psicóloga y parte del Observatorio de Parentalidad de la Universidad de Concepción, UdeC, Karen Oliva.