Claudio Lapostol Maruejouls

09 de Noviembre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: pag 2 Alejandro Mihovilovich

Alejandro Mihovilovich Gratz

Investigador Histórico

La historia de Claudio Lapostol Maruéjouls es la de un hombre que, habiendo conocido desde temprano el valor de la disciplina y el rigor profesional, supo transformar su experiencia técnica en una causa profundamente humana: la descentralización y el desarrollo equilibrado de Chile. Su trayectoria se sitúa en un país marcado por una estructura política y económica fuertemente centralizada, donde Santiago se impuso como eje absoluto de las decisiones nacionales, relegando a las regiones a un rol subsidiario. Frente a esta realidad, Lapostol no escogió la queja como horizonte, sino la acción organizada.


Nacido en Concepción, en 1931, en una familia donde convergían la sobriedad chilena y la tradición francesa, su formación se asentó sobre bases sólidas: la educación escolar en el Colegio de los Sagrados Corazones y su posterior ingreso a la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. Fue desde la ingeniería donde construyó su primera comprensión del país: Chile como una obra que debía planificarse, sostenerse y proyectarse con inteligencia y sentido comunitario. Su paso por Endesa, donde participó en la construcción de importantes centrales hidroeléctricas, y luego su carrera en Cementos Bío-Bío, lo vincularon a la materialidad concreta del desarrollo: represas, hormigón, infraestructura, empresas que articulan territorios.

Pero su aporte trascendió lo técnico. Lapostol logró identificar un problema estructural que iba más allá de la ingeniería: el centralismo excesivo como obstáculo para el crecimiento armónico del país. Observó cómo las decisiones de Estado se concentraban en Santiago, cómo los recursos fluían hacia la capital, y cómo las regiones, aun teniendo talentos, recursos y vocación productiva, eran tratadas como periferias dependientes. Esta constatación se volvió, para él, una tarea cívica.


Entre los años 1982 y 1984 encabezó la formación de un movimiento regionalista no partidista, que cristalizó en la creación de la Corporación para la Regionalización del Bío-Bío (Corbiobío), organismo que él entendía como un espacio de articulación social, política y empresarial al servicio del desarrollo regional. Luego, impulsó la Corporación para la Regionalización de Chile (CORChile), que extendió esta visión al ámbito nacional. Su liderazgo se destacó por su carácter transversal: nunca buscó hegemonizar, sino convocar; no promovió divisiones, sino consensos.

El legado de Lapostol no se mide solamente en cargos, sino en convicciones sembradas y movimientos consolidados. Su fallecimiento en 2018 en Concepción fue acompañado por muestras de respeto transversal, porque su figura no se limitó a un rol empresarial o dirigencial, sino que encarnó una ética pública: la responsabilidad de construir país desde el territorio.


Hoy, cuando Chile continúa debatiéndose entre centralismos persistentes y nuevas demandas de autonomía regional, la vida de Claudio Lapostol se vuelve un referente necesario. Su mensaje sigue vigente: la descentralización no es un capricho localista, sino una condición indispensable para un desarrollo justo y equilibrado.