Cierre Bocamina II, sólo es el comienzo por la recuperación ambiental

“Las consecuencias de años de malas políticas ambientales, tienen rostros, nombres y apellidos concretos que es por quienes se debe seguir trabajando”.

Tania Concha Hidalgo
Consejera Regional

Fuimos testigos de la desconexión definitiva de la planta termoeléctrica Bocamina II, en la comuna de Coronel, en el marco del Plan de Descarbonización luego de una década de funcionamiento en el sector Lo Rojas, noticia que sin lugar a dudas da esperanzas para trabajar por terminar con una comuna que lleva décadas como zona de sacrificio. Buena noticia que, sin embargo, nos deja una huella de contaminación, daños ambientales, metales pesados en la población, cenizas, erradicaciones y un deterioro permanente en la calidad de vida de las y los habitantes de la comuna.

Es importante reconocer este hecho como un logro, pero es igual de importante relevar que es un triunfo de los vecinos y vecinas de Coronel, de sus múltiples organizaciones territoriales, comunitarias y socio-ambientales, pues dieron y seguirán dando una lucha de largo aliento en defensa de un medioambiente libre de contaminación, de una mejor calidad de vida para ellos y sus familias, lo que al final se traduce en trabajar un su propia dignidad, que es la de una comunidad hoy convertida en zona de sacrificio, lamentablemente con la venia de las distintas administraciones de turno.

Triunfos sociales importantes, pero que no llaman a un conformismo o a pensar que esta todo resuelto, pues el insólito y extenso vertedero de cenizas de Bocamina se mantiene en pleno casco urbano de Coronel, además de dos centrales termoeléctricas en total funcionamiento.

El cierre de esta planta de la trasnacional Enel deja tras de sí una enorme deuda ambiental y social, lo que lamentamos profundamente, pues a pesar de las buenas nuevas, queda un daño causado a la salud de cientos de miles de personas y en particular en niños, niñas y adolescentes, pues al final las consecuencias de años de malas políticas ambientales, tienen rostros, nombres y apellidos concretos que es por quienes se debe seguir trabajando.

Lamentablemente no podemos celebrar como una victoria la exigua reparación comprometida por la empresa, tampoco podemos “cantar victoria” por la nula infraestructura pública realizada y la ilusión de la restauración ambiental, donde ni siquiera se ha comprometido la remoción de los residuos calcinados.

La publicidad anunciando la desconexión de Bocamina II, no se condice con la realidad de un proceso que tiene mucho por saldar y en distintas materias, como por ejemplo es importante centrar los esfuerzos y el foco en la situación de aquellos trabajadores que han perdido sus empleos, materia donde también la empresa debe asegurar una necesaria y adecuada reconversión.

Este ejemplo de esfuerzo por el cierre de una central, nos debe llevar a plantearnos que la justicia ambiental debe ser impulsada con más fuerza en estos momentos, donde el Plan de Transición Justa en curso debe considerar el trabajo que desde el año 2015 realiza el Consejo para la Restauración Ambiental y Social (Cras) de Coronel, implementado por la presidenta Michelle Bachelet, el que es una importante instancia de trabajo social, por lo que es necesario hacer un llamado a abandonar la vanagloria o el conformismo en este tema, y en varios otros, y trabajar realmente por unir las fuerzas vivas de la comuna en función de un logro y objetivo común que debe ser siempre atraer nuestros mejores esfuerzos por consagrarlo para cada habitante de nuestra región, cual es el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación.