¿Capital cultural del sur?
21 de Octubre 2025 | Publicado por: Diario Concepción
Esta semana se lanzó oficialmente el Plan Nacional de la Lectura, Escritura y Oralidad 2025-2030, instancia intersectorial que concreta las acciones establecidas en la Política Nacional del Libro, la Lectura y las Bibliotecas. Se trata de la estrategia de implementación territorial y programática que define marcos de acción destinados a concretar un objetivo ambicioso pero necesario: crear las condiciones para que todas las personas puedan participar activa y críticamente en prácticas sociales de lectura, escritura y oralidad, a lo largo de su trayectoria vital y en los diversos territorios del país.
En este sentido, el diagnóstico del escenario nacional respecto a estas materias revela tanto avances como desafíos. De los muchos datos expuestos, destacamos uno: las estadísticas recientes muestran que las formas más comunes de acceso a libros son la compra (58,4%), el préstamo de familiares o amigos (34,6%) y la descarga gratuita de internet (35%). El acceso a través de bibliotecas alcanza sólo 12,3%, pese a que el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas ha logrado una cobertura territorial del 97,7%, estando presente en 338 de las 346 comunas del país.
Otro dato revela la dimensión del problema: 43% de las personas no sabe si en su comuna existe una biblioteca pública o cree que no la hay. Además, solo 21,9% de la población se identifica como lector frecuente. Esta brecha entre acceso material y apropiación efectiva constituye sin duda un desafío central. Constatamos algo que ya sabemos, pero aún no logramos remediar: la infraestructura y los materiales, siendo necesarios, no son suficientes sin estrategias comunicacionales y mediación efectiva que conecte a las personas con los espacios y prácticas disponibles.
En el caso de nuestra región, el Plan Regional del Biobío responde a estas prioridades con énfasis específicos. En mediación, fomento lector y formación lectora, el plan busca crear catastros de redes regionales, impulsar clubes de lectura y generar alianzas con las universidades del territorio, reconociendo que la formación de mediadores es fundamental para expandir las prácticas letradas en la región. En la misma línea, el fortalecimiento de la cadena del libro contempla acciones concretas articuladas con el sistema editorial del Biobío, a través de la promoción de ferias literarias y el fomento de la asociatividad entre actores editoriales, con el objetivo de profesionalizar y potenciar nuestro ecosistema lector.
Aquí reside una ventaja del Biobío: el Gran Concepción ha funcionado históricamente como polo universitario y cultural del sur, generando un ambiente que favorece el desarrollo crítico y creativo de prácticas letradas. No sólo contamos con tres universidades tradicionales y una red de instituciones de educación superior que sin duda incidirán en los procesos formativos necesarios para lograr los objetivos del plan. El territorio posee además un ecosistema editorial dinámico y diverso, con editores y editoras relevantes, librerías locales, espacios culturales abiertos y una tradición literaria que conecta figuras históricas con voces contemporáneas de gran calidad.
El Plan Nacional nos entrega las herramientas y el marco institucional. La pregunta es qué haremos con ellos. Para el Biobío, este lanzamiento representa más que una actualización administrativa: es la oportunidad de consolidar su vocación como epicentro cultural del sur de Chile, una aspiración que se sustenta tanto por la historia recorrida como por las capacidades actuales. Pero esto no ocurrirá automáticamente. Requiere que las instituciones, comunidades y ciudadanos del Biobío asuman la responsabilidad de materializar este deseo.
La capital cultural del sur no es una denominación que se otorgue; es una condición que se construye con trabajo sistemático. El Plan Nacional establece el marco. Corresponde al territorio decidir qué hacer con esa oportunidad. El desafío está planteado. La respuesta debe estar a la altura de lo que la región puede lograr.
Eduardo Aguayo Rodríguez
UCSC