El pasado 14 de marzo, la comisión de Educación de la Cámara del Senado aprobó por unanimidad el proyecto de ley que prohíbe que cualquier deuda contraída para estudiar, sea en etapa preescolar o superior, quede en el registro de sistema de deudores comerciales morosos o impagas, conocidas como Dicom.
Además, obliga a borrar de los registros a los actuales morosos.
La medida busca dar soluciones a cerca de 2 millones de jóvenes endeudados con el sistema de financiamiento de la educación superior, es decir el CAE, Corfo y Fondo Solidario, y que entre otras cosas los limita al momento de querer tener casa propia o acceder a un crédito hipotecario.
Así es el caso de Carla Herrera, quien ingresó a estudiar Prevención de Riesgo, en una Instituto Profesional en 2010. Si bien, contraer el Crédito con Aval del Estado fue su única opción para financiar su carrera, asegura que fue el peor error de su vida.
“Uno no tiene mucha idea de lo que significa firmar un crédito. Recuerdo que estaba esperando si salía beneficiada por unas becas internas y, paralelamente, firmé el CAE. Pasaron los años, me atrasé y al salir de di cuenta de la tremenda deuda”, contó Herrera.
Según detalla, fue la primera en ingresar a una institución de educación superior en su familia, así que nadie podía orientarla. Tampoco recibió algún tipo de guía en su liceo, donde le explicaran, por ejemplo, sobre las tasas de interés u otros mecanismos para financiar su carrera. Así que con total desconocimiento llegó y firmó.
“Me di cuenta que las cosas estaban mal cuando egresé y comenzaron a llegar cartas por mi deuda”. Durante el periodo en el que no supo nada de su deuda, algo así como dos años, no logró encontrar trabajo en su área así que tuvo varios periodos de desempleo.
Hasta que se resignó y empezó a barajar otras opciones. Fue mesera, cajera, recepcionista, entre otras. En el camino fue madre y sus prioridades cambiaron, quería postular a un vivienda.
“Por algunos compañeros que estaban en la misma situación, sabía que no podía postular a una casa o departamento, así que me acerqué a la empresa que llevaba mi deuda para repactarla, pero el monto inicial que me pedía estaba fuera de mi alcance. Todo quedó en nada”, recordó.
La deuda de Carla está en Dicom y según afirma, duplica el valor de lo que estudió.
El caso de Carla se asemeja a la realidad de otros ex estudiantes del Bío Bío. Y es que de acuerdo a la información de la Fundación Sol, los deudores locales del CAE llegan a 27.762, representado un 44,3%. Con ello, la Región se posiciona como la segunda con más morosos por conceptos de educación.
De ese total, 9.748 son desertores, o sea estudiantes que no finalizaron sus carreras, y 18.014 son egresados.
A nivel nacional la morosidad llega al 40.3% (151.683), siendo los estudiantes de Centros de Formación Técnicas lo que lideran la lista (48,1%), seguido por los Institutos Profesionales (46,4%)
Respecto a las universidades, la UdeC es la que tiene más morosos a nivel regional con 1.088, le sigue la UCSC con 1.036 y la UBB con 319.
Geográficamente, los deudores en su mayoría tienen residencia en Concepción, con 3.996 casos; en Talcahuano, con 2.490; Coronel, con 1.745; Y Chiguayante, con 1.697.