Erradicar la violencia en nombre de todas
25 de Noviembre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Cada 25 de noviembre el mundo recuerda a las hermanas Mirabal, asesinadas en 1960 por la dictadura de Trujillo en República Dominicana. Su lucha y su muerte se transformaron en un símbolo universal contra la violencia ejercida hacia las mujeres. Esta fecha no es solo un gesto de memoria: es un recordatorio de que la violencia de género sigue siendo una de las vulneraciones más extendidas y dolorosas que enfrentan mujeres y niñas en todos los territorios, incluida nuestra región.
Conmemorar este día es una responsabilidad del Estado. Implica asumir que la violencia no es un asunto privado, sino un problema estructural que exige voluntad política, políticas públicas sostenidas y una acción coordinada entre instituciones. En Chile hemos avanzado con decisión, especialmente durante el gobierno del Presidente Gabriel Boric, que ha puesto la autonomía y la igualdad de las mujeres en un lugar central y prioritario de su gestión. Desde la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, la Ley de Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal hasta la ampliación de programas de prevención y apoyo para las mujeres víctimas de violencia, el Estado ha dado pasos concretos para responder a esta realidad con mayor integralidad.
Un hito fundamental en este camino es la entrada en vigencia de la Ley Integral 21.675, la primera en reconocer y abordar todas las formas de violencia contra las mujeres. Esta ley establece obligaciones claras para el aparato público, mejora las rutas de protección y reparación, y refuerza el deber de prevenir. Es un avance que posiciona a Chile en un estándar más alto de derechos y que nos ofrece herramientas sólidas para actuar con mayor eficacia.
Pero ninguna ley, por robusta que sea, opera sola. La eliminación de la violencia requiere del compromiso activo de gobiernos locales, instituciones educativas, organizaciones sociales, del mundo privado y de toda la ciudadanía. Desde la Región del Biobío hacemos un llamado a sostener y profundizar ese compromiso, a no retroceder en los derechos conquistados y a construir colectivamente entornos seguros para todas.
El 25 de noviembre nos recuerda con más fuerza todo el camino recorrido, todas las mujeres sobrevivientes, todas las mujeres que han logrado forjar sus destinos con independencia; pero también nos recuerda todo lo que nos falta aún por trabajar, y lo que nos impulsa en esa dirección es la convicción intacta de que sí podemos avanzar hacia un país donde cada mujer viva con libertad, dignidad y sin miedo.
Camila Contreras Pereira
Seremi de la Mujer del Biobío