Crisis Hídrica en Chile y el desafío que nos toca la puerta

La crisis hídrica ya no es lejana: está en nuestros campos, ciudades y costas. El desafío es transformar el diálogo en decisiones y las decisiones en acciones reales. Porque la escasez de agua es también una escasez de tiempo.

Juan Ignacio Cordero
Subdirector de Asuntos Públicos & Incidencia de Ballon Latam

Chile atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia en materia de agua. Más de 215 mil personas carecen de acceso formal a agua potable y 172 comunas están bajo decreto de emergencia agrícola. La sequía no distingue norte, centro o sur: su huella recorre todo el país con impactos igualmente graves.

Esta crisis tiene rostro humano. En zonas rurales, casi la mitad de la población vive sin abastecimiento regular, lo que limita la salud, frena el desarrollo y golpea especialmente a las mujeres, muchas veces responsables de conseguir agua para sus familias y emprendimientos. Hay colegios que suspenden clases por falta de suministro, negocios que no pueden formalizarse y familias que sobreviven con apenas 50 litros diarios, perdiendo dignidad y bienestar.
En 20 años la “mega sequía” ha reducido la recarga de ríos y embalses que abastecen a urbes como Santiago, Valparaíso y Concepción, forzando la sobreexplotación de acuíferos —en algunos casos con descensos de 50 metros—, mayor dependencia de plantas de reúso o desaladoras, y generando una competencia cada vez más tensa entre consumo humano, agricultura e industria.

Más de 400 mil personas dependen de camiones aljibe, mientras sectores como la agroindustria y las comunidades rurales compiten por un acceso justo y sostenible. Sin embargo, la urgencia también abre espacio para la innovación y la corresponsabilidad.
La crisis hídrica ya no es lejana: está en nuestros campos, ciudades y costas. El desafío es transformar el diálogo en decisiones y las decisiones en acciones reales. Porque la escasez de agua es también una escasez de tiempo.