Movilidad en San Pedro de la Paz: un desafío urgente para la calidad de vida

Fernando Pérez Barrientos
Director principal de City Lab Biobío

San Pedro de la Paz se transformó en uno de los puntos más críticos de la región del Biobío en materia de movilidad y transporte. El tránsito diario por la Ruta 160 no solo representa un problema de congestión vehicular, sino que se ha convertido en un factor que condiciona la calidad de vida de miles de habitantes. Un 75% de los habitantes que deben atravesar esa carretera queda atrapado entre una y dos horas cada día en tacos. La apertura del Puente Industrial algo alivió este dolor urbano. Pero este tiempo perdido es más que una cifra: significa menos momentos con la familia, menos horas de descanso, menor productividad y mayor exposición al estrés.

La movilidad, además, es una dimensión de equidad. La congestión afecta de manera diferenciada a quienes dependen del transporte público o deben viajar largas distancias para acceder a su trabajo. La falta de alternativas confiables multiplica las desigualdades, porque no todos tienen la opción de un auto particular, de vivir cerca de una estación del Biotren o la valentía de subirse a una Coronel-Lota.

Frente a este escenario, el City Lab Biobío puso en marcha un desafío innovador basado en el Mobility Choices Model, desarrollado por el City Science Lab de Gipuzkoa, cuyos resultados serán presentados por el laboratorio en el Summit “Cities in Transition”, en octubre. Este modelo permite simular cómo las personas eligen sus modos de transporte —auto, bus, bicicleta u otros— bajo distintos escenarios de intervención. Su valor está en anticipar la reasignación de los flujos de tránsito una vez que se implementen nuevos proyectos o cambios en la infraestructura vial.

En otras palabras, entrega un mapa de futuro que permite visibilizar cómo distintas obras o políticas públicas impactarían en el comportamiento de viajes de la población, no tan solo en duración, sino que en modos. A partir de este modelo, el laboratorio y las universidades locales están trabajando en la creación de una plataforma web para los tomadores de decisiones. Esto representa un cambio de paradigma: la planificación urbana puede ser guiada por evidencia científica y simulaciones dinámicas.

El impacto potencial va más allá de reducir los tacos. Una movilidad más eficiente se traduce en una disminución de emisiones contaminantes, en la mejora de la salud mental de las personas y en una ciudad donde el tiempo se usa mejor. Cuando se logra ganar algo de tiempo en los desplazamientos diarios, se abre un espacio concreto para el bienestar. La ciencia de ciudad tiene la capacidad de transformar estos problemas cotidianos en soluciones concretas.

San Pedro de la Paz, y todas las comunas al sur del Biobío, enfrentan un desafío enorme, pero también tiene en sus manos una oportunidad histórica. Si la ciencia, la academia y las autoridades logran trabajar de la mano, es posible que esa zona vaya reduciendo paulatinamente el ser solo un escenario de insufribles tacos que reducen la paz y calidad de vida de quienes viven y transitan por esa comuna, para avanzar en convertirse en un espacio de búsqueda de soluciones a través de la innovación en movilidad urbana.