Ciudad

Penquistas llegarán hasta Silicon Valley con sus bolsas solubles en agua

Solubag se llama la compañía que pretende revolucionar el mercado, con un producto no contaminante que aspira a mejorar las condiciones medioambientales del planeta.

Por: Mauro Álvarez 11 de Agosto 2018
Fotografía: Carolina Echagüe M.

El problema de la contaminación por plástico, lejos de disminuir, se acrecienta cada día más en el planeta y principalmente en el mar. Como dato, al año se producen 300 millones de toneladas de este material, el que luego de ser desechado termina en el océano,  problemática que es considerada aún mayor que el cambio climático.

Esto, que no es menor, se prevé que para el año 2050 habrá más plástico en los océanos que vida marina. Actualmente, existe una isla del porte del territorio nacional, situación que un grupo de penquistas a través de una innovadora iniciativa pretenden resolver.

Solubag tiene por nombre la compañía liderada por Roberto Astete, Alejandro Castro, Cristián Olivares y Patricio Cabezas, quienes junto a inversionistas chinos desarrollaron una técnica para dar vida a bolsas biodegradables, las que tienen como particularidad que son solubles al agua fría o caliente.

¿Pero cómo se gestó esto? El ingeniero UdeC, Patricio Cabezas, quien el día de ayer dictó dos charlas en la Facultad de Ingeniera de la Universidad de Concepción, explicó que esto nació cuando Astete junto a Castro desarrollaron un detergente con una especie de bolsa, que al tomar contacto con el agua desaparecía, “al momento de ver que este material se podía disolver, decidieron implementarlo en bolsas como las de supermercado”.

Cabezas contó que si bien la planificación duró cuatro años, debieron llevar a cabo el proceso de certificación de la materia prima y la patente del producto, la que lograron hace un mes.

“En el intertanto recibimos el premio a la mejor innovación de Latinoamérica, por parte la Singularity University, de Google junto con la de la Nasa, lo que llevará a nuestra compañía a Silicon Valley para armar junto a ellos el plan de negocios, para el escalamiento a nivel mundial, para ello nos compraron el 3% de la compañía”, contó.

Material de base

La materia prima para elaboración de estas bolsas solubles en agua, nacen del gas natural, que dentro de sus particularidades tiene un componente similar al plástico, su nombre, polyvinyl alcohol, el que al tener contacto con agua, reacciona al oxígeno presente en ella, disolviéndose.

“Esta tecnología si bien es cierto existe hace más de 50 años, porque es lo mismo que se ocupa para las cápsulas de remedios y las gotas para los ojos, entre otros, pero con un alto costo. Entonces lo que hicimos nosotros fue optimizar los recursos hasta llegar a una receta para hacer un producto comercializable, con el propósito de en un futuro suprimir todos los productos de plástico a través de esta innovadora tecnología”, argumentó el ingeniero UdeC.

Sobre el peso que soportan este tipo de bolsas, acotó que “están diseñadas para soportar entre 5 a 7 kilos como las bolsas convencionales, con las mismas propiedades mecánicas para soportar que una convencional”.

Lo que viene

El emprendimiento chileno que ha dado vueltas al mundo por su impacto revolucionario y que va en ayuda del planeta, ya ha tenido ofertas internacionales, debido a las políticas medio ambientales impuestas en muchos países.

Así lo afirmó el ex gerente general de United Plastic Corporation (UPC), “estamos asociados en Santiago con un grupo de inversiones y estamos formando dos empresas, una acá en Chile y otra en Colombia para vender estas bolsas solubles, hemos tenido solicitudes de todo el mundo, principalmente empresas de retail de Estados Unidos y Europa, como también de Chile”.

Lo anterior, ayudará a que cada mega empresa, como también las  personas, puedan tomar la decisión de no contaminar, “debido a que la bolsa de Solubag podrá ser desechada por el lavaplatos, por la lavadora o por el escusado, contribuyendo con el medio ambiente. Esto permitirá que cada uno de nosotros tome conciencia que con una solución tan fácil no contaminemos, ya que  se demoran no más de 3 minutos en degradarse”.

En el caso de una ciudad que llueve mucho como Concepción, Patricio Cabezas señaló que “este tipo de material se demora entre tres y cuatro días en disolverse, por ende tampoco se corre el riesgo que se desintegre  en el camino”.

Etiquetas