Virginio Gómez González

21 de Diciembre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Archivo Diario Concepción

Alejandro Mihovilovich Gratz

Investigador histórico



La historia del progreso intelectual y científico en Chile, particularmente en la región del Biobío, no puede comprenderse sin la figura del doctor Virginio Gómez González. Médico, educador y visionario, su vida estuvo marcada por una profunda vocación de servicio público y por la convicción de que el conocimiento debía descentralizarse para beneficiar a toda la nación. Su legado trasciende la práctica médica y se proyecta con fuerza en el ámbito de la educación superior, donde su influencia continúa vigente hasta hoy.

Nacido en 1877 en la ciudad de Los Ángeles, Virginio Gómez se formó en un contexto en que la medicina chilena comenzaba a profesionalizarse y a abrirse a los avances científicos europeos. Tras realizar sus estudios en el Instituto Nacional, obtuvo el título de médico cirujano a fines del siglo XIX. Su espíritu inquieto y su deseo de perfeccionamiento lo llevaron a especializarse en Alemania, Suiza, Francia y Austria, experiencia que marcó decisivamente su visión moderna de la medicina y de la organización hospitalaria. A su regreso a Chile, puso estos conocimientos al servicio del país, ejerciendo la profesión en ciudades como Santiago, Iquique y Concepción.


En Concepción, Virginio Gómez desarrolló una de las etapas más significativas de su trayectoria. Allí se desempeñó como director del Hospital San Juan de Dios. Su labor no se limitó a la administración hospitalaria: comprendió que el desarrollo de la medicina regional requería instituciones sólidas de formación superior.

Esta convicción lo convirtió en uno de los principales impulsores de la fundación de la Universidad de Concepción, creada en 1919. A través de su participación en el Comité Pro-Universidad, Virginio Gómez defendió la idea de una universidad regional, autónoma y comprometida con las necesidades sociales del sur de Chile.


La figura de Virginio Gómez también se caracteriza por su compromiso cívico y social. Vinculado a la masonería chilena, compartió los ideales de la educación laica, el pensamiento crítico y el servicio a la comunidad.

Su muerte, ocurrida en 1956, en un trágico accidente frente a las costas de Corral, puso fin a una vida dedicada al trabajo intelectual y social. Sin embargo, su legado permanece vivo en las instituciones que ayudó a crear y fortalecer. El Instituto Profesional Virginio Gómez, que lleva su nombre, y los diversos homenajes en el ámbito de la salud y la educación, dan cuenta del reconocimiento a su aporte histórico.


Su vida demuestra que la medicina, cuando se une a la educación y al sentido social, puede transformarse en una poderosa herramienta de cambio. Su obra no solo contribuyó al desarrollo de Concepción y del Biobío, sino que dejó una huella duradera en la historia de la educación superior y la salud pública en Chile.