Con la totalidad de su infraestructura siniestrada amaneció este miércoles la Escuela Municipal G-434 de Tirúa, establecimiento unidocente, ubicado en la localidad rural de Cerro Negro, a unos 16 kilómetros al sur de la capital comunal.
El establecimiento -dependiente de la Municipalidad de Tirúa– contaba con una matrícula de cinco alumnos de enseñanza básica y ya había sufrido el pasado 19 de junio un amago de incendio, informaron.
El alcalde Millabur, quien se dirigió desde tempranas horas hasta el lugar, calificó este hecho como “un acto repudiable” y de acuerdo a testimonios de los propios vecinos, se trataría presumiblemente de personas ajenas al sector donde se emplazaba la referida escuela municipal.
“Es un hecho absolutamente repudiable, porque con estas acciones de gente desadaptada socialmente, se pasa a llevar el derecho a la educación de cinco niños(as) que quedaron sin un lugar donde estudiar y que -cuando se reinicien las clases- no podrán retornar a su escuela”, expresó el jefe comunal.
El alcalde Millabur junto a la jefa de Educación Municipal, Katherinne Castro, se reunieron este miércoles con los vecinos de Cerro Negro, y con los apoderados de los estudiantes afectados con la destrucción de esta escuela, la que comenzó a impartir clases en la década de los 60″, pasando a tuición del municipio de Tirúa a fines de los noventa, detallaron.
Pedro Gajardo, profesor encargado de la escuela siniestrada, lamentó que un hecho delictual de esta envergadura, destruya la historia de un proyecto educativo de larga data, afirmando que dicho establecimiento, ya había sufrido un intento de incendio a mediados de junio.
“Esto que ha ocurrido es un verdadero acto de maldad. Esperemos que la investigación de estos hechos arroje algún resultado, y junto a la comunidad y al apoyo del municipio, poder ver cómo logramos a futuro reconstruir un espacio para nuestros niños y niñas, a quienes se los dejó sin su querida escuela”, expresó el docente.
La Escuela G-434 de Cerro Negro, ocupaba una superficie de alrededor de 150 metros cuadrados, incluyendo un aula de clases, una pequeña oficina, un comedor, una cocina, un espacio de despensa, servicios higiénicos y un pequeño patio cubierto, indicaron.
El establecimiento impartía clases hasta 6º básico y actualmente se encontraban matriculados tres niños y dos niñas, precisaron desde el municipio.