Carta al director

Migración, el desafío de cambiar la mirada

Por: Diario Concepción 26 de Diciembre 2018
Fotografía: Diario Concepción

En Chile, el incremento de flujos migratorios están impactando el establecimiento de nuevas formas de relación social que interpelan a nuestra sociedad, el Estado y sus instituciones, a generar una relectura del “migrante” como un sujeto individual, posible de categorizar, reducir e intervenir en el campo de jurídico, lo económico y social, para, en su lugar, comprender la migración como un fenómeno natural muy propio y persistente en la historia de la humanidad, que no sólo debe enfocarse en quienes migran, sino en su carácter relacional y en el reconocimiento de las personas que migran como un otro legítimo, sujeto de Derechos Humanos que se no sólo se deben de reconocer, sino proteger y garantizar.

La migración es una especie de tránsito movilizado por la búsqueda de nuevos y mejores horizontes de vida, gatillados por una o por la interrelación de múltiples causas sociales, económicas, políticas e incluso climáticas o medioambientales (alteraciones climáticas, degradación del medio ambiente, desastres naturales u otros) fenómeno que de acuerdo a la Organización Internacional de las Migraciones, se estima movilizará para el año 2050 la migración de cerca de 200 millones de personas en el mundo.

Nuestro país ha pasado de tener un 2,3% de población migrante internacional en 2014 a un 4,3% en la actualidad, unas 746 mil personas (Censo 2017). En el Bío Bío corresponde al 1,6% de población.

La cifra está muy lejos del promedio de los países Ocde, sin embargo, parte de la población nacional percibe un “alto porcentaje de migración”, lo que, entre otros factores, responde a la actitud humana de amplificación de la diferencia, y la tendencia a superponer el valor de la cultura propia por sobre el de otras y de las personas por su procedencia, idioma o color de piel, especialmente considerando que 8 de cada 10 migrantes son latinoamericanos y más recientemente de Haití.

Los migrantes Europeos son más bien considerados como “extranjeros”. La inmigración a Chile está configurada mayoritariamente por población joven en edad laboral activa, en promedio con mayor escolaridad que la población chilena, y cuyos hijos representan hoy un 2,2,% de la matrícula escolar nacional.

Este 19 de diciembre, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó con 152 votos a favor, 5 en contra y 12 abstenciones (incluida la de Chile) el Pacto Mundial para promover una migración segura, ordenada y regular. El cual es de carácter no vinculante, y contempla 23 objetivos que permitirán “gestionar mejor la migración a nivel local, nacional, regional y mundial” ONU para el desarrollo de marcos legislativos y políticas públicas acordes a los estándares de DD.HH. internacional, que sean capaces de favorecer el respeto de derechos y tender hacia una positiva y enriquecedora convivencia social. Lo cual que de no generarse puede potenciar el riesgo de incrementar percepciones de amenaza, actitudes de desconfianza y prácticas de exclusión social, en lugar de generar cohesión y bienestar, no sólo para los migrantes, sino para el conjunto de la sociedad.

Roxana Zuleta B.
Secretaria Académica Escuela de Trabajo Social
Universidad Andrés Bello

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