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Viviendo en la “zona cero”: la semana más difícil para los vecinos del sector Tribunales

El sufrido relato de vecinos y comerciantes de un sector que hoy acumula 10 días de estrés. Los desmanes tienen como núcleo un edificio donde muchos creen hay una AFP, que parece ser el símbolo ideal para rebelarse contra el sistema.

Por: Carlos Campos 29 de Octubre 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

Mientras algunas autoridades hablan del regreso a la normalidad, cientos de vecinos y locatarios del centro de Concepción sufren desde hace una semana y media con la violencia de un conflicto que los tiene superados.

Apoyamos el movimiento social, pero no entendemos que traiga este tipo de violencia. No se sabe qué es lo que buscan. Como comercio, nos gustaría que si hay gente que tiene tanto poder para convocar a estas marchas, se hagan responsables para cerrarlas también. Comparto las demandas, porque sin duda que todos queremos mejor salud, pero si no trabajo, no puedo mantener mi casa”, comentó Eduardo Serey, dueño de la tienda Muebles B&S, ubicada justo al frente de Caja Los Andes, en Tucapel con O’Higgins.

Es uno de los tantos perjudicados con los incidentes que durante los últimos días se han concentrado entre la diagonal Pedro Aguirre Cerda, San Martín, O’Higgins, Orompello y Tucapel. En aquel perímetro, ya fue saqueado durante seis días el supermercado Santa Isabel, el cual cambió incesantemente sus cortinas metálicas, lo que no evitó que incluso lo intentaran incendiar. Pero más allá de todos los locales comerciales alrededor del sector, los vecinos ya no aguantan más. Una residente ya mayor, que optó por no dar su identidad, aseguró estar muy estresada. “No puedo dormir tranquila y es un caos total vivir acá. Nunca había pasado algo así en el sector, pese a que siempre pasan marchas con miles de personas, pero este nivel de delincuencia es inédito. Y según los políticos está todo controlado”, señaló, molesta.

Isidoro Valenzuela M.

Un símbolo

Durante los últimos años, han habido cientos de marchas que pasan por la diagonal y O’Higgins. Pocas veces hay problemas en aquellas cuadras, tomando en cuenta que casi siempre estas terminaban en Plaza Perú. Y ahora, ¿por qué se han ensañado con el edificio donde está la Caja Los Andes? ¿Qué motiva a este pequeño grupo de manifestantes a saquear, destrozar y quemar ese lugar?

A más de un encapuchado se le ha escuchado gritar que no dejarán de atacar el edificio hasta quemarlo por completo. Locatarios y vecinos del sector comparten una hipótesis: la errada idea que existe en torno a esa caja de compensación. “La mayoría de las personas creen que es una AFP. Así, sienten que se rebelan contra el sistema”, explicó un vecino que vive a media cuadra. Serey, dueño del local que vende muebles, afirmó al respecto que “hay una ignorancia tremenda e increíble. No entienden que no es lo mismo una caja de compensación que una AFP. Si ya está toda incendiada y siguen entrando a los pisos superiores. Ya no se sabe qué más quieren”.

Cercanos también a la zona cero y a un edificio que ha sido tomado como el “caballo de batalla” en los últimos días, son pequeños comerciantes que están muy lejos de tener seguros en sus tiendas. Al revés, son Pymes que trabajan junto a la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), quienes los apoyan económicamente sólo en caso de saqueos o pérdida de material.

Pero la mayoría de locales comerciales que venden ropa en el sector, no pudieron ni siquiera abrir durante la semana pasada. Con barricadas a mitad de cuadra, lacrimógenas durante gran parte del día, “zorrillo” y “guanaco” transitando por la calle, ¿quien se acercaría a comprarles?

