Trabajo decente para los recolectores de basura

Nicolas Díaz Carrillo
Abogado Colectiva Justicia en Derechos Humanos

Entre los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas se encuentra el objetivo N°8 del “Trabajo Decente”, cuyas metas comprenden promover entornos de trabajo seguros y sin riesgos. Un hito reciente que apunta en este sentido es la promulgación de la Ley que reconoce la función de las y los recolectores de residuos domiciliarios (Boletín N° 16846-13).

Sabido es que las condiciones sanitarias y ambientales a que se enfrentan los recolectores de basura se caracterizan por riesgos especiales en seguridad y salud. Además, en Chile el rubro se caracteriza por implementarse en esquemas de subcontratación laboral. Las municipalidades, órganos constitucionalmente mandatados respecto del aseo y ornato de las comunas, obran como empresas principales, contratando empresas contratistas cuya continuidad económica muchas veces depende enteramente de estas contrataciones. Esta realidad afecta la estabilidad laboral de sus trabajadores, y al procurarse ofrecer propuestas de menor costo, se afectan las condiciones materiales de la prestación de servicios como también las remuneraciones.

La nueva ley busca atender estos puntos. Establece que las bases de los contratos públicos de recolección, transporte y disposición de residuos priorizarán las ofertas que contemplen mejores condiciones laborales. Y aunque parezcan conquistas propias del siglo pasado, ciertas disposiciones del proyecto aprobado exigen al empleador y la entidad mandante asegurar condiciones laborales mínimas: el derecho a acceder en forma permanente a agua potable para consumo, a servicios higiénicos libres de todo costo (en lugares de trabajo y en ruta), como también a espacios para alimentación, ducha y cambio de vestuario.

Aunque pueda acusarse especificidad, la nueva ley viene a dar un reconocimiento simbólico necesario. Reconocimiento que, por sí mismo, ya constituye mayor dignidad. Tal como ocurrió con las trabajadoras de casa particular el año 2003 o los trabajadores de plataformas digitales el 2022, el Derecho del Trabajo demuestra que las perspectivas de dignidad y reconocimiento aún subsisten y, es más, tienen el valor para alcanzar votaciones unánimes en el Congreso Nacional.