8M: Mujeres en la industria cultural

Paloma Zúñiga Cerda
Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio

En la última década, la equidad de género ha cobrado una importancia creciente en el sector cultural chileno, impulsando transformaciones significativas. La creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en 2018 marcó un hito al integrar una Unidad de Género, encargada de transversalizar esta perspectiva en políticas públicas y fondos de financiamiento. Desde 2023, los Fondos Cultura han incorporado criterios de equidad, fomentando la participación de mujeres en proyectos culturales y permitiendo, por primera vez, rendir gastos de cuidado infantil en las Becas Chile Crea, reconociendo los cuidados como una labor que requiere apoyo.

Los Premios Nacionales han avanzado en la visibilización del talento femenino. En 2018, Sol Serrano se convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Historia, mientras que Diamela Eltit fue galardonada con el de Literatura. En 2024, la poeta Elvira Hernández se sumó a esta lista, consolidando el reconocimiento a las creadoras en el ámbito cultural.

El sector audiovisual también ha experimentado mejoras. Según datos del Observatorio Cultural, históricamente solo un 6,2% de los largometrajes de ficción fueron dirigidos por mujeres. En la última década, la cifra ha crecido, alcanzando un 10%. Aunque el aumento es positivo, la brecha sigue siendo considerable en comparación con países que han implementado acciones más decididas en esta materia. En la música, festivales y rankings han comenzado a integrar a más artistas femeninas, respondiendo a una demanda creciente de equidad en la industria. Iniciativas como el Festival Ruidosa han sido clave en este proceso, impulsando la participación de mujeres en la escena musical.

Aun así, persisten brechas de género. En 2022, solo el 38,9% de las personas ocupadas en actividades culturales eran mujeres, una cifra inferior incluso a su participación en el empleo nacional total (42,2%). En los cargos de dirección, el “techo de cristal” sigue siendo evidente: el 73% de los puestos de alta gestión cultural está en manos de hombres. Aunque las mujeres son mayoría en carreras artísticas y culturales, esta ventaja no se traduce en igualdad de oportunidades en la dirección y gestión de espacios culturales.

La literatura, el teatro y el patrimonio también reflejan desigualdades. En ferias del libro, por cada autora hay entre siete y ocho autores hombres. En el teatro, los roles protagónicos y la dirección han sido históricamente dominados por hombres, lo que impacta comparativamente en la remuneración de las actrices. En el ámbito patrimonial, aunque las instituciones han comenzado a integrar a más mujeres en puestos clave, la dirección de museos y archivos sigue estando mayoritariamente en manos masculinas.

El auge del movimiento feminista en Chile ha sido clave en la transformación del sector cultural. Colectivos como Nosotras Audiovisuales y la Red de Actrices de Chile han impulsado denuncias contra la discriminación y promovido la equidad en la industria. No obstante, la pandemia de COVID-19 profundizó las desigualdades de género en el sector cultural, afectando especialmente a las mujeres debido a la sobrecarga de cuidados y la inestabilidad laboral.

Si bien Chile ha avanzado en equidad de género, el sector cultural aún enfrenta desafíos significativos. La paridad en el gabinete del Presidente Gabriel Boric evidencia un compromiso con la equidad, pero en el ámbito cultural los cambios han sido más lentos. Aunque los Fondos Cultura han reforzado criterios de equidad, la paridad sigue siendo un objetivo distante en muchas disciplinas, lo que exige un esfuerzo sostenido y estrategias más decididas.

Cerrar la brecha de género en la cultura requiere profundizar las políticas públicas con perspectiva de género, fortalecer el reconocimiento a creadoras y consolidar el papel del movimiento feminista como motor de transformación en el sector.