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Madre Marisa Zamora: “Hay una gran solidaridad para con el migrante en la Región del Bío Bío”

Proveniente de Perú, hace cuatro años está a cargo del hogar que da cobijo a mujeres extranjeras que llegan a Concepción. En una amena entrevista nos comentó sobre su labor e historias que han marcado su paso por la capital penquista.

Por: Mauro Álvarez 07 de Octubre 2018
Fotografía: Cedida

La migración hacia nuestro país y en especial a la Región del Bío Bío es una realidad que ya no se puede obviar, es por esto que al alero de esta situación han nacido distintas iniciativas que buscan aportar con un granito de arena para favorecer la integración de estos “nuevos chilenos”.

Uno de ellos es la Casa del Migrante, ubicada en Salas N.º 193 (casi al llegar a Cochrane) a cargo  hace cuatro años, de la religiosa de la Congregación María Inmaculada, Mariza Zamora Infante, de origen peruano, quien se encarga de dar cobijo a mujeres extranjeras sin hijos, con el único propósito de buscarles trabajo con el que puedan emprender el vuelo e insertarse de mejor manera en la realidad penquista.

– ¿Cómo nació la iniciativa de contar con este centro de Atención para la comunidad migrante presente en Concepción?

Nuestra Congregación siempre ha estado muy preocupada de la migración en América Latina, ya que es un fenómeno social del que debemos hacernos cargo, es por ello que replicando lo que hacemos en España abrimos este espacio para poder recibir a los extranjeros que están llegando a la ciudad.

– ¿A qué tipo de extranjeros se recibe en esta casa?

Recibimos, principalmente, a jóvenes sin hijos. Al principio de los años, no venía nadie hasta hace unos tres años atrás cuando comenzaron a llegar desde Colombia, Venezuela y Haití a razón de las crisis en sus países. Si bien nuestra casa solo acepta mujeres, en un principio venían hombres y mujeres, muchos reticentes, porque es una casa Católica, pero aquí les explicamos que el credo no importa, lo importante es acogerlos y ayudarlos ya que todos somos hermanos. Así comenzó a llegar la gente, a través del boca a boca.

– ¿Cuáles son los requisitos para poder quedarse en la residencia?

Como le comentaba en casa solo acogemos a mujeres solteras sin hijos, ni  que tengan a Chile como  su país de origen, ya que ese es nuestro carisma, se les ofrece desde desayuno hasta la cena. Se les busca un trabajo y una vez que se van se abre el espacio para nuevas residentes temporales. A los varones también se les acoge y se les ofrece alternativas donde puedan vivir, como el hogar presente en la Parroquia Santa Madre de Dios

-¿Sólo reciben a extranjeras o también reciben a chilenos de otras latitudes?

La Casa no sólo acoge a personas extranjeras, sino también de otras zonas del país, la casa es para todos. Tenemos otra casa igual que es una Residencia Hogar para jóvenes estudiantes, provenientes de pueblos.

– ¿Con cuántas habitaciones tiene la Casa del Migrante?

La casa cuenta con 3 habitaciones para nueve personas. Lo que me sorprende es que hoy llegan en familia y se ubican todos en una habitación hasta que comienzan a surgir una vez que establecen redes.

-¿Cuentan con un equipo profesional para apoyar a los residentes que llegan? Teniendo en cuenta que muchos no saben a lo que vienen, muchos incluso sin saber nada de Concepción.

Sí, contamos con un equipo de voluntarios que trabaja de forma gratuita, son señoras a las que no se les paga y trabajan con mucho cariño. Su labor es de apoyo, actúan muchas veces de psicólogas y son las encargadas de entregarnos la información para derivarlos a los diferentes servicios de atención, desde los Cesfam, extranjería y otros servicios, entre ellos también a abogados, para lograr su inserción en la cultura chilena y porque no decirlo, penquista.

-¿Cómo es el trabajo que realizan con los haitianos? Esto porque existe una barrera idiomática importante.

Claramente ellos son grupo vulnerable, con ellos tenemos un trabajo especial que consiste en además de enseñarles español, que es llevado a cabo por un pastor evangélico, ya que trabajamos en redes, sin tinte político, ni de credo. Hemos recibido apoyado desde el Cesfam de Tucapel, ya que el director acogió a esta población, insertando políticas especiales de atención,  ayudadas por un traductor, a lo que se suma el colegio Balmaceda donde se les refuerza el español, también a cargo de una hermana evangélica, lo que convierte a este trabajo en algo muy bonito.

– En los años que lleva a cargo del hogar, ¿cómo ha visto la recepción de los penquistas para con los extranjeros?

Hay mucha solidaridad en el Bío Bío . Las personas que vienen acá son muy solidarias, aquí vienen a buscar personas para ofrecerles trabajo y prefieren extranjeros, porque son más responsables a la hora de desarrollar un empleo. Muchos son profesionales, pero dispuestos a empezar desde cero.

– Esto la debe alegrar, porque como dice: “ellos sólo buscan una oportunidad”

Así es, aunque a veces me da pena, porque muchos empresarios o personas que buscan asesoras de hogar se asustan, porque encuentran que los migrantes están sobre valorados para un cargo menor y con esto muchos extranjeros se frustran y ahí estamos nosotros para apoyarlos e incentivarlos en su lucha por una efectiva inserción en la realidad penquista… faltan empleadores que se atrevan a contratarlos, ya a ellos no les importa empezar desde abajo.

– ¿Hay alguna historia que la haya tocado fuerte?

Lamentablemente sí y muchas veces, ahora último me tocó muy duro la historia de una niña que viajó desde Venezuela en bus, con 8 meses y medio de embarazo. Podría haber tenido el bebe en cualquiera de los países por donde pasó, pero tenía la convicción de llegar a Chile, porque de nacer su hija en Venezuela el gobierno de Maduro no le iba a dar el pasaporte a la bebe. Ella llegó en diciembre y su bebé nació en enero, ella lloraba de alegría ya que la atendieron de forma muy amena, tanto en el Cesfam como en el Hospital. Lamentablemente, la niña nació con un riñón y leucemia, pero ha estado estable en estos nueve meses.

Finalmente, ¿cree que vamos bien en el camino de una efectiva  integración?

Falta un cambio de mentalidad en el chileno, ya que los extranjeros no vienen a robar trabajo, sino más bien vienen en muchos casos vienen a hacer el trabajo que los mismos chilenos no quieren hacer, como limpiar baños, por dar un ejemplo. Empleos que en muchos casos sufren explotación, trabajando más de 12 horas por apenas 5 mil pesos o incluso menos, no pudiendo acusar a las autoridades, porque saldrían perdiendo, ya que estas situaciones muchas veces se dan por falta de contratos para este grupo de personas, principalmente haitianos que no manejan el idioma, es por ello que lo primero que les decimos a ellos es que su obligación es aprender español, para que así en un futuro este tipo de situaciones dejen de ocurrir.

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