“Recién hoy abrimos, pero hasta las 15 horas o hasta cuando haya desórdenes. Hemos perdido un montón por no vender y, al contrario de grandes cadenas comerciales, nosotros no recuperamos todo en un día. Pero al margen del tema comercial, acá hay mucho miedo. Lo conversamos con la gente que vive acá y es increíble lo que está pasando. De un día para otro ha sido todo violencia”, dijeron desde una tienda donde también prefirieron no revelar la identidad por temor a represalias.

Hay locales que trabajan con marcas de otras regiones, a quienes les explican que no han podido abrir, dando como ejemplo que estarían ubicados en plena Plaza Italia, si fuese Santiago.

Raphael Sierra P.

Saqueados

Rendibú fue otro local que sufrió con la violencia desmedida que ha reinado en el sector. “Abrimos hoy (ayer) y en la mañana es tranquilo, pero así no podemos seguir”, indicó Valentina Burdiles, trabajadora de un local que estaba cerrando ayer pasado el mediodía, tras el comienzo de los desórdenes a un costado de lo que queda de Caja Los Andes.

Atendieron por última vez el 19 de octubre. Hoy cumplen 10 días sin ventas. “Sólo vinimos el miércoles a sacar café para regalarle a los bomberos. Incluso, como la gente se aglomera aquí afuera del local, los carabineros lanzaron lacrimógenas y cayó una adentro. Nos rompieron el vidrio y la bomba entró. Al igual que la Caja Los Andes, no tenemos nada que ver con esto. Apoyamos el movimiento, pero igual la semana pasada nos saquearon. Las frutas y la leche estaban tiradas por todos lados”, agregó Valentina.

Wofoo, local de comida, es otro de los locales perjudicados, ya que no abre desde el sábado 19. Indimed, centro médico ubicado a un costado, fue totalmente apedreado hace tres días. Eduardo Serey, de B&S Muebles, se salvó de lo anterior. Eran las 6 am del domingo 20 y no podía dormir cuando tomó la decisión de retirar toda la mercadería de su local. “Por miedo a que nos saquearan, fuimos nosotros mismos quienes sacamos las cosas. Si no hacíamos eso, sin duda, estaría todo quemado. El aire está irrespirable y, como todos los pequeños negocios, tenemos varios compromisos por cumplir. Hay que pagar arriendo, entre otras cosas, porque ya estamos a fin de mes. Oí, además, al intendente Giacaman decir que estaba todo tranquilo y que había sólo un foco de conflicto, que vendríamos siendo nosotros. ¿Qué más están esperando que pase? No se entiende”, agregó.

Isidoro Valenzuela M.

Así operan

En la esquina de San Martín con Tucapel hay un estacionamiento. De aquel lugar, decenas de jóvenes encapuchados, fuerzan un portón que está cerrado para robarse todos los neumáticos que encuentren. Los ordenan, echan bencina y prenden fuego de inmediato. Así parten las barricadas que ayer se apagaron sólo gracias a la lluvia. Pese a que a menos de dos cuadras están las oficinas administrativas de Carabineros, suele pasar más de media hora para que recién alguien aparezca intentando calmar todos los desmanes.

Las piedras llueven de lado a lado, mientras el carro lanzaaguas y el “zorrillo” hacen lo suyo. Y cuando todo se “normaliza”, decenas de otros manifestantes se acercan a un costado de la Caja Los Andes para sacar las latas que cubren lo poco que queda de lugar. Luego, se toman su tiempo para ingresar y recorrer el edificio, el que suelen volver a quemar y destrozar. Una de las escenas más repetidas durante los últimos días.

“No se puede vivir así. Desde que comenzó todo esto, los postes de la luz en la noche se han encendido sólo una vez. Ya no hay militares y los carabineros ni se asoman por acá. Están quemando el centro y nadie hace nada. Tenemos todo el día las ventanas cerradas y no podemos salir con normalidad. Los políticos nos quieren hacer creer que todo está mejorando y no es así, parece que vivieran en su burbuja”, sentenció un vecino del sector.


Infografía: Andrés Oreña

Isidoro Valenzuela M.

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