Muelles que permiten ingresar al corazón de humedales, conocer los bosques de pantano, cultivos orgánicos y proyectos científicos son parte de los atractivos.
Muelles que permiten ingresar al corazón de humedales, conocer los bosques de pantano, cultivos orgánicos y proyectos científicos son parte de los atractivos.
El cambio climático, la escacez hídrica, unido a los daños que genera la huella de carbono hacen necesario generar conciencia en niños y adultos sobre la importancia de cuidar el planeta para que las nuevas generaciones cuenten con un ambiente limpio y sano.
Esa es una de las principales premisas que inspiraron al ingeniero forestal, Rodrigo Hernández, a desarrollar en su parcela de dos hectáreas, ubicada camino a Patagual, un proyecto educativo, que busca informar y educar a la población de manera entretenida.
De hecho el relato parte diciendo que los duendes son espíritus que habitan en los bosques y que, por lo tanto, saben mucho de la naturaleza, el nacimiento, desarrollo y vida de la flora y fauna que habita el lugar. "Ellos se materializan ante los espíritus puros, que pueden ser niños y/o aquellos humanos no contaminados por pensamientos destructivos, tanto hacia su propia personas como hacia la naturaleza".
Hernández detalló que dicho parlamento es, especialmente, motivador para los niños, pues no sólo se entusiasman al conocer la historia del duende, ver su casa y la llave colgando, lista para abrir la puerta, sino que también son mucho más cuidadosos con la naturaleza. "Es un hermoso y entretenido viaje donde escuchan fábulas e historias relacionadas con cada uno de los espacios visitados que finalmente les llevará a conocer la morada del duende, el guardián de la naturaleza".
La apuesta, que comenzó a funcionar hace sólo algunos meses, se llama Sendero del Duende. "Consiste en un recorrido de dos horas y media a tres horas donde pasamos por diferentes sectores de la parcela en que abordamos distintos tipos de tópicos de la naturaleza".
El proyecto es diferenciado, según explicó el creador, dependiendo de la edad y curso de los asistentes se adaptan a los tópicos del Mineduc, pues reciben desde niños de primer año básico hasta cuarto año medio. "El recorrido es el mismo, pero se adapta el discurso, pasamos por bosques nativos, zonas de humedales, invernaderos, frutales y también contamos con chacras de cultivos tradicionales".
Los asistentes reciben información in situ, explicádoles los beneficios del correcto uso de la naturaleza y la tierra en sus distintas eficiencias.
"Siempre me nació la idea de compartir mis conocimientos, estudié técnico forestal en Duoc y después ingeniería forestal en la Universidad Austral de Valdivia, fue ayudante en botánica, ecología y genética, entre otras, siempre me interesó el bosque nativo. Me di cuenta que al explicar en terreno, con palabras simples, mis compañeros me entendían más a mí que a los profesores. De ahí nació la idea de construir El Sendero del Duende", afirmó.
El proyecto familiar, que es financiado íntegramente por la esposa de Rodrigo Hernández, Evelyn Ramírez, quién al igual que su marido están encantados por los beneficios educacionales que puede entregar un lugar como el que levantaron, que implicó una inversión cercana a los 13 millones de pesos para la construcción de muelles, senderos y adecuar la parcela para los visitantes. "Construimos un muelle con palets reciclados que nos permite ingresar durante todo el año al humedal, antes sólo se podía ver desde afuera, ahora la gente puede ver las plantas como el Mallín y los bosques de pantano".
Pero en la parcela existe otra inversión, cercana a los 20 millones de pesos que corresponde a un proyecto científico propiedad del Institutuo de Transferencia Tecnológica y Emprendiemiento "donde están desarrollando cultivos de micro algas para biofertilizantes".
La iniciativa, que tiene un costo de mantención mensual cercano a los 150 mil pesos, es apoyada por Ramírez, quien es ingeniero comercial y se encarga de realizar las postulaciones a fondos concursables que puedan ayudar a mantener de mejor forma el proyecto.
Si bien, Hernández ha intentado contar con apoyo gubernamental, este sólo puede ser a modo de respaldo, ya que el Gobierno no puede aportar con recursos a un proyecto privado. "Queremos financiarlo con visitas de colegios, que tienen un costo de 275 mil pesos para veinte personas , delegaciones y grupos familiares donde cada uno paga seis mil pesos, pero por este sábado 8 y lunes 10 de octubre será dos por uno. La idea es que todos los que deseen puedanconocer el lugar y familiarizarse con la educación ambiental".
Aseguró que lo ideal es que los grupos no sean de más de 20 personas, de tal manera, de evitar que se desconcentren o se dispersen, aunque cuando se trata de grupos más grandes son divididos en dos, apoyados por otro monitor para que no se pierdan ninguna de las actividades que se realizan.
Las estaciones
Los asistentes reciben una guía de actividades en terreno, un lista de las especies nativas numeradas, de tal manera que los menores al ver el número puedan identificar de qué árbol se trata y además cuentan con una completa explicación de todas las estaciones: primero el bosque de hualve o de pantano, siguiendo por el paso de los siete puentes, todos construidos con madera reciclada y neumáticos, adornados por imponentes árboles de Maitén, Arrayán, Arrayán Macho, Roble, Quillay, Maqui, Canelo, Boldo y Lingue.
También conocen una vertiente, que abastece de agua a la parcela; el bosque y la casa del duende; un hornillo de barroesculpido en el cerro donde antes se generaba el carbón para la familia; una zona de cultivos tradicionales como habas, papas, trigo, frambuesas, sandías y verduras en general.
El paseo de casi tres horas incluye la visita a un fotobiorreactor o cultivo de micro algas, que está destinado a la producción del alga espirulina. "Que consiste en una piscina destinada a la producción de un tipo de micro alga que se utiliza para la fabricación de biofertilizantes orgánicos que son usados por las viñas en el proceso productivo del vino. Lo que mejora el sabor y permite abrir nuevos mercados".
La travesía cuenta con una zona productora de leña destinada al cultivo de especies como el eucaliptus y acacia, la leña obtenida es básicamente para el consumo familiar y materia prima para la parcela. Con dicho cultivo se persigue, según Hernández, la sustentabilidad del bosque nativo, evitando su tala, mediante el manejo responsable de maderas nobles.
La travesía concluye con una visita a la estación de energías renovables no convencionales que consta de paneles fotovoltaicos (placas solares), aerogenerador (turbina eólica) e hidrogenerador (rueda de agua), elementos diseñados para cubrir exitosamente las necesidades de este esperanzador proyecto.
Para Rodrigo Hernández, el Sendero del Duende es la forma de entregar educación ambiental a todos los habitantes de la Región, de manera entretenida y didáctica. "Queremos crear conciencia de la problemática del cambio climático y la responsabilidad que tenemos de cuidar el medio ambiente".