Fue en el año 2014 cuando la estudiante de Relaciones Públicas Valentina Ruiz, se conmovió con una perrita poodle inválida a causa de una vida de maltrato. La adoptó sin pensarlo, y esa decisión le cambió la vida.
Fue este hecho el que la llevó a fundar el refugio “Patitas Sin Hogar”, para ir en ayuda de muchos perros en condición de calle, un proyecto al que se ha sumado su hermana y toda su familia, y que también cuenta con la colaboración económica de algunos amigos, que les han ayudado a la alimentación, cuidados veterinarios y turnos. Generalmente, trabajan con 15 perros residentes, en constante rotación , ya que se van en adopción en promedio cinco al mes, a través de un proceso novedoso que busca darle “personalidad” a cada perrito para atraer al adoptante idóneo, contando sus historias en primera persona a través de Facebook que se ajuste a las necesidades reales de cada uno de ellos. A juicio de sus cercanos, Valentina ha desarrollado un talento muy especial para interpretar a sus queridos amigos, dándoles voz desde el corazón. Por el refugio han pasado alrededor de 300 perros, muchas veces enfermos y que gracias a los cuidados y tratamientos logran tener una familia. Para mayor información, visite el fanspage de Facebook es “Refugio Patitas Sin Hogar”.