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Smiljan Radic y Teatro Regional del Bío Bío: “Estará a la altura de los que existen en Europa"

Por: Daniela Salgado 06 de Agosto 2017
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

A fines de año estarán terminadas dos obras emblemáticas para la Región. Distintas en su forma pero bajo la misma dirección, el anhelado Teatro Regional y el Centro Cívico de Boca Sur, perpetuarán el trabajo de uno de los arquitectos más destacados del país: Smiljan Radic.

Con 52 años, el arquitecto chileno que pertenece a la denominada “generación dorada”, a forjado a punta de premios un reconocimiento a nivel internacional. Obras como Serpiente Pavilion en Londres, Restaurant Mestizo, Museo de Arte Precolombino, Nave y Bodega Viña Vik, son algunos de sus trabajos más aplaudidos.

A esa lista se le sumará la construcción del centro cívico de Boca Sur en San Pedro de la Paz. El proyecto que fue diseñado en 2009, está emplazada en un terreno expropiado por el Serviu, en la intersección de las calles Daniel Belmar con Par Vial las Torres. En el sitio de 14.488 m2 se edificará la 4ta Compañía de Bomberos, salas de uso múltiple, juegos infantiles, entre otros, beneficiando a las 400 familias del sector.

Pero lejos el con mayor notoriedad es el esperado, por más de 50 años: el Teatro Regional del Bío Bío que permitirá abrir un espacio para las artes escénicas y musicales.

-¿Qué lo motivó a participar en el concurso público para adjudicarse la creación del Teatro Regional?

-Hubieron varias cosas que me parecieron interesantes. Una fue que se trataba de un concurso internacional y para uno como arquitecto no es menor, y la otra es porque venía con toda esta historia del pencopolitano, había una cosa de show que me parecía llamativo, el hecho del terremoto, todos esos elementos contribuyeron a hacerlo atractivo.

Además, éste no está pensado para abastecer sólo a la Región sino al país. Para mi el teatro no es regional sino nacional y verlo de esa perspectiva permite decir que está emparejado con los de Santiago, Buenos Aire y Nueva York.

-¿Qué lo diferenciará del resto?

-Éste no es el típico teatro que uno está acostumbrado en Chile, que uno entra en un hall todo cagón y después se mete a las salas y ve un espectáculo.

El espacio público dentro de él es tremendamente importante porque genera interacción social, como ocurre en los de Europa, la experiencia de la entrada es igual de importante como lo que pasa en las salas.

-¿Se han presentado muchos problemas en la construcción?

-En cualquier construcción siempre hay problemas con las constructoras. Hay cosas que están súper definidas para igual después surgen problemas.

Nuestra discusión real con las constructoras es que la obra no pierda la calidad que nosotros propusimos en el proyecto y que tampoco es tan alta.

Pero hay que destacar que el 95% del teatro sigue siendo el mismo que presentamos.

-Con respecto al Centro Cívico, ¿considera que éste ayuda a cambiar la imagen de un sector que durante años fue catalogado como un “barrio crítico” a causa de su deterioro urbano y social?

-Yo creo poco en esa idea que la arquitectura cambie la imagen de un sector, pero sí, en este caso, va ayudar porque será un espacio comunitario.

También en una micro escala nosotros quisimos hacer un concurso de un graffiti de 80 metros para que sean los propios vecinos quienes lo cuiden y así crear sistemas de complicidad.

-¿Cómo fue la recepción de la gente frente al proyecto?

Nosotros lo presentamos tres veces a la comunidad. Nos reuníamos en las plazas y lo excibíamos para que pudieran hacer sus sugerencias.

La primera vez fue bastante increíble porque lo explicamos crudamente como arquitectos, con un lenguaje bastante técnico y cuando terminé el speech una señora se levantó y dijo “miren, no entendí del todo pero veo la maqueta y me gustó mucho. Del graffiti no se preocupen porque lo vamos a hacer nosotros”. Entonces ya con eso, el proyecto quedó arraigado.

-¿Cómo encuentra el nivel arquitectónico de la Región?

-No sé tantos detalles de la Región pero a nivel nacional el estándar de calidad ha subido muchísimo. En ese sentido los constructores se quedan un poco atrás en relación al promedio que la arquitectura está proponiendo.

Muchas veces las obras sales más caras de lo que son porque están acostumbrados a un régimen pobretón que no tiene que ver con usar materiales más caros sino porque hace falta más precisión al momento de ejecutar las obras.

